*Por Ángel Rico
Me viene a la memoria lo que en su momento dijo, George Gordón (Lord Byron) “Las consecuencias de no pertenecer a ningún partido político será que los molestaré a todos”. Y me consta que últimamente es lo que está ocurriendo con mis comentarios sobre la realidad política que nos rodea, hay demasiada gente molesta con mis glosas y opiniones políticas. Al fin y al cabo, solo estoy haciendo uso del artículo 20.1 de la Constitución Española que reconoce mi derecho a: “Expresar y difundir libremente mis pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción”. Los políticos tienen derecho a buscar mi voto, y yo tengo derecho a analizarles públicamente. Quid pro quo (algo por algo).
Y en el ejercicio de ese derecho de opinión me encuentro ahora. Se acaban de hacer públicas las listas de candidatos al Congreso y Senado, por los diferentes partidos políticos. Los diputados y senadores que se elijan serán los encargados de legislar para sacar a España de la deprimente situación actual. Y surge la pregunta: -- ¿quiénes son esos candidatos-as?
Yo, la verdad, conozco a bastantes de ellos y me puedo permitir la licencia de comparar su trabajo y opinar al respecto. Y claro, coincido en lo que dijo, Laurence J. Peter, en su libro Las fórmulas de Peter: “—En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia”. Algo que es comprobable si hacemos el ejercicio de analizar los candidatos de cada circunscripción. Incluyo en la suya, respetado lector.
Algunos de los políticos que han llegado a la lista de candidatos, no lo han hecho por su trabajo o valía personal, sino por dominar la jerarquía del partido en cada provincia, lo que facilita el ascenso hacia la incompetencia, de quién ha conseguido por esos medios ser candidato o candidata o, incluso, llegar a responsabilidades de gobierno regional. Y claro, cuando llegan a ese nivel de incompetencia actúan como dijo, H.L. Mencken: “—Para todo problema humano hay siempre una solución fácil…, plausible y equivocada”
Si se es Presidenta ó Vicepresidenta de un partido político provincial, puede conseguirse, con toda seguridad, ser además de máximo responsable del partido en la provincia, “alcaldesa de la capital de provincia”, “diputada regional” y, en su momento, cambiar el acta regional por la de “diputada en el Congreso”. Así funciona la cosa, dominando la jerarqueologia, se asegura el ascenso hasta el siguiente nivel de incompetencia política. Sin ir más lejos, es lo que está ocurriendo en el Partido Popular de la provincia de Ciudad Real. Y si no me creen, hablen al respecto con alcaldes y concejales del PP en esta provincia y comprobarán su inmenso cabreo.
La valía en un puesto político no está garantizada por el simple hecho de ocupar ese puesto. Un estupendo cirujano, que salvó en su carrera profesional a cientos de pacientes, por su experiencia médica, no garantiza una buena gestión si, hipotéticamente, se le pone al frente de la política sanitaria, debiendo enfrentarse con los sindicatos, los recortes presupuestarios y las presiones farmacéuticas. La misma falta de garantías existirá al poner, por ejemplo, a una estupenda catedrática universitaria, experta en fitopatología, protección de cultivos y tecnología de la propagación de plantas internacionales, como Consejera de Agricultura, para planificar y dirigir la política agraria a desarrollar en el próximo cuatrienio. Como nos enseñaron nuestros mayores: “—El habito no hace al monje”.
En mi modesta opinión, en Castilla-La Mancha se espera que por osmosis inversa, la catedrática María Luisa Soriano, acabe obteniendo las facultades imprescindibles en una responsable que debe diseñar la política agraria de los próximos años. Con el riesgo de transformarse de una estupenda catedrática, en una mediocre política regional. Un vino mediocre, en una botella con marca de calidad, no le convierte en vino bueno, sino que hace más evidente la impostura del zumo de algunos racimos de uvas sin pedigrí.
En la legislatura que está a punto de acabar, he tenido la oportunidad de reunirme con diferentes políticos, por ejemplo, me reuní para hablar de “medio ambiente y energía agraria” con la diputada del PP, María Teresa Lara Carbó, que lleva cuatro legislaturas en el Congreso de Diputados, y está colocada en el número 13 en la lista por Madrid, para la próxima legislatura, a quien le sorprendieron los datos y propuestas que sobre “medio ambiente y energía” le aportamos. Y nos preguntamos ¿a qué se ha dedicado esta diputada en los últimos dieciséis años?
Lo mismo nos preguntamos al reunirnos con diputados, que perteneciendo a las comisiones de Transportes, de Agricultura, de Energía, de Industria o de Fomento, etc., no habían planteado ninguna pregunta, ni proposición de Ley, durante la legislatura. Su máxima aspiración política es ir colocados en las listas electorales, conseguido esto, a esperar hasta la próxima legislatura.
Así funciona la “mediocracia”. La marca del producto “PP” vende, el envase es mucho más valioso que el contenido que habrá en algunas provincias. Hecho que dificultará la acción política que tendrá que desarrollar Rajoy, como lo está dificultando ya, en la política de Desarrollo Rural a la que tiene que enfrentarse, cada día, en Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal.
En el PP hay políticos estupendos y trabajadores, que tras una simple comparación, dejan en vergonzosa evidencia a aquellos otros pésimos compañeros, que tuvieron la fortuna de llegar a las listas electorales, gracias a la “mediocracia” provincial que controlan. Esta realidad se repite en políticos que ocupan puestos en todos los niveles, regional, nacional y en el Parlamento Europeo.
María Dolores (1), Mariano, ¡cuidado con las personas que eligen ustedes para las responsabilidades de gobierno¡ “Yo no creo en la sabiduría colectiva de la ignorancia individual” (T. Carlyle)
…He dicho!
* Es Presidente de ADRIE
(1) Se recomienda tener controlada la salud de los parlamentarios regionales en Castilla-La Mancha, es tan grande el cabreo que algunos de ellos sugieren, en público, que se pondrán enfermos el día que, a usted, le haga falta contar con todos los votos.
Me viene a la memoria lo que en su momento dijo, George Gordón (Lord Byron) “Las consecuencias de no pertenecer a ningún partido político será que los molestaré a todos”. Y me consta que últimamente es lo que está ocurriendo con mis comentarios sobre la realidad política que nos rodea, hay demasiada gente molesta con mis glosas y opiniones políticas. Al fin y al cabo, solo estoy haciendo uso del artículo 20.1 de la Constitución Española que reconoce mi derecho a: “Expresar y difundir libremente mis pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción”. Los políticos tienen derecho a buscar mi voto, y yo tengo derecho a analizarles públicamente. Quid pro quo (algo por algo).
Y en el ejercicio de ese derecho de opinión me encuentro ahora. Se acaban de hacer públicas las listas de candidatos al Congreso y Senado, por los diferentes partidos políticos. Los diputados y senadores que se elijan serán los encargados de legislar para sacar a España de la deprimente situación actual. Y surge la pregunta: -- ¿quiénes son esos candidatos-as?
Yo, la verdad, conozco a bastantes de ellos y me puedo permitir la licencia de comparar su trabajo y opinar al respecto. Y claro, coincido en lo que dijo, Laurence J. Peter, en su libro Las fórmulas de Peter: “—En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia”. Algo que es comprobable si hacemos el ejercicio de analizar los candidatos de cada circunscripción. Incluyo en la suya, respetado lector.
Algunos de los políticos que han llegado a la lista de candidatos, no lo han hecho por su trabajo o valía personal, sino por dominar la jerarquía del partido en cada provincia, lo que facilita el ascenso hacia la incompetencia, de quién ha conseguido por esos medios ser candidato o candidata o, incluso, llegar a responsabilidades de gobierno regional. Y claro, cuando llegan a ese nivel de incompetencia actúan como dijo, H.L. Mencken: “—Para todo problema humano hay siempre una solución fácil…, plausible y equivocada”
Si se es Presidenta ó Vicepresidenta de un partido político provincial, puede conseguirse, con toda seguridad, ser además de máximo responsable del partido en la provincia, “alcaldesa de la capital de provincia”, “diputada regional” y, en su momento, cambiar el acta regional por la de “diputada en el Congreso”. Así funciona la cosa, dominando la jerarqueologia, se asegura el ascenso hasta el siguiente nivel de incompetencia política. Sin ir más lejos, es lo que está ocurriendo en el Partido Popular de la provincia de Ciudad Real. Y si no me creen, hablen al respecto con alcaldes y concejales del PP en esta provincia y comprobarán su inmenso cabreo.
La valía en un puesto político no está garantizada por el simple hecho de ocupar ese puesto. Un estupendo cirujano, que salvó en su carrera profesional a cientos de pacientes, por su experiencia médica, no garantiza una buena gestión si, hipotéticamente, se le pone al frente de la política sanitaria, debiendo enfrentarse con los sindicatos, los recortes presupuestarios y las presiones farmacéuticas. La misma falta de garantías existirá al poner, por ejemplo, a una estupenda catedrática universitaria, experta en fitopatología, protección de cultivos y tecnología de la propagación de plantas internacionales, como Consejera de Agricultura, para planificar y dirigir la política agraria a desarrollar en el próximo cuatrienio. Como nos enseñaron nuestros mayores: “—El habito no hace al monje”.
En mi modesta opinión, en Castilla-La Mancha se espera que por osmosis inversa, la catedrática María Luisa Soriano, acabe obteniendo las facultades imprescindibles en una responsable que debe diseñar la política agraria de los próximos años. Con el riesgo de transformarse de una estupenda catedrática, en una mediocre política regional. Un vino mediocre, en una botella con marca de calidad, no le convierte en vino bueno, sino que hace más evidente la impostura del zumo de algunos racimos de uvas sin pedigrí.
En la legislatura que está a punto de acabar, he tenido la oportunidad de reunirme con diferentes políticos, por ejemplo, me reuní para hablar de “medio ambiente y energía agraria” con la diputada del PP, María Teresa Lara Carbó, que lleva cuatro legislaturas en el Congreso de Diputados, y está colocada en el número 13 en la lista por Madrid, para la próxima legislatura, a quien le sorprendieron los datos y propuestas que sobre “medio ambiente y energía” le aportamos. Y nos preguntamos ¿a qué se ha dedicado esta diputada en los últimos dieciséis años?
Lo mismo nos preguntamos al reunirnos con diputados, que perteneciendo a las comisiones de Transportes, de Agricultura, de Energía, de Industria o de Fomento, etc., no habían planteado ninguna pregunta, ni proposición de Ley, durante la legislatura. Su máxima aspiración política es ir colocados en las listas electorales, conseguido esto, a esperar hasta la próxima legislatura.
Así funciona la “mediocracia”. La marca del producto “PP” vende, el envase es mucho más valioso que el contenido que habrá en algunas provincias. Hecho que dificultará la acción política que tendrá que desarrollar Rajoy, como lo está dificultando ya, en la política de Desarrollo Rural a la que tiene que enfrentarse, cada día, en Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal.
En el PP hay políticos estupendos y trabajadores, que tras una simple comparación, dejan en vergonzosa evidencia a aquellos otros pésimos compañeros, que tuvieron la fortuna de llegar a las listas electorales, gracias a la “mediocracia” provincial que controlan. Esta realidad se repite en políticos que ocupan puestos en todos los niveles, regional, nacional y en el Parlamento Europeo.
María Dolores (1), Mariano, ¡cuidado con las personas que eligen ustedes para las responsabilidades de gobierno¡ “Yo no creo en la sabiduría colectiva de la ignorancia individual” (T. Carlyle)
…He dicho!
* Es Presidente de ADRIE
(1) Se recomienda tener controlada la salud de los parlamentarios regionales en Castilla-La Mancha, es tan grande el cabreo que algunos de ellos sugieren, en público, que se pondrán enfermos el día que, a usted, le haga falta contar con todos los votos.
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