*Por Ángel
Rico
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La sucesión de noticias negativas que, cada día, aparecen en relación al Transporte de mercancías por carretera,
podrían llevarnos a pensar que --el “Transporte
español” está descabezado--, al tragarse todas las disposiciones de la
administración que suponen dificultar, aún más, la actividad de un servicio tan
importante para la economía nacional.
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El Gobierno
de España ha presentado unos Presupuestos
Generales del Estado para el año 2013 con unos recortes de: -1.028 millones
de euros, en el ministerio de Fomento,
y de -800 millones de euros, en el ministerio
de Industria, Energía y Turismo. Es decir, los dos ministerios más ligados
al Transporte, son los que mayores
recortes sufrirán en los PGE-2013
del conjunto de ministerios; en total dispondrán de 1.828 millones de euros
menos que en el año 2.012 (304.153.608
millones menos de las antiguas pesetas). ¿Ustedes son conocedores de alguna
reacción por parte de los actuales dirigentes del sector? –Yo tampoco.
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El Gobierno es conocedor de la apatía, dejadez,
pereza, desgana, desinterés y abandono, de los dirigentes de un sector que lo
traga todo, lo soporta y lo digiere todo. Y, por tanto, los gobiernos (todos)
utilizan las espaldas de miles de profesionales autónomos del Transporte, para conseguir eliminar el
déficit público. Si para ello hay que imponer: -- la “Euroviñeta” o “Imponer
tasas por la utilización de las carreteras del Estado”, ó “Subir, mediante más impuestos, el precio de los
combustibles”-- se suben, total ¡qué más
da! Porque, a la hora de la verdad, salvo unas cuantas fanfarronadas, de
algunos camioneros cabreados, mientras se toman unas cervezas, el resultado
será el de siempre, ¡ná de ná!
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Para el Gobierno tiene más fuerza la patronal de
autopistas, que necesitan favores oficiales para recuperar el dinero invertido
en la construcción de carreteras, que los transportistas que aportan la vida a
la economía nacional, contribuyendo con el 15% del PIB. Olvidando, además, los
miles de millones de euros que la actividad del Transporte aporta a la Hacienda Pública
y que, en gran parte, son estos profesionales quiénes están financiando parte
de las obras públicas ejecutadas, al realizar trabajos que, después cobran
(cuando cobran) a más de 150 días.
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En cambio el sector agrario español, seguirá
recibiendo en ayudas públicas más de 7.500 millones de euros al año, por
garantizar una, teórica, Seguridad
Alimentaria, que en realidad es el sector del Transporte quien la asegura, al permitir que cada mañana haya
productos frescos y a precios razonables, en la tienda de la esquina. Y surge
la pregunta: --¿Por qué la
Agricultura sí, y
el Transporte, no? ¿Qué se está
haciendo mal?
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Algo huele a podrido en el alma de un sector tan
importante para la economía nacional, que deja la responsabilidad de
negociación de sus intereses profesionales, ó
en entidades ligadas a los
sindicatos del régimen, ó en los burócratas del Consejo Nacional de Transportes Terrestres ¿Por qué delegan en
otros, lo que les correspondería hacer a ellos?
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Es un momento histórico, donde la situación
económica general forzará una selección natural, tanto en los profesionales del
sector, cuanto en las empresas ligadas al mismo, marcas de camiones, de repuestos,
etc., donde tras la crisis solo permanecerán los mejores. Lo lamentable será,
que cuando llegue ese momento, los representantes del sector seguirán siendo
los mismos. ¿Qué más hace falta para que los profesionales se den cuenta que,
--es urgente cambiarlos--?
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La mentalidad de la logística del Transporte está cambiando y,
afortunadamente, hay profesionales que están llegando a acuerdos estratégicos de
servicios conjuntos, en la
Península Ibérica ,
con importantes compañías constructoras y de servicios especializados
como: Ferrovial, ACS o Mota-Engil,
entre otras, para poner en común las
sinergias de cada sector, beneficiándose ambas partes de los logros conseguidos
conjuntamente y, los transportistas participantes, garantizándose poder
realizar un trabajo especializado y duradero.
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Ese es el camino para salir de la encrucijada
actual del Transporte, siendo
necesario delegar en los mejores, para planificar y llevar a cabo, las acciones
que los actuales tiempos requieren. Y para hacerlo, han tenido que constituirse
nuevos instrumentos logísticos de transporte, responsabilizándose, los
profesionales, de algo más que de acarrear mercancía desde el punto “A” hasta
el punto “B”. Los nuevos desafíos necesitan de mentalidades nuevas, ya que de
no hacerlo, la crisis del sector se agravará aun más; porque como dijo, Kennedy: --Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo
el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo--. Y nosotros lo
sabemos.
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…He dicho!
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*Es
Presidente de GEA & GEA