*Por Ángel Rico
Es obligado iniciar este comentario aceptando que: “es grande el desconocimiento, por parte de la sociedad, de los biocombustibles, en general, y del biodiésel, en particular”. Pero el planeta Tierra no puede dejar de rotar alrededor del sol, porque exista tanto desconocimiento.
Como principio hay que señalar que el biodiésel es un sustituto perfecto al gasóleo fósil tradicional. Actúa en los motores con similares características que el gasóleo. Hay que señalar, a continuación, que el biodiésel se obtiene de aceites vegetales, colza, soja, girasol, incluso, aceites de cocina usados, etc.
¿Por qué el biodiésel no se ha introducido como combustible habitual? Respuesta: Porque las materias primas necesarias (aceite), desde el principio, se vincularon al precio del petróleo, teniendo como resultado final un producto, el biodiésel, a un precio superior al del gasóleo.
Al inicio del movimiento de energías renovables, se levantaron fábricas de biodiésel, sin contar con el control de la materia prima. En España, se construyeron 47 fábricas, que obtuvieron del bolsillo de los contribuyentes, en concepto de ayuda, 1000 millones de euros. En la actualidad, el 80% de esas fábricas están cerradas, algunas nunca llegaron a funcionar. Mientras tanto, en España, se mantienen más de 3,5 millones de hectáreas de improductivo, pero subvencionado, barbecho que podrían servir, mediante un proyecto nacional, para cultivar colza que sirviese para producir biodiésel.
En la falta de control sobre la materia prima, el aceite, es lo que mantiene la situación actual. Me explico, es como si Repsol, por ejemplo, tuviese que comprar el petróleo en el mercado internacional, para refinarlo y obtener el gasóleo y gasolina. Si fuese así, el precio de venta al público sería mucho mayor que el actual. La dinámica nos muestra que todas las petroleras, controlan el proceso desde el principio: extracción, transporte, refino y comercialización. Y así es como hay que actuar para hacer que las cosas se muevan en lugares razonables.
Las fábricas de biodiésel, que quieran seguir funcionando en el futuro, deben implicarse en un proyecto general donde se una la producción, de la colza o soja, con el consumo por parte de los profesionales del Transporte de mercancías por carretera. Actuando igual que las petroleras, controlando directamente todo el proceso, desde el cultivo de colza, el transporte hasta las fábricas, la producción y la puesta del biodiésel a disposición de los grandes consumidores, los transportistas.
No hacerlo directamente, retrasará la popularización del consumo por parte de la sociedad, en general y, de los transportistas, en particular. Los agricultores siempre pondrán en el mercado la colza y la soja, a precios internacionales, según la Bolsa de Chicago o de Rosario (Argentina) con lo que se consigue un producto final, más caro que el gasóleo. Y como resultado las fábricas no venden biodiésel, viéndose obligadas a cerrar, y como los agricultores no tienen a quien vender su producción de colza, vuelven a dejar sus secanos de barbecho, improductivo, pero subvencionados por los contribuyentes españoles.
Los gobiernos autonómicos deben implicarse en la cuestión, poniendo en marcha un mecanismo legal que permita a las fábricas de biodiésel que lo deseen, puedan arrendar (con el control del gobierno autonómico) las tierras de barbecho de secano, para cultivar ellas la colza que necesitan. De esa forma, los agricultores que mantienen sus tierras improductivas, recibirían como renta adicional, la del arrendamiento de las tierras. Se crearía empleo rural, fijando la población rural al territorio, y se dispondría de un combustible nacional, barato (bastante más barato que el gasóleo actual) y renovable.
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Para ello, las fábricas y los profesionales del Transporte deben buscar tierras para cultivar colza donde haga falta. Si consideramos normal que Repsol tenga campos de extracción de petróleo en Libia, Brasil o Argentina, deberá ser normal que las fábricas de biodiésel tengan campos propios de cultivo en Senegal, Mali, Angola o Mozambique. Y para ello hará falta llegar a acuerdos estratégicos conjuntos, entre las fábricas de biodiésel y los profesionales del Transporte que quieran seguir manteniendo, su actividad a medio plazo (Ayudando a producir el combustible que se necesita). Los demás camioneros podrán seguir leyendo noticias como estas, en la cola del desempleo y la melancolía.
En un proyecto de tal envergadura también es necesario contar con la ayuda y el apoyo de las marcas de camiones. Mercedes e Iveco, son las únicas que garantizan que sus camiones pueden funcionar con biodiésel “B100” o con gasóleo. El resto de marcas han mostrado un ridículo miedo escénico a tal avance tecnológico. Por ello, los profesionales deben tener claro que solo Mercedes e Iveco, les garantizan el futuro profesional. Algo que hay que tener presente a la hora de renovar la flota de camiones en España.
Es obligado iniciar este comentario aceptando que: “es grande el desconocimiento, por parte de la sociedad, de los biocombustibles, en general, y del biodiésel, en particular”. Pero el planeta Tierra no puede dejar de rotar alrededor del sol, porque exista tanto desconocimiento.
Como principio hay que señalar que el biodiésel es un sustituto perfecto al gasóleo fósil tradicional. Actúa en los motores con similares características que el gasóleo. Hay que señalar, a continuación, que el biodiésel se obtiene de aceites vegetales, colza, soja, girasol, incluso, aceites de cocina usados, etc.
¿Por qué el biodiésel no se ha introducido como combustible habitual? Respuesta: Porque las materias primas necesarias (aceite), desde el principio, se vincularon al precio del petróleo, teniendo como resultado final un producto, el biodiésel, a un precio superior al del gasóleo.
Al inicio del movimiento de energías renovables, se levantaron fábricas de biodiésel, sin contar con el control de la materia prima. En España, se construyeron 47 fábricas, que obtuvieron del bolsillo de los contribuyentes, en concepto de ayuda, 1000 millones de euros. En la actualidad, el 80% de esas fábricas están cerradas, algunas nunca llegaron a funcionar. Mientras tanto, en España, se mantienen más de 3,5 millones de hectáreas de improductivo, pero subvencionado, barbecho que podrían servir, mediante un proyecto nacional, para cultivar colza que sirviese para producir biodiésel.
En la falta de control sobre la materia prima, el aceite, es lo que mantiene la situación actual. Me explico, es como si Repsol, por ejemplo, tuviese que comprar el petróleo en el mercado internacional, para refinarlo y obtener el gasóleo y gasolina. Si fuese así, el precio de venta al público sería mucho mayor que el actual. La dinámica nos muestra que todas las petroleras, controlan el proceso desde el principio: extracción, transporte, refino y comercialización. Y así es como hay que actuar para hacer que las cosas se muevan en lugares razonables.
Las fábricas de biodiésel, que quieran seguir funcionando en el futuro, deben implicarse en un proyecto general donde se una la producción, de la colza o soja, con el consumo por parte de los profesionales del Transporte de mercancías por carretera. Actuando igual que las petroleras, controlando directamente todo el proceso, desde el cultivo de colza, el transporte hasta las fábricas, la producción y la puesta del biodiésel a disposición de los grandes consumidores, los transportistas.
No hacerlo directamente, retrasará la popularización del consumo por parte de la sociedad, en general y, de los transportistas, en particular. Los agricultores siempre pondrán en el mercado la colza y la soja, a precios internacionales, según la Bolsa de Chicago o de Rosario (Argentina) con lo que se consigue un producto final, más caro que el gasóleo. Y como resultado las fábricas no venden biodiésel, viéndose obligadas a cerrar, y como los agricultores no tienen a quien vender su producción de colza, vuelven a dejar sus secanos de barbecho, improductivo, pero subvencionados por los contribuyentes españoles.
Los gobiernos autonómicos deben implicarse en la cuestión, poniendo en marcha un mecanismo legal que permita a las fábricas de biodiésel que lo deseen, puedan arrendar (con el control del gobierno autonómico) las tierras de barbecho de secano, para cultivar ellas la colza que necesitan. De esa forma, los agricultores que mantienen sus tierras improductivas, recibirían como renta adicional, la del arrendamiento de las tierras. Se crearía empleo rural, fijando la población rural al territorio, y se dispondría de un combustible nacional, barato (bastante más barato que el gasóleo actual) y renovable.
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Para ello, las fábricas y los profesionales del Transporte deben buscar tierras para cultivar colza donde haga falta. Si consideramos normal que Repsol tenga campos de extracción de petróleo en Libia, Brasil o Argentina, deberá ser normal que las fábricas de biodiésel tengan campos propios de cultivo en Senegal, Mali, Angola o Mozambique. Y para ello hará falta llegar a acuerdos estratégicos conjuntos, entre las fábricas de biodiésel y los profesionales del Transporte que quieran seguir manteniendo, su actividad a medio plazo (Ayudando a producir el combustible que se necesita). Los demás camioneros podrán seguir leyendo noticias como estas, en la cola del desempleo y la melancolía.
En un proyecto de tal envergadura también es necesario contar con la ayuda y el apoyo de las marcas de camiones. Mercedes e Iveco, son las únicas que garantizan que sus camiones pueden funcionar con biodiésel “B100” o con gasóleo. El resto de marcas han mostrado un ridículo miedo escénico a tal avance tecnológico. Por ello, los profesionales deben tener claro que solo Mercedes e Iveco, les garantizan el futuro profesional. Algo que hay que tener presente a la hora de renovar la flota de camiones en España.
…He dicho!
Mientras tanto el petróleo, brent, se cotiza hoy a 117 dólares por barril y el gasóleo lo compramos a 1,30 euros litro.
*Es Presidente de Generando Energía Agraria (GEA)
Mientras tanto el petróleo, brent, se cotiza hoy a 117 dólares por barril y el gasóleo lo compramos a 1,30 euros litro.
*Es Presidente de Generando Energía Agraria (GEA)
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