*Por Ángel Rico
Le informaré a usted, respetado lector, que mis contactos internacionales, con los que mantengo relaciones institucionales permanentes, en relación a un programa de “Lucha contra la erosión, el cambio climático y la pobreza en el África Subsahariana” que estamos liderando, me cuentan y no paran sobre las actuaciones y promesas “en nombre de España” del ex ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en su campaña internacional cuando optaba a ser elegido Director General de la FAO.
En su campaña electoral, que duró más de un año, Moratinos, utilizó un avión oficial Falcón 900, del 45 Grupo de la Fuerza Aérea Española, para desplazarse a más de 90 países, junto con un séquito de seis (6) personas. Todo ello, --avión, tripulación, séquito, alojamiento, dietas, etc.—fue pagado a costa de los contribuyentes españoles. Yo no he conseguido encontrar el acuerdo, ni del Consejo de Ministros, ni de la Comisión de Exteriores del Congreso de Diputados, que reflejase que: “la campaña electoral de Moratinos a la FAO tendría que ser sufragada por los contribuyentes españoles” Por tanto, urge una respuesta concreta a esa cuestión concreta. ¿Cuánto costó esa campaña electoral? Y ¿Quién la autorizó?
Pero lo peor para los intereses de España, no ha sido el enorme gasto que ha supuesto esa campaña electoral alrededor del mundo, sino lo que Moratinos fue prometiendo en “nombre de España” para obtener el voto de los países visitados. Promesas que, teóricamente, comprometían e hipotecaban a España en el futuro y que los países que votaron a favor de Moratinos, esperan ver cumplidas a medio plazo. Si España no satisface aquellas promesas, verá sus intereses en riesgo cuando, en el futuro, haga falta contar con los votos de los países defraudados, que no nos darán su apoyo por el “affaire Moratinos”.
Se dio incluso la paradoja, de que los países amigos del “Zapaterismo” como Cuba, Venezuela y Bolivia, a la hora de la verdad, votaron al candidato brasileño, José Graziano da Silva, en lugar de a Moratinos. Quedando demostrado que fue un error la utilización del “nombre de España en vano”.
Cuando aún no nos habíamos repuesto de esa utilización estúpida del nombre de España en vano, nos topamos con el acuerdo de que sea “San Sebastian-Bildustia la ciudad ganadora para acompañar a la polaca Wroclaw como Capitales Europeas de la Cultura en el año 2016” Es decir, un territorio que quiere escindirse de España, representará –en nombre de España—la Cultura europea en el año 2016. Lo que será metafísicamente imposible, porque no resulta posible defender aquello en lo que no se cree. Otro ejemplo de utilización del “nombre de España en vano” Con el enorme riesgo que supone poner en mano de un gobierno bildustarra la exportación de la Cultura de España a Europa. No basta con desear, por ejemplo, una mezcla perfecta de aceite y agua, porque tal deseo, sería estúpido por ser, físicamente, imposible. Estupidez que también se produce en política, cuando se pretende concluir mezclas, a todas luces imposible, por mucho que se arrastre por el polvo, el nombre de España.
Otro ejemplo de utilización indebida lo estamos viendo en Afganistán, donde hemos enviado soldados en nombre de España, sin ningún objetivo posible. Porque ya se ha aceptado que no se habrá conseguido ninguno de los objetivos por los que nuestros soldados están muriendo. Solo la de cumplir el expediente, político, de formar parte de la Fuerza Internacional de Seguridad de la Alianza Atlántica (ISAF), establecida en el país asiático desde 2001, cuando se abandone Afganistán. Entonces ¿por qué se utiliza en vano, el nombre de España y la vida de nuestros soldados? Respuesta, por cuestiones exclusivamente políticas. Porque cuando se abandone el territorio, los insurgentes talibán serán quienes gobiernen un país, donde no habrá igualdad entre hombres y mujeres, ni Libertad de Prensa, ni se defenderán los Derechos del Hombre.
Como también se está utilizando el nombre de España en vano en Libia. Donde en aras de una irreal donación de Democracia a un conglomerado de tribus, que desconocen lo que es la Democracia, el gobierno de España, mantiene una fuerza militar, compuesta por varias fragatas, submarinos y aviones F18, que les cuestan a los contribuyentes españoles, cerca de 20 millones de euros al mes.
De la utilización del ejército y el nombre de España en Libia, solo está obteniendo beneficios directos Repsol. Que puede continuar allí, con la extracción de petróleo para seguir vendiendo combustible en España. Hoy el gasóleo lo pagamos a 1,258 euros por litro, porque el petróleo brent se cotiza a 111,92 dólares por barril.
Mientras tanto, el 80% de las fábricas de biodiésel de España están cerradas y, solo unos pocos (muy pocos) seguimos luchando por poner al servicio de los consumidores el biodiésel como combustible nacional, renovable y más barato. En una lucha que pretende ayudar a cumplir los compromisos internacionales de España, en materia de utilización de energías renovables, pero que a la hora de la verdad, nos encontramos solos frente a los intereses de las petroleras.
…He dicho!
*Es Presidente del Instituto Hispano Luso, Argentino, Brasileño
Le informaré a usted, respetado lector, que mis contactos internacionales, con los que mantengo relaciones institucionales permanentes, en relación a un programa de “Lucha contra la erosión, el cambio climático y la pobreza en el África Subsahariana” que estamos liderando, me cuentan y no paran sobre las actuaciones y promesas “en nombre de España” del ex ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en su campaña internacional cuando optaba a ser elegido Director General de la FAO.
En su campaña electoral, que duró más de un año, Moratinos, utilizó un avión oficial Falcón 900, del 45 Grupo de la Fuerza Aérea Española, para desplazarse a más de 90 países, junto con un séquito de seis (6) personas. Todo ello, --avión, tripulación, séquito, alojamiento, dietas, etc.—fue pagado a costa de los contribuyentes españoles. Yo no he conseguido encontrar el acuerdo, ni del Consejo de Ministros, ni de la Comisión de Exteriores del Congreso de Diputados, que reflejase que: “la campaña electoral de Moratinos a la FAO tendría que ser sufragada por los contribuyentes españoles” Por tanto, urge una respuesta concreta a esa cuestión concreta. ¿Cuánto costó esa campaña electoral? Y ¿Quién la autorizó?
Pero lo peor para los intereses de España, no ha sido el enorme gasto que ha supuesto esa campaña electoral alrededor del mundo, sino lo que Moratinos fue prometiendo en “nombre de España” para obtener el voto de los países visitados. Promesas que, teóricamente, comprometían e hipotecaban a España en el futuro y que los países que votaron a favor de Moratinos, esperan ver cumplidas a medio plazo. Si España no satisface aquellas promesas, verá sus intereses en riesgo cuando, en el futuro, haga falta contar con los votos de los países defraudados, que no nos darán su apoyo por el “affaire Moratinos”.
Se dio incluso la paradoja, de que los países amigos del “Zapaterismo” como Cuba, Venezuela y Bolivia, a la hora de la verdad, votaron al candidato brasileño, José Graziano da Silva, en lugar de a Moratinos. Quedando demostrado que fue un error la utilización del “nombre de España en vano”.
Cuando aún no nos habíamos repuesto de esa utilización estúpida del nombre de España en vano, nos topamos con el acuerdo de que sea “San Sebastian-Bildustia la ciudad ganadora para acompañar a la polaca Wroclaw como Capitales Europeas de la Cultura en el año 2016” Es decir, un territorio que quiere escindirse de España, representará –en nombre de España—la Cultura europea en el año 2016. Lo que será metafísicamente imposible, porque no resulta posible defender aquello en lo que no se cree. Otro ejemplo de utilización del “nombre de España en vano” Con el enorme riesgo que supone poner en mano de un gobierno bildustarra la exportación de la Cultura de España a Europa. No basta con desear, por ejemplo, una mezcla perfecta de aceite y agua, porque tal deseo, sería estúpido por ser, físicamente, imposible. Estupidez que también se produce en política, cuando se pretende concluir mezclas, a todas luces imposible, por mucho que se arrastre por el polvo, el nombre de España.
Otro ejemplo de utilización indebida lo estamos viendo en Afganistán, donde hemos enviado soldados en nombre de España, sin ningún objetivo posible. Porque ya se ha aceptado que no se habrá conseguido ninguno de los objetivos por los que nuestros soldados están muriendo. Solo la de cumplir el expediente, político, de formar parte de la Fuerza Internacional de Seguridad de la Alianza Atlántica (ISAF), establecida en el país asiático desde 2001, cuando se abandone Afganistán. Entonces ¿por qué se utiliza en vano, el nombre de España y la vida de nuestros soldados? Respuesta, por cuestiones exclusivamente políticas. Porque cuando se abandone el territorio, los insurgentes talibán serán quienes gobiernen un país, donde no habrá igualdad entre hombres y mujeres, ni Libertad de Prensa, ni se defenderán los Derechos del Hombre.
Como también se está utilizando el nombre de España en vano en Libia. Donde en aras de una irreal donación de Democracia a un conglomerado de tribus, que desconocen lo que es la Democracia, el gobierno de España, mantiene una fuerza militar, compuesta por varias fragatas, submarinos y aviones F18, que les cuestan a los contribuyentes españoles, cerca de 20 millones de euros al mes.
De la utilización del ejército y el nombre de España en Libia, solo está obteniendo beneficios directos Repsol. Que puede continuar allí, con la extracción de petróleo para seguir vendiendo combustible en España. Hoy el gasóleo lo pagamos a 1,258 euros por litro, porque el petróleo brent se cotiza a 111,92 dólares por barril.
Mientras tanto, el 80% de las fábricas de biodiésel de España están cerradas y, solo unos pocos (muy pocos) seguimos luchando por poner al servicio de los consumidores el biodiésel como combustible nacional, renovable y más barato. En una lucha que pretende ayudar a cumplir los compromisos internacionales de España, en materia de utilización de energías renovables, pero que a la hora de la verdad, nos encontramos solos frente a los intereses de las petroleras.
…He dicho!
*Es Presidente del Instituto Hispano Luso, Argentino, Brasileño
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