*Por
Ángel Rico
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Tengo que confesar que esto de la banca
me tiene desconcertado porque es un mundo donde no funciona la lógica que
recomendaría el sentido común, sino los inconfesables intereses políticos. Empezando
por el anodino funcionamiento del Banco
Central Europeo (BCE), al que
los europolíticos impiden que funcione como un verdadero Banco Central, similar a la Reserva Federal de Estados Unidos. Desde que se constituyó el BCE en 1998, sus funciones y objetivos están definidas en el artículo 105
del Tratado de la UE, donde hay que destacar entre sus
objetivos: “definir y ejecutar la política
monetaria de la zona del euro; realizar operaciones de cambio; poseer y
gestionar las reservas oficiales de dividas de los países de la zona euro y
promover el buen funcionamiento de los sistemas de pago”.
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Cuando estamos comprobando que los
países tienen problemas de financiación, el BCE se niega a ayudar a los países en dificultades mediante la compra directa de deuda
soberana nacional, y paradójicamente les presta, el BCE, miles de millones de euros a los bancos privados, al 1% de
interés, para que estos posteriormente compren deuda soberana al 5%. Son los
propios políticos los que encarecen la deuda que sus gobiernos deben pagar,
beneficiando incomprensiblemente a los bancos privados.
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Pero lo que ya es de aurora boreal es
que cuando los bancos, por una gestión poco diligente, llegan a la bancarrota,
como estamos viendo hoy en el caso de Bankia,
tienen que ser los propios gobiernos los que, con dinero de los contribuyentes,
salen a la salvación de los bankiarrotos. --¿Usted, respetado
lector, lo entiende?--. Yo, tampoco.
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Hay muchos caminos para llegar a la
bancarrota, uno de los más utilizados es el pago de altísimos emolumentos a los
consejeros que (por sus resultados) mal aconsejan a la dirección de los
bancos. Es público, por lo sonrojante,
que el Secretario General de UGT de Madrid, cobrase 181.000 euros el pasado
año. Similares situaciones de cargos ineptos con altos estipendios se dieron en
la Caja de Castilla La Mancha (CCM) donde representantes --sindicales,
de la patronal, de la organización agraria del régimen o alcaldes de
relumbrón-- llevaron a la entidad financiara al fondo del precipicio.
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Pero no solo se lleva a la bancarrota (o cajarrota en CCM) mediante la suma de numerosos y altos estipendios, sino
permitiendo que las entidades bancarias acepten operaciones de difícil justificación.
Por ejemplo, con Caja de Extremadura,
donde se da el caso de que esta entidad concedió, en el año 2006, un crédito de
más de 9,2 millones de euros, a una
empresa participada por dos importantísimas compañías que cotizan en el IBEX35 para la construcción de una
fábrica en Extremadura. Las dificultades
del negocio dificultó la puesta en funcionamiento de la fábrica en cuestión,
manteniéndose esta --al día de hoy-- sin actividad, no devolviéndose a Caja
de Extremadura el préstamo concedido. Para sorpresa del ciudadano normal, y
del extremeño en particular, se ha divulgado la noticia de que las empresas
(importantísimas del IBEX35) que
garantizaban el préstamo (9,2 millones de euros) han traspasado “la titularidad
de la sociedad extremeña” con el pasivo de la misma, a un ciudadano particular con 9,2 millones de euros menos de
garantías ante Caja de Extremadura,
que la suma de las dos importantísimas compañías del IBEX35. Esto último no lo
digo yo, sino que es lo que consta en los correspondientes informes del Boletín Oficial del Registro Mercantil.
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Surgiendo las preguntas lógicas: --¿Quién, en Caja de Extremadura, dio el visto bueno al cambio de avalistas responsables
de un préstamo tan importante? Y otra
pregunta más, puesto que Caja de
Extremadura se ha fusionado en un proceso de fusión fría a través de un Sistema
Institucional de Protección (SIP) con Caja
de Cantabria y Caja de Asturias, creando un nuevo banco denominado Grupo Liberbank ¿Son conocedores los
socios de esta arriesgadísima operación financiera de Caja de Extremadura? Y finalmente ¿De todo esto, qué opinan en el Gobierno de la Junta de Extremadura?
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Porque cuando una caja de ahorros se
rompe, se rompe algo que es de todos los ciudadanos que tenemos ahí nuestro
poco dinero. Por tanto la vigilancia de ese tipo de operaciones debe ser total,
utilizando desde el departamento de riesgos de la Caja de Extremadura, o Cajastur,
en este tipo de arriesgadísimas operaciones, la misma frialdad que se utiliza cuando
se actúa contra un ciudadano con dificultades para pagar la hipoteca de su
vivienda. Porque 9,2 millones de euros es una cantidad lo suficientemente asustadora
para que se empiecen a dar las respuestas necesarias.
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El Banco
de España también debe implicarse en operaciones similares, y no limitarse a
un lavado de manos, cuando una entidad como Bankia tenga que ser intervenida con el dinero de todos los
contribuyentes. Antes de llegar a ese extremo debe ponerse en la picota a
aquellos responsables bancarios o cajarios, que jueguen al Monopoly con el dinero de
los impositores.
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…He
dicho!
.
*Es
Presidente del Grupo de Empresas Agrarias (GEA)
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