*Por Ángel Rico
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En
el argot político de Estados Unidos se
utiliza la expresión “pato cojo” para
referirse a los presidentes que se encuentran en la última parte de su segundo
mandato; tiempo político que los presidentes, que están a punto de dejar de
serlo, aprovechan para realizar actuaciones que les permitan pasar a la Historia , pensando más en
si mismos, que en ejecutar lo que resta por hacer de sus promesas electorales.
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Un "pato cojo" es la denominación que se le da a alguien en un cargo electivo a
quien se aproxima la fecha en que debe dejar el cargo, especialmente alguien
para quien ya se ha elegido su sucesor. En sentido literal, la expresión hace
referencia a un pato que no es capaz de seguir el ritmo de la bandada, y que
por lo tanto se convierte en blanco de depredadores.
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Las
elecciones celebradas en Estados Unidos
el –primer martes, después del primer lunes, del mes de noviembre--, donde han
vencido los candidatos republicanos, en la Cámara de Representantes (242 republicanos,
frente a los 175 demócratas), y en el Senado,
han dejado al Presidente Obama, como la imagen más clara de “pato cojo” porque, salvo del derecho de veto en algunas decisiones,
no podrá sacar, en lo que le resta de mandato,
ninguna ley adelante sin el acuerdo del Partido Republicano; lo que de hecho le convierte en una
–palmípeda-- figura, meramente
representativa.
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Ese
papel político de –no servir, legislativamente, para nada--, es algo que Obama habrá asimilado, a diferencia del
Presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, que: --a los
tres años de legislatura tiene peor valoración que el peor Zapatero; ningún presidente en la Democracia ha tenido
tan mala valoración en su primera legislatura ¡ninguno!--. ¡Rajoy campeón!
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Que
desde el Gobierno, --con mayoría absoluta en el Legislativo--, y desde el partido gobernante, se empeñen en repetir,
una y otra vez, que: --España va
bien; que estamos mejor--, es el síntoma más evidente de una situación sin
parangón, donde el partido gobernante que ha tenido el mayor desplome de la Historia política, sigue
sin querer enterarse de lo que piensa y siente la ciudadanía, en general y, sus
votantes, en particular. El CIS, ha
puesto de manifiesto que: --los ciudadanos (independientes) perciben que, en lo político y en lo
económico, estamos peor que hace un año--. Y, cuando los portavoces del PP repiten, hasta la saciedad, que
“estamos mejor que hace un año” ponen de manifiesto que la opinión de los
ciudadanos les importan muy poco, como lo demuestra la obstinación en
mantenerse en el error, antes que admitir su equivocación y, rectificar los
errores. La estrategia de –amenazar con el miedo de que vienen los “Maduro-mos”—no
servirá de remedio para aminorar la caída de votos al PP; porque, como también pone de manifiesto el CIS, los votantes del PP
que votarían a los “Maduro-mos” son, hoy,
casi 600 mil (el 6%) de los que votaron al PP
en las últimas generales.
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Llegados
a este punto, en el “Ala Oeste” de La Moncloa (y de Génova, 13) deberían plantearse un urgente cambio de estrategia
para que el PP deje de dar la imagen
de que le están tomando el pelo a los ciudadanos de forma permanente. Pero para
ese, hipotético, cambio de rumbo es imprescindible que dos mujeres, ¡dos!, –Soraya Sáenz de
Santamaria, en el Gobierno; y María
Dolores Cospedal, en el Partido
Popular--, admitan que la renovación interna es necesaria. Surgiendo la
pregunta: --¿Habrá la necesaria humildad para admitir el error, o dominará la
soberbia que llevará al país al despeñadero?—
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De
momento, los asesores en grandes inversiones, --JP Morgan— ante las expectativas de que la incertidumbre política
crezca a nivel tanto regional como central” en España, recomienda no comprar deuda española, por los
asuntos referidos al ascenso político de los “Maduro-mos” y el ridículo
gubernamental, --por inacción política-- en lo referido a la rebelión del
representante del Estado en Cataluña, frente al propio Estado; además de demostrar a los
ciudadanos que: --la Justicia no es
igual para todos--, como ha quedado demostrado en Cataluña, donde no se cumplen las leyes, ni las sentencias de los
tribunales y, a los incumplidores, ¡no les pasa nada!
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Obama y Rajoy, además de su
protagonismo como “patos cojos” acabarán pareciéndose en los resultados obtenidos:
--Obama es el presidente bajo cuyo
mandato su partido, en las elecciones legislativas de 2008, 2010, 2012 y 2014, ha perdido más
puestos en el Legislativo desde que Eisenhower, dejó la
Casa Blanca en 1960--. Rajoy, tras las próximas elecciones –municipales, autonómicas y
generales (sigo defendiendo que se harán coincidir las tres elecciones) será el
presidente del gobierno y líder político en España,
bajo cuyo mandato, mayor pérdida de representantes tendrá su partido.
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Que
Rajoy sea o no, un “pato
cojo” dependerá de la actitud que, en lo que resta de legislatura, tenga
para afrontar las distintas cuestiones que preocupan a los españoles; de no
hacerlo la –cojera del pato— será evidentísima. Los patos son aves palmípedas,
que como es sabido: --se dice de las aves que tienen los dedos palmeados, a
propósito para la natación; como es el caso del ganso, el pelícano, la gaviota
y el pájaro bobo. ¡Pues eso!
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano
Luso
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