*Por Ángel Rico
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Le
confesaré a usted, respetado lector, que estoy confuso con las reacciones
provocadas, en amigos pro israelíes, por
la actitud de Estados Unidos, y
otros países (entre ellos España)
respecto a la “resolución tendenciosa de la ONU (del 23 de diciembre) relacionada con Oriente
Medio, en general y, contra Israel,
en particular”; no pretendo, en esta ocasión, entrar en el fondo de la
“resolución” sino en: --por qué las cosas ocurren como ocurren--. Muchos
defensores externos de Israel, se
limitan a –proferir improperios cuando la ONU
y la UE aprueban resoluciones contrarias
a la lógica, a la seguridad, a la paz y a la Historia. Limitándose a insultar a quienes tomaron este o aquél
acuerdo, quedándose –de forma pasiva-- sin hacer nada hasta pronunciar el siguiente insulto.
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Y,
salvo mejor opinión, es ahí (en la pasividad insultante de los ciudadanos
buenos) donde radica parte del problema que pende sobre Israel y sus ciudadanos, porque ya sea, en esta ocasión, Barack Hussein Obama, como en otras lo
fue Federica Mogherini, Alta representante para Asuntos Exteriores y
Política de Seguridad de la Unión Europea, y casi siempre François
Hollande, Jorge Mario Bergoglio y/o, Mariano Rajoy (entre otros) quienes, en diferentes foros,
permiten o apoyan resoluciones que, sin beneficiar a la paz mundial, sí
perjudican a los israelíes. A cambio de que, diversas satrapías árabes (donde
no existen los Derechos Humanos), les dediquen una sonrisa cómplice e
indignante. Su hipocresía insulta nuestra inteligencia.
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Los amigos de
Israel, como ciudadanos independientes con criterios propios, podemos
hacer algo más productivo que el insulto, tras cada resolución o acuerdo contra
Israel. Podemos actuar como lobby civil, dejando claro a los países
protagonistas, y a sus representantes, que: –toda acción producirá una reacción
contraria, similar a la que se ha aplicado, con éxito, con el cava catalán –no
queréis independencia, pues os bebéis vosotros todo vuestro cava--. En este
caso, todas aquellas personas que aceptamos la propuesta de ser algo más que
–insultadores pasivos--, hemos iniciado la reacción (posterior a la acción de la
resolución) motivando a las amistades e influencias para que –actúen en
consecuencia respecto a bienes y productos de, Japón, Nueva Zelanda,
Francia, Reino Unido, Rusia, Estados Unidos, China y España (en el resto de
satrapías como Angola, Egipto, Malasia, Senegal, Ucrania, Uruguay y
Venezuela, también). Usted, respetado lector, estará pensando –que los
ciudadanos involucrados podemos hacer poco--; siendo de aplicación aquello de:
--grano, no hace granero pero ayuda al compañero--. Y lo importante (lo
verdaderamente importante) es que los países y las empresas de esos países
sepan: --que las resoluciones sin fundamento, movidas por la falta de documentación,
y por el odio visceral tendrán consecuencias--. Porque, si lo hacemos bien (y
nosotros sabemos hacerlo bien) conseguiremos el efecto de una rodante bola de
nieve, que va agrandándose con cada acción.
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Tan mala es la falta de información, --sobre
seguridad y sobre la Historia de Israel— por parte de quienes
apoyan resoluciones equivocadas, como de aquellos ciudadanos que insultan a
quienes tomaron esta o aquella resolución, pecando de similar falta de
información. De esa realidad se benefician quienes dirigen cierto tipo de
política internacional, que saben que –solo recibirán un insulto sin efectos
directos--.
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¿Por qué tanta sorpresa sobre la abstención de Obama?
(Que podría haber vetado la resolución de la ONU) Y, ahí es donde
aparece la fábula de la rana y el escorpión, a saber: -- Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le
acercó un escorpión que le dijo: —Amiga rana, necesito cruzar el río. ¿Podrías
llevarme en tu espalda? —No. Si te llevo en mi espalda, me picarás y me
matarás. —No seas tonta —le respondió entonces el escorpión— si te picase, me
hundiría contigo y me ahogaría. Ante esta respuesta, la rana accedió. El
escorpión se colocó sobre la espalda de la rana y empezaron a cruzar el río.
Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, el escorpión (Obama) picó a la rana. La rana, al
sentir picotazo y darse cuenta que iba a morir, le preguntó al escorpión: —
¿Por qué me has picado, escorpión? ¿No te das cuenta de que tú también vas a
morir? A lo que el escorpión respondió: – Rana… mi amiga, no lo pude evitar,
porque es mi naturaleza--.
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La abstención de Obama, está en la naturaleza
de un personaje que ha ido de equivocación,
en equivocación, en equivocación respecto a la política internacional,
desde su conferencia (llena de inexactitudes) “Un nuevo comienzo”, en junio de
2006, en la Universidad de El Cairo. Soy de la opinión que es (Hussein
Obama) el responsable directo de las decenas de miles de muertos que ha
provocado la estúpida e imposible “primavera árabe”, por aquellos fanáticos que
se sintieron protagonistas de las recomendaciones del primer Presidente --negro,
musulmán, además de estúpido--, (me permito parafrasear a Forrest Gump
“tonto es el que dice tonterías”) de EE.UU.
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A un servidor, no le encontrarán en el insulto seco,
(sin ser razonado con datos objetivos) a aquellos que por sus acciones (u
omisiones) perjudiquen a Israel; pero en todos aquellos foros, reuniones
con políticos, con empresarios, con estudiantes y con ciudadanos
independientes, donde sea posible hacer lobby, allí nos verán informando, de que la Historia
es como es; y que Palestina no es un Estado, porque quienes
gobiernan la “Franja de Gaza y Cisjordania” la “Autoridad
Nacional Palestina” controlada, de facto, por –Fatah, (organización
político, militar, terrorista) y por Hamás (Movimiento de Resistencia
Islámico)-- prefieren una realidad como la actual, donde sus propios ciudadanos
civiles son meros peones en su sangrienta política, y es conveniente que sirvan
de “bajas asumibles” para garantizarse su status quo, antes que dotarse de poderes “Legislativo,
Ejecutivo y Judicial” donde sea de aplicación los Derechos del
Hombre (y, sobre todo, de la Mujer), instrumentos en los que se basa cualquier Estado
democrático del mundo.
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Como escribió Tennessee Williams: --La única cosa
peor que un mentiroso es un mentiroso que también es hipócrita--. Y, en Barack
Hussein Obama, se dan estas dos circunstancias.
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…He
dicho!
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*Es Presidente del
Instituto Hispano Luso
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