*Por Ángel Rico
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En
este fin de semana, los noticiarios centrarán su tiempo en la celebración del
trigésimo noveno congreso del PSOE;
un concilio donde más que debatir sobre el futuro de España, los unos y los otros, dedicarán el tiempo para asegurarse el: --¿Qué
hay de lo mío?--. Después de que los ganadores de las primarias repitan en
voz alta “¡hay que ser sanchizta antes
que socialista!”
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Que
los principios del actual líder de tan histórico partido, se
concentren en el “yo, conmigo mismo”, dejan poco espacio a la esperanza de que,
--el resultado “del 39”-- sirva para planificar el futuro político de la España, que forma parte de una Europa donde los partidos
socialdemócratas han ido, uno tras otro, tras otros, feneciendo como fenecen
las lechugas (y las rosas) cuando les falta el agua durante un largo espacio de
tiempo.
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Una
vez que se haya resuelto lo referido al “¡Aquí
mando yo!” y la mayoría de los asistentes, a la luz de sus encendedores
hayan coreado el –Pedro, Pedro, …Pedro, tu sí que vales— se entrará a debatir “la
plurinacionalidad de España”. Algo similar a debatir “la pluri-gajo-sidad de
una naranja”. Y ahí es donde se podrá percibir, si hay más interés en la España
de 1933 o en la España de 2020. –A la “Declaración de Granada” (julio de 2013) le
ha vencido la fecha de caducidad.
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El
“sanchizmo” para justificar su razón de ser, necesita con urgencia llegar a
gobernar. Y para alcanzar el gobierno necesita el apoyo de todos aquellos a
quienes España les importa una higa
(con perdón). Y la totalidad de esos, potenciales, votos parlamentarios están
por “el derecho a decidir”; es decir, que una parte (Cataluña y Las Vascongadas)
puedan decidir por la totalidad del Pueblo español, contraviniendo lo que, al
respecto, dice la Constitución Española:
--Artículo 1.2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que
emanan los poderes del Estado--. El “sanchizmo”
retorcerá lo que haga falta la Constitución, para aprobar con argucias
(indefendibles en la mayoría de territorios) que –unos territorios tienen más
derechos que otros territorios--.
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Esta
dinámica, que no ocurre en ningún país de Occidente,
y que está instalada en el imaginario colectivo, empezó a agravarse por lo que
se permite en el deporte; verbigracia, me explicaré: --Cuando se admite que,
distintos seleccionadores nacionales y de distintos deportes, convoquen para
jugar partidos en defensa de España a jugadores que están en contra de España. O que clubes de fútbol, como el
Barcelona, participen en movimientos
secesionistas, de una parte respecto del todo, participen en la Liga Española
de fútbol, de baloncesto, etc; O en el campeonato de la Copa del Rey (de
España), se les está haciendo el juego, desde el Estado a quienes quieren
romper el Estado.
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Aquí
el “Marqués de La Masia” le hizo mucho daño a los intereses de España, con las
reiteradas justificaciones de que se puede vestir la camiseta nacional de
España, aún estando en contra de la realidad de España.
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Llegados
a este punto, un servidor, es de la opinión que usted, respetado lector, junto
con otras personas a título individual, podemos participar en la solución a
este problema, que cada día es más grave. --¿cómo hacerlo?—tratando de influir
en aquellos políticos a los que conozcamos, que actúen en los distintos niveles
de la política, local, autonómica y/o nacional, para que se urja la
modificación de la Ley del Deporte, donde se incluya que: --los deportistas no
están obligados a jugar defendiendo los intereses de España, como nación, de su
Constitución, su Himno, su Bandera y la Jefatura del Estado; y si deciden
participar deberán acatar la Constitución, de igual forma que, por ejemplo, hacen
los funcionarios de carrera--. Procede recordar la fórmula solemne habitual: “Juro (o prometo) cumplir fielmente las obligaciones del cargo
con lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución como norma
fundamental del Estado” (sic)
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Similar
requerimiento se les debe trasladar a los clubes deportivos que quieran
participar en la competición de liga y/o Copa del Rey que: –No están obligados
a hacerlo, y si en sus campos de fútbol o en partidos disputados en campos
terceros, se pitase al Himno, a la Bandera o al Jefe del Estado, esos equipos
quedarían expulsados durante cinco (5) de la competición.
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Así
de esta forma, con casos pequeños se podrán construir los cimientos para evitar
que, se desmorone la estructura del Estado. Difícilmente se podrá poner
solución al grave problema del secesionismo, si la sociedad no se implica en
los casos pequeños.
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Porque,
no imagino al equipo de personas que el “sanchizmo” elegirá para la Ejecutiva,
cuanto para el Comité Federal del “PSOE” defendiendo los intereses generales de
España, ni los de usted, respetado lector, porque: --¿Qué diferencia hay entre
ser hijo de un burgués y, todo el tiempo, vivir de las rentas, qué ser un socialista que
solo ha vivido del carné toda la vida?—
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Es
previsible que, el día uno de octubre, de acuerdo con su amenaza, Puigdemont, convoque un referéndum en
Cataluña y que, el “marqués del percebeiro” no aplique, disponiendo de mayoría
absoluta en el Senado, el artículo 155 de la Constitución, que conviene
recordar que indica lo siguiente: -- Si una Comunidad
Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le
impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España,
el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en
el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado,
podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento
forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés
general—(sic)
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Ante
este supuesto, el “sanchizmo”, arguyendo que –hay que evitar el choque de
trenes, sugerirá que lo mejor será dialogar con los secesionistas; y que ese
diálogo solo lo puede conseguir “Pedro I
el Elegido” presentarán otra moción de censura, contra Rajoy. Moción a la que tendrán que sumarse todos aquellos partidos que
quieren una España en gajos, y cuyo aspirante a Presidente sería el marido de
María Begoña Gómez Fernández.
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Ante
esa amenaza, Rajoy (Percebe I de La Moncloa) solo tendrá un
movimiento, (¡solo uno!) disolver las Cortes, en octubre y convocar elecciones,
a finales del próximo mes de noviembre, siguiendo la filosofía de, Robert Fisher, en “El Caballero de la armadura oxidada”:--Las decisiones son fáciles
cuando sólo hay una alternativa—
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Si
usted, respetado lector, me pregunta: --¿Qué creo que ocurriría en ese supuesto
electoral?—Respuesta: --Que la suma de diputados de los partidos
constitucionalistas, se acercará a la mayoría absoluta, donde “los ciudadanos
en Marcha española” acabarán poniendo a cada partido, donde les corresponde— Y
el “sanchizmo - podemismo” nunca llegarán a desgobernar España.
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…He dicho!
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*Es
Presidente del Instituto Hispano Luso
http://www.europapress.es/nacional/noticia-alfonso-guerra-pide-aplicar-ya-articulo-155-cataluna-avisa-no-les-frenara-hablando-nacion-naciones-20170617100648.html
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo, soy militante socialista y no me entra en la cabeza lo del Estado plurinacional, y como yo muchos afiliados, de hecho, si se aprueba, me doy de baja
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