*Por
Ángel Rico
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Cada día es más evidente que --el
anestesiamiento general de la sociedad civil, está suponiendo un peligro para
la propia sociedad--. El desgraciado caso del último atentado en Londres, --donde un valiente español,
saltándose el protocolo policial, hizo lo que hacen los valientes, en aquellos
lugares donde hay algún valiente--, ha sacado a la luz “el protocolo
recomendado por la Policía de Londres”
ante un atentado terrorista –“Run”, “Hide”,
“Tell” (corre, escóndete, cuenta)--; lo que aún siendo trágico, nos hace
recordar la llamada telefónica de Gila:
--¿…es el enemigo?
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Salvo mejor opinión, soy de los
que creen que: --no es positivo delegar
todas las cosas cotidianas que nos rodean, en exclusiva, en los
políticos y en la policía; la ciudadanía debe implicarse, por ejemplo, en
denunciar aquellos casos que no estén bien, y de los que seamos conocedores, en aquellos lugares donde se resida o se esté
en un momento determinado, independientemente del grado de importancia que
tenga el asunto-- ¡Lo que está mal, está
mal! La tolerancia, como asumibles, de casos graves de corrupción política,
llega al imaginario colectivo, tras haberse asumido, como aceptables, casos
pequeños de, cotidiana, corrupción política y/o policial. Lo que fue una pequeña
infección, sanable con un tratamiento acertado, acaba convirtiéndose en una
septicemia social.
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La implicación de la sociedad
civil, en la vida que nos rodea debe empezar, por aceptar que se puede
participar, interactuando, en las cosas pequeñas, por ejemplo, supongamos que
usted, respetado lector, vive en Ciudad
Real (capital); en ese caso usted puede estar incluido en algunos de los siguientes
supuestos: --1º Ciclista, que
circula por la calzada; --2º Ciclista,
que circula en ocasiones (pocas) por la calzada, y en otras ocasiones (las más)
por las aceras; --3º Peatón que, en
más de una ocasión, ha tenido que sortear (con evidente riesgo personal) a ciclistas que
circulaban por la acera; --4º
Conductor que se ha tenido que detener en un paso de peatones, para que (de
acera a acera) cruzase un ciclista
subido en la bicicleta; --5º Peatón
que, hasta ahora, no era consciente que los ciclistas que circulan por las
aceras, lo hacen de forma ilegal; y –6º
Policía Local, que siendo consciente de lo anterior, tiene “órdenes de no ver”
(sic) lo que estamos relatando--.
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Lo que podría identificarse
como una “ciudad moderna” donde se utiliza la bicicleta para los
desplazamientos por la ciudad; en realidad es una “ciudad modeLna” (con l, de
lanudo) que, en este caso, tiene mucho
de hipocresía y menos de defensa de los derechos de los peatones, que aunque
pueda haberse olvidado los peatones tienen sus derechos.
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Un amigo me preguntaba: --¿Por
qué me he implicado en una causa contra los ciclistas que utilizan el
inexistente “derecho de acerada”?—Viéndome obligado a contarle que:--en una
ocasión, fui testigo de cómo, una señora que caminaba por la calle Reyes,
dirección Ronda de Alarcos, por la acera derecha, tuvo que bajarse, a la
calzada, a pesar de necesitar una muleta para moverse, para permitir que dos
ciclistas que, por dicha acera, circulaban con dirección al Parque del Prado.
La señora tuvo que seguir, de forma renqueante, caminando por la calzada junto
a los vehículos que por allí circulaban. Cuando, un servidor, le afeé a los
ciclistas su incumplimiento de la Ley de
Tráfico, y su actitud poco cívica, fui reprendido con un –no te metas en lo
que no se mete la Policía Local--.
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Desde aquel momento, sin
pretenderlo, fui consciente de los innumerables casos de ciclistas que circulan
por la acera. Soy de la opinión que: --“una vez es casualidad, dos veces es
coincidencia, tres o más veces es un patrón”--, por lo que debo concluir
que: --la circulación, contraria a la Ley
de Tráfico, de las bicicletas por las aceras de Ciudad
Real, se ha convertido en “patrón”
inadmisible que solo es posible con la, presumible, anuencia cómplice del Ayuntamiento.
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Para no dejar este asunto en
manos del azar, con fecha 20/04/2017 presenté una denuncia ante el titular de
la Concejalía de Régimen Interior y
Seguridad Ciudadana, del Ayuntamiento
de Ciudad Real, donde, entre otras cosas, le informábamos de la sentencia del Tribunal
Supremo, en relación a la ordenanza del Ayuntamiento de Zaragoza, (Recurso de casación 2094/2012 de 10/04/2014)
que hacía la vista gorda en relación a que las bicicletas circulasen por la
acera de aquella ciudad, donde: Los magistrados manifestaron que la
inclusión de las bicicletas dentro de la categoría de "vehículo" se
ajusta plenamente a lo establecido en el Anexo I de la Ley de Tráfico, que en su apartado 4 define aquél como "artefacto
o aparato apto para circular por las vías o terrenos a que se refiere el
artículo 2", sin distinguir según sean o no de motor. El Supremo considera que los términos
"acera" y "zona peatonal" "no dejan "lugar a
ninguna duda" sobre el destino "exclusivo" de esos espacios para
los peatones. Hay que observar que
los apartados 55 y 56 del Anexo I de la Ley de Tráfico, relativos a las categorías de 'acera' y
'zona peatonal', no dejan lugar a ninguna duda sobre el destino exclusivo
de esos espacios para los peatones. Y a partir de este punto, huelga cualquier
discusión sobre la eventual utilización compartida de un mismo espacio
por peatones y ciclistas, pues se trata de algo legalmente no
permitido". Por cierto:
--Denuncia de la que se ha dado traslado
al Ministerio Fiscal--.
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Si usted, respetado lector, se
está preguntando: --¿por qué los concejales de la oposición no son conscientes
del riesgo a los que, con esta reiterada práctica tan incívica, se enfrentan
los peatones? –tengo que responderle que, yo tampoco lo entiendo.
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Por todo lo anterior, y una
vez que hemos aceptado que: --los concejales del equipo de gobierno, corren el
riesgo de acabar con problemas en sus cervicales, al dedicar tanto tiempo a
mirarse el ombligo; que el responsable de la Concejalía de Régimen Interior y Seguridad Ciudadana, sigue con sus
clases de “aprendizaje para tocar el violón”; y el resto de concejales de la oposición,
siguen a la espera de que el sol salga todas las mañanas para ver qué les trae
el albur, sin implicarse (salvo una honrosa excepción) en controlar la, manifiestamente
mejorable, gobernanza municipal, alegrándose del ¡cuánto peor mejor!—la ciudadanía civil, deberemos implicarnos en
que los derechos de los peatones se respeten, para ello, mediante un protocolo
ciudadano: --“Evita el choque,
fotografía al ciclista y avisa a la Policía”-- (“Avoid colision, take the rider a photo and warn
the police”) y, una vez que contemos con un número
suficiente de fotografías de incumplidores de la Ley de Tráfico, presentarlas como asociación creada, ad hoc, al Ministerio Fiscal, y veamos qué es lo
que pasa.
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Si
en el futuro, --no lo quiera la providencia—ocurriese un accidente grave,
provocado por alguno (de los múltiples) ciclistas que circulan por la acera; o
un enfrentamiento o pugna a manotazos, entre peatones que esgriman el
cumplimiento de la Ley de Tráfico, y
algún ciclista, que esgrimiese su “derecho de acerada”, el Ayuntamiento de Ciudad Real deberá ser consciente, que tanta permisividad
se podrá esgrimir en contra de la, evidente, complicidad del Ayuntamiento.
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Porque, como dijo, Yukio Mishima: --La urbanidad es como
un juego. Pero se trata de un juego en el que se entrelazan complejas
cuestiones de orgullo—Y, el equipo de gobierno, presidido por la Alcaldesa de
la perenne sonrisa, recordarle que, es real el riesgo social, como escribió, Patrick O’Brian, en el “Capitán de mar y guerra” (1970): --Por
un momento sintió unas ganas enormes de coger la silla dorada y estamparla
contra la cabeza de aquel ciclista de tez blanca, pero dando muestra de
tolerancia y civismo lo dejó pasar… ¡Pues
eso! Y, a los concejales de la oposición recordarles lo que dijo Don Quijote: -- “Sábete,
Sancho, que no es un hombre (o un
concejal) más que otro si no hace más
que otro”
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso
Es sabido que desde antiguo hay una clase de personas que tienden a “matar al mensajero”; recordemos al “primer mensajero que dio, a Tigranes, la noticia de la llegada de Lúculo y que al no ser (la noticia) del agrado de Tigranes, este le cortó la cabeza al mensajero". Desde aquel momento nadie se atrevió a comentar que la guerra se extendía a su alrededor. (Aunque la guerra seguía extendiéndose). En el caso del, “derecho de acerada” de las bicicletas ha ocurrido lo mismo: --que algunos de los seguidores del partido del gobierno, se han molestado, alegando que “el Equipo de Gobierno está para las cosas grandes” olvidando que –quienes no son capaces de resolver las pequeñas cosas, serán (sin ninguna duda) incapaces de resolver las cosas grandes. En cualquier caso, a los ofendidos les he trasladado una pregunta: --En lo que llevamos de legislatura municipal ¿Cuántas sanciones se han puesto en Ciudad Real a ciclistas que circulaban por las aceras? ¿Cuántas, más o menos de una?
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Por parte de los “muy cafeteros” partidarios del PP (en la oposición) también han coincidido en lo mismo: --la oposición está para afear las cosas grandes--. ¿Qué es esto de dedicarse a los derechos de los peatones respecto a los ciclistas? ¡La oposición está para cosas grandes!
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En ambos casos, a los unos y a los otros, les he tenido que aclarar que: --yo, solo soy el mensajero—y que de seguir así, los unos y los otros, acabarán viendo de cerca la punta del pié de los electorados en el momento de ser botados (con B) en las próximas elecciones municipales, porque la ciudadanía no admite más, tanta desidia. “La ignorancia, la mentira y la desidia pueden producir falsas sensaciones de equilibrio y felicidad” -