*Por Ángel Rico
“Tengamos fe en que el Derecho constituye la fuerza” nos dijo Abraham Lincoln. Hasta que apareció Alfredo Pérez Rubalcaba –actual ministro del Interior y Vicepresidente del Gobierno de España (el peor gobierno de la Democracia)--, que con una sucesión de pérfidas y alevosas actitudes, representa el ejemplo más claro de lo que significa utilizar la Ley solo cuando beneficia a los propios y se la salta en el resto de ocasiones. “Rubalcaba ese gran mentiroso”
¿Por qué este ministro del Interior no cumple con sus obligaciones, cuando la mirada general está centrada en él? El mandato de la Junta Electoral Central ha prohibido, de manera expresa, la continuidad de la concentración en la Puerta del Sol considerando que se trata de un acto incompatible con la serenidad que la Ley establece como garantías de la libertad de voto en la jornada anterior a unas elecciones. ¿Por qué incumple la Ley que, prometió hacer cumplir, cuando aceptó ser ministro del Interior?
Se empieza por no cumplir lo que dicta el máximo órgano electoral, la Junta Electoral Central, y se acaba por entrar a los colegios electorales con pucheros gubernamentales, a la hora del recuento de votos. Tan ilegal es una cosa, como la otra. Y quién es capaz de hacer lo uno, es capaz de hacer lo otro.
La Historia acabará hablando en algún momento, y nos enteraremos de qué se firmó por el PSOE antes de las elecciones del año 2004. Mientras tanto, ahí está el Derecho a reflexionar sobre ¿el por qué? De tanto arrastrar por el fango la legalidad y el Estado de Derecho.
“Seguramente –es-- más oportuno considerar las Constituciones como superestructuras levantadas al objeto de garantizar el mantenimiento del Estado de Derecho que, como suele hacerse, atribuirles la categoría de fuente de todas las demás Leyes” nos dijo: Friedrich Hayek. Por tanto, lo que hay que conservar es el Estado de Derecho, con la incuestionable separación de poderes. Algo que el PSOE ha conseguido mezclar en una suerte de mahonesa maloliente, donde no se sabe donde empieza el Ejecutivo y termina el Judicial, porque todo huele a Legislativo. Ya sea en el Tribunal Supremo, o el Tribunal Constitucional o la Junta Electoral Central, en todos los casos los miembros del PSOE, votan en contra de la Constitución, del las Leyes, en vigor, y por tanto en contra del Estado de Derecho. Lo que digo no es una opinión, son datos empíricos.
¿Este es el Estado que queremos? Yo creo que España se merece “un gobierno que cumpla y haga cumplir la Ley” Para ello, en ese gobierno, no tienen cabida Zapatero, Rubalcaba ni Francisco Caamaño, que desde sus cargos de Primer ministro; ministro del Interior y ministro de Justicia, han perdido lo más valioso de sus cargos “la fuerza moral” Se han quedado sin argumentos para pedir a la sociedad que cumplan las leyes (cualquier Ley) cuando este gobierno, de forma tan manifiesta, se ha puesto al margen de la legalidad vigente.
“Largo es el camino de la enseñando por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos” nos dijo Séneca. El actual gobierno de España, ya nos ha hablado con sus ejemplos. Nos lo dejan claro cada día, si interesa se esgrime el cumplimiento de la Ley y las sentencias de los tribunales, si perjudica, se actúa sin hacer nada y se recurre a la retórica falsa de los trileros. Así viene siendo desde la jornada de reflexión del 13M de 2004. Así son, porque así los conocemos.
El refranero español nos recuerda aquello de: “Criad cuervos que os sacarán los ojos” la amarga lección de desengaño que contiene esa moraleja, debe hacernos pensar en la manifiesta actitud despótica de este gobierno incumplidor de la legislación que, mas temprano que tarde, se volverá en contra de los que confiaron sus expectativas en la esperanza de que el “corvus coras” de la moraleja, cambie de actitud.
Pretender dar la representatividad de la sociedad a un grupo de gente vociferante, reunidos bajo un montón de eslóganes, colocándolos en una posición de igualdad con los legisladores elegidos por las urnas, es una de las peores dejadeces de funciones, que puede propiciar un gobierno. Un grito no puede tener más fuerza que un voto libre.
Francisco de Quevedo ya nos lo dijo: “El valiente tiene miedo del contrario; el cobarde, de su propio temor” ¿A su juicio, respetado lector, el gobierno –con su actitud-- se está mostrando valiente o cobarde? En efecto, la cobardía no hace al gobierno inteligente ni mejor, le hace simplemente, cobarde. Y la Ley, y su cumplimiento, es la base de la Democracia. Y para ello es necesario un buen gobierno, que cumpla siempre las leyes.
…He dicho!
*Miembro de FAPE
“Tengamos fe en que el Derecho constituye la fuerza” nos dijo Abraham Lincoln. Hasta que apareció Alfredo Pérez Rubalcaba –actual ministro del Interior y Vicepresidente del Gobierno de España (el peor gobierno de la Democracia)--, que con una sucesión de pérfidas y alevosas actitudes, representa el ejemplo más claro de lo que significa utilizar la Ley solo cuando beneficia a los propios y se la salta en el resto de ocasiones. “Rubalcaba ese gran mentiroso”
¿Por qué este ministro del Interior no cumple con sus obligaciones, cuando la mirada general está centrada en él? El mandato de la Junta Electoral Central ha prohibido, de manera expresa, la continuidad de la concentración en la Puerta del Sol considerando que se trata de un acto incompatible con la serenidad que la Ley establece como garantías de la libertad de voto en la jornada anterior a unas elecciones. ¿Por qué incumple la Ley que, prometió hacer cumplir, cuando aceptó ser ministro del Interior?
Se empieza por no cumplir lo que dicta el máximo órgano electoral, la Junta Electoral Central, y se acaba por entrar a los colegios electorales con pucheros gubernamentales, a la hora del recuento de votos. Tan ilegal es una cosa, como la otra. Y quién es capaz de hacer lo uno, es capaz de hacer lo otro.
La Historia acabará hablando en algún momento, y nos enteraremos de qué se firmó por el PSOE antes de las elecciones del año 2004. Mientras tanto, ahí está el Derecho a reflexionar sobre ¿el por qué? De tanto arrastrar por el fango la legalidad y el Estado de Derecho.
“Seguramente –es-- más oportuno considerar las Constituciones como superestructuras levantadas al objeto de garantizar el mantenimiento del Estado de Derecho que, como suele hacerse, atribuirles la categoría de fuente de todas las demás Leyes” nos dijo: Friedrich Hayek. Por tanto, lo que hay que conservar es el Estado de Derecho, con la incuestionable separación de poderes. Algo que el PSOE ha conseguido mezclar en una suerte de mahonesa maloliente, donde no se sabe donde empieza el Ejecutivo y termina el Judicial, porque todo huele a Legislativo. Ya sea en el Tribunal Supremo, o el Tribunal Constitucional o la Junta Electoral Central, en todos los casos los miembros del PSOE, votan en contra de la Constitución, del las Leyes, en vigor, y por tanto en contra del Estado de Derecho. Lo que digo no es una opinión, son datos empíricos.
¿Este es el Estado que queremos? Yo creo que España se merece “un gobierno que cumpla y haga cumplir la Ley” Para ello, en ese gobierno, no tienen cabida Zapatero, Rubalcaba ni Francisco Caamaño, que desde sus cargos de Primer ministro; ministro del Interior y ministro de Justicia, han perdido lo más valioso de sus cargos “la fuerza moral” Se han quedado sin argumentos para pedir a la sociedad que cumplan las leyes (cualquier Ley) cuando este gobierno, de forma tan manifiesta, se ha puesto al margen de la legalidad vigente.
“Largo es el camino de la enseñando por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos” nos dijo Séneca. El actual gobierno de España, ya nos ha hablado con sus ejemplos. Nos lo dejan claro cada día, si interesa se esgrime el cumplimiento de la Ley y las sentencias de los tribunales, si perjudica, se actúa sin hacer nada y se recurre a la retórica falsa de los trileros. Así viene siendo desde la jornada de reflexión del 13M de 2004. Así son, porque así los conocemos.
El refranero español nos recuerda aquello de: “Criad cuervos que os sacarán los ojos” la amarga lección de desengaño que contiene esa moraleja, debe hacernos pensar en la manifiesta actitud despótica de este gobierno incumplidor de la legislación que, mas temprano que tarde, se volverá en contra de los que confiaron sus expectativas en la esperanza de que el “corvus coras” de la moraleja, cambie de actitud.
Pretender dar la representatividad de la sociedad a un grupo de gente vociferante, reunidos bajo un montón de eslóganes, colocándolos en una posición de igualdad con los legisladores elegidos por las urnas, es una de las peores dejadeces de funciones, que puede propiciar un gobierno. Un grito no puede tener más fuerza que un voto libre.
Francisco de Quevedo ya nos lo dijo: “El valiente tiene miedo del contrario; el cobarde, de su propio temor” ¿A su juicio, respetado lector, el gobierno –con su actitud-- se está mostrando valiente o cobarde? En efecto, la cobardía no hace al gobierno inteligente ni mejor, le hace simplemente, cobarde. Y la Ley, y su cumplimiento, es la base de la Democracia. Y para ello es necesario un buen gobierno, que cumpla siempre las leyes.
…He dicho!
*Miembro de FAPE
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