*Por Ángel Rico
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Bertolt Brecht, dijo:
--“El peor
analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los
acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los
frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios,
dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se
enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de
su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de
todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las
empresas nacionales y multinacionales”--, y, un servidor confiesa que, “estoy
de acuerdo”
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El analfabetismo político es más grave aún cuando
se trata de acontecimientos en el exterior, que el analfabeto mira como quien
ve llover. Los informativos diariamente nos ilustran de lo que está ocurriendo
en países musulmanes, relativamente, cercanos y relacionados con las masacres
de unos seres humanos, a manos de otros seres que se consideran los elegidos
por Alá para impartir justicia en el
mundo. Exterminios que se repiten un día y otro día, por la peligrosa
ignorancia de una sociedad que cree que le va bien, manteniéndose en la idiocia
colectiva.
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La hipocresía de este peligroso analfabetismo, se
pone de manifiesto cuando se eleva la voz y se escenifican gestos de
indignación, por varias muertes, por ejemplo, en Gaza; frente al estridente silencio de miles de muertes en Siria, Afganistán, Pakistán, y cientos
de niñas secuestradas por Boko Haram,
en Nigeria. Así es de falsa, una
gran parte, de la analbafeta sociedad occidental.
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Usted, respetado lector, se estará preguntando:
--¿por qué usted tendría que evidenciar una rebelión activa, cuando Jorge Mario Bergoglio se muestra tan comprensivo con el Islám, religión a la que el Papa denomina “religión de paz” y al C’rán “libro de paz”?--, la respuesta que se me ocurre
es: --porque la verdad os hará libres— Dijo entonces Jesús a los Judíos (Juan
8: 31-38) Y la verdad actual es que: --las acciones en nombre del Islamismo
son tan repugnantes, como la complacencia del populista Bergoglio ante lo que resulta política, social y
religiosamente inadmisible--. Cuando se puede hacer más, es injusto conformarnos
solo con la condena, papal.
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Occidente, no puede permitir ni un día más que se
generalicen los actos de exterminio sobre unos seres humanos, que no han tenido
la capacidad de aprender que “es injusto lo que les está pasando”. Para estos
seres humanos, “el silencio de Occidente es la mayor bofetada, y nuestra
ignorancia, la mayor cicatriz”. Desear
“feliz navidad” a quienes se sientan en nuestra mesa, ignorando las noticias de
masacres en países musulmanes que la televisión está informando en ese mismo
momento, es la evidencia de la enfermedad social de Occidente. Volviendo a Bertolt
Brecht: --“El que no sabe es un imbécil. El que sabe y calla es
un criminal”--.A tal grado de insensatez llega la situación que,
los pasados días festivos la, todavía, corresponsal de TVE en Palestina, Yolanda Álvarez,
informaba: --el turismo se ha resentido en los sagrados lugares por el temor a
los ataques de Israel en su guerra contra Gaza--. Olvidando la “prohamastina”, que los turistas no
tienen miedo al ejército de Israel, pero sí a los
actos de sus camaradas terroristas; el temor es a las acciones de los
terroristas, no a las reacciones para defenderse del terror. Cuando el Consejo de Informativos
de TVE dice que, tan subjetiva
información es “un impecable trabajo” provoca ganas de ir en manifestación para
desinfectar con “zotal” las contaminadas instalaciones de la televisión
pública. Y aquí, algo de culpa tiene el Gobierno de Israel, por no hacer públicas esas imágenes con sonido (que algunos pocos hemos
tenido la oportunidad de ver), de los flirteos informativos de líderes de Hamás con “HamAlvarez”. Donde se pacta el sentido de todas y cada una de
las crónicas que desde Hamastán se envían a la analfabeta sociedad española. Donde
la enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia.
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La amenaza de la locura yihadista, se encuentra
ya en Argelia y Túnez, es decir, a poco más de 50 kilómetros de España; si el analfabetismo colectivo
se enquista, podría darse el caso de aquello que dijo, Martín Niemöller: -- Cuando
los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no
era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a llevarse a los
judíos, no protesté, porque yo no era judío. Cuando vinieron a buscarme, no
había nadie más que pudiera protestar--.
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En las sociedades liberales debe prevalecer el
derecho al libre albedrío de las personas;
defendiendo en todo momento la aplicación de los Derechos Humanos, la Igualdad de hombres y
mujeres, y la reciprocidad religiosa. Por tanto, debe denunciarse siempre, y en
todos los foros, aquellos casos y aquellos gobiernos que sean contrarios a esos
principios. Sin ningún tipo de excepción. Porque, siempre somos cómplices de
nuestra realidad.
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…He dicho!
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*Es
Presidente del Instituto Hispano Luso
El peor analfabeto es el periodista analfabeto, más que el político anlfabeto
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