*Por
Ángel Rico
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Varios de los acontecimientos
ocurridos en la última parte del pasado año, provocan que venga a la memoria
aquella magistral frase de Groucho Marx:
--"La parte contratante de la
primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte"--.
No me negará usted, respetado lector, que casos como, --“el acuerdo de retomar
las relaciones diplomáticas entre la
Cuba , de los Castro, y los Estados Unidos de Obama”,
“la insistente retórica del Jorge Mario
Bergoglio, para difuminar la cruel realidad del Islamismo” y “la estúpida insistencia de países europeos para que
se considere a Palestina como un
estado”-- no provocan recordar la parodia surrealista de los Hermanos Marx, en “Una noche en la ópera” cuando
Groucho se proponía contratar al
tenor, Ricardo Baroni (Zeppo) y
negocian el texto literal del contrato.
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En todos los casos, los
protagonistas políticos de la actualidad insisten en que: --la parte
contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de
la primera parte--. Porque en el fondo de cada cuestión, lo que predomina es
una gran falsedad, que se quiere ocultar con “la parte contratante de la
primera parte”. A pesar del documento suscrito entre EE.UU. y Cuba, los
cubanos no tendrán libertad para elegir, para pensar, para actuar. En el caso
de ese, incomprensible, proselitismo de Bergoglio
por calificar al Islamismo con
distintos tipos de adjetivos positivos que, en ningún caso se corresponde con
la realidad que se ordena en los textos que imperan en la mencionada religión,
el C’rán y la Sharía ,
respecto a quienes no cumplen lo que en dichos textos se ordena. Y, finalmente,
en la obstinada insistencia occidental de que Palestina sea un Estado, ensoñación imposible por la realidad, toda
vez que, en ese territorio no podrá existir un estado, tal y como lo entendemos
en Occidente, con separación de
poderes independientes, “Legislativo”,
“Ejecutivo” y “Judicial”, por lo
que no procede empeñarse en que las cosas sean como nunca podrán ser. Aunque el
ministro de Exteriores español, García-Margallo,
no tenga la necesaria capacidad política para ver, y por tanto asimilar, la
realidad de esos territorios, porque la propaganda no es Derecho Internacional.
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Hay que ser consciente que,
independientemente de la realidad, hay demasiados casos donde la política
pretende confundir a la ciudadanía con mensajes, propuestas o acuerdos, que son
falsos de toda falsedad. Aunque los interesados insistan con retóricas como
“cambio de tendencia en la economía” o “ya no hay miedo a perder el empleo”,
“en Cuba habrá libertad”, “el
Islamismo en una religión de paz”, etc. Los ciudadanos miran confundidos, la
insistencia en presentar una realidad de cartón piedra, donde detrás de los
decorados dialécticos no hay absolutamente nada de lo que se predica.
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Pero el 2015 está aquí y la
ciudadanía no puede limitarse a ser actores pasivos, como ocurrió en el 2014; hace
falta más protagonismo, para defender los intereses de sus hijos y nietos,
porque el futuro es lo suficientemente importante para dejarlo, exclusivamente,
en manos de los políticos, --de estos
políticos--. Víctor Hugo, dijo: --El
futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los
temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad--. Usted,
respetado lector, ¿es “débil”, “temeroso” o “valiente”? Es conocido que: --los
científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible y que los políticos se
esfuerzan por hacer imposible lo posible--, de ahí que todas las opiniones
razonadas cuentan, la suya ¡también!
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La vida en el 2015 deberá ser
algo más que tirar los dados y esperar a ver que sale. Se necesita un poco más
de esfuerzo para analizar, razonar y opinar sobre todas las cuestiones que, de
una u otra forma, acabaran afectándonos. La falta de libertad en Cuba; la peligrosa realidad del
Islamismo y la quimérica realidad de la Autoridad Palestina infectada por la organización
terrorista Hamas, acabarán
afectándole a usted, respectado lector, antes o después. Por ello, procede
recordar aquella otra frase de don Groucho:
--“Sólo hay una manera de saber si un hombre o mujer (o político) es honesto:
preguntándoselo. Si dice que sí, no lo es”--. No deberá bastar con las
propuestas o eslóganes, presuntamente, positivos porque en demasiados casos
habrá un engaño subyacente que pretenderá que, en una teatralización
gatopardista, “cambiar algo, para que
todo siga igual”.
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Los principios en política,
como en la vida cotidiana deben mostrar el talante de cada cual. Cuando, Aristóteles, dijo: --Es necesario que
haya uno o varios principios y aun, en caso de existir uno sólo, que éste sea
inmóvil e inmutable--. ¡Pues eso, en 2015!
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..He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso
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