*Por Ángel Rico
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Los
tiempos actuales están poniendo de manifiesto la distancia entre la “realidad política y la realidad social”;
porque una y otra no son idénticas. La política se ha convertido en un clan que
piensa y legisla sobre cuestiones distantes (y distintas) de las necesidades de
la ciudadanía; incluso utilizan un lenguaje especial y no entendible –el politiqués—
(aunque no exista el palabro, si existe el hecho) lo que, entre otras cosas,
fomenta la “abstención” de los electores a la hora de manifestarse por una u
otra propuesta política, al considerar que –todas son igual de falsas--. Ante
cada elección, la posibilidad de la “abstención” preocupa poco a los políticos
que, a lomos de una enorme petulancia, consideran que –serán los potenciales de
seguidores de los otros, quienes se abstendrán— y, en todo caso, sea cual fuere
el número de abstencionistas, el número de legisladores a elegir acabará siendo
elegido, aunque solo hubiesen votado los familiares de los candidatos; lo que
supone un cierto “pucherazo” que habría que intentar solucionar.
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¿Cómo? Salvo mejor opinión, propongo que los líderes políticos que consideren
que --la opinión y/o la abstención de los electores-- debe ser tenida en cuenta,
deberían comprometerse a “reformar las leyes electorales” de forma que, por
ejemplo: --Si el número de legisladores a elegir para un parlamento determinado
fuese 100, que se correspondería con el número total de electores con derecho a
voto, también 100; si el día de las elecciones los abstencionistas fuesen el 44
por ciento (como ocurrió en las últimas Legislativas en Portugal) los partidos políticos deberían repartirse,
proporcionalmente, al número de votos obtenidos, 56 puestos de diputados-- (En
el caso de Portugal, la Asamblea de la República , en este momento, XIII legislatura,
estaría compuesta por 129 diputados, en lugar de los 230 y la finiquitada X
legislatura en España habría debido
tener 252 diputados en el Congreso, frente a los habituales 350). La Democracia ,
en este supuesto, no se vería perjudicada, porque los resultados de las
propuestas y contrapropuestas políticas, tendrían el mismo resultado; pero de
esta forma, habría un notable ahorro en el coste de parlamentarios para el
erario público; que no hay que olvidar lo sufragan los contribuyentes mediante
impuestos.
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Cuando
los prosélitos de “Portugal a Frente”
(PaF) repiten y repiten y vuelven a repetir que han sido la propuesta
política ganadora, con 107 diputados, en realidad están equivocados; la propuesta
política más apoyada fue la abstención que, obtuvo 4.273.728 votos, frente a
los 2.074.975 votos al “PaF”. Y,
hasta ahora, nadie del grupo mayoritario (aunque sin mayoría absoluta) ha
realizado una pública autocrítica.
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Yo
tengo la convicción que, con esta filosofía, las cúpulas de los partidos
políticos, así como el resto de liderzuelos que conforman las pirámides de los partidos políticos repartidos por todo el
territorio nacional, tendrían más interés en las opiniones de la ciudadanía a
la hora del quehacer cotidiano; siendo
más vigilantes en las propuestas que se defienden y en la actividad realizada
por los cargos elegidos para este o aquel negociado. Porque, la opinión y el
desencanto de cada ciudadano, sobre la cosa pública, contaría en la legislatura
siguiente.
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Los
análisis objetivos que, diferentes expertos políticos, han realizado sobre la
enorme e inadmisible abstención en Portugal
(el 4 de octubre de 2015) coinciden en que: --la desidia, indolencia e
indiferencia, de varios de los componentes del pasado Gobierno (ministros y
secretarios de Estado) fueron los principales culpables de tan gran, e
impresentable, abstención--. Realidad que debe ser asumida por los diferentes
líderes, para que en el futuro la participación electoral sea mayor--. En el PSD y en el CDS-PP (en Portugal)
deben recordar lo que decían los clásicos: --No hay mayor desprecio que la
falta de aprecio--, y deben actuar en consecuencia. Porque, como dejó escrito, Maquiavelo: --¿De qué serviría la
política, si no se pudiera alcanzar por vías oblicuas, lo que es imposible
lograr por la línea recta?--
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Los
políticos gobiernan a base de lo “políticamente correcto” y, estamos viendo,
por ejemplo, en relación a los “refugiados sirios” que tras abandonar Siria, se dirigen a Europa, en general, y a Alemania, en particular, en lugar de
hacerlo hacia Arabia Saudí o Irán, que además de quedarles,
geográficamente, más cerca hablan un idioma (el árabe) común. Los políticos
europeos, han optado –sin contar con sus respectivos ciudadanos—a aceptar, en nombre
de un teórico mandato superior, un número indeterminado de “refugiados”.
Dándose casos, como ocurre en Alemania, que en ciudades de, 15.000 habitantes, han
llegado 30.000 refugiados, a quienes se les acoge en polideportivos, y se les
facilita cobijo, comida y ropa; por lo que los refugiados deambulan por la
ciudad sin oficio, ni beneficio, con los previsibles problemas de convivencia
que: --como es posible que ocurran, acabarán ocurriendo--.
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O
las quejas de los “refugiados” acogidos en Portugal,
que: --han manifestado su descontento por las viviendas facilitadas y por las
ayudas económicas que reciben--.
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A,
riesgo de ser políticamente incorrecto, opino que: --los políticos antes de
aceptar, para sus respectivos países, un
número de refugiados (que aún no disponiendo de certificación de origen, todos
aceptamos que son sirios), cuando en cualquiera de nuestros ayuntamientos, para
solicitar algún servicio municipal, es requerido un certificado de
empadronamiento para certificar que, un ciudadano reside en dicha ciudad; deberían realizar una encuesta entre los
líderes de los diferentes partidos políticos para saber, cuántos refugiados, de
forma directa, acogerán los responsables de los distintos partidos políticos,
porque –me corregirán, sin duda, los lectores—pero no me vienen a la mente que
uno solo haya manifestado los refugiados que están dispuesto a acoger en sus
domicilios; posteriormente se realizaría
similar estudio entre los afiliados de cada partido. Una vez que se hubiese
obtenido la cifra de refugiados a ser acogidos por los partidos políticos, esa
cantidad se multiplicaría por dos (2) y el total serán los refugiados que España, Portugal, etc., aceptarían. Porque
resulta inadmisible que los líderes de unos partidos políticos, que son conscientes
que nunca gobernarán, instalados en la demagogia, se encargan de pedir más, en
este caso, refugiados que, desgraciadamente, acabarán en algún polideportivo,
con los problemas directos e indirectos para los pacíficos y sorprendidos,
vecinos.
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Como
ha escrito Cesar Vidal: --“Francia
tuvo su propia revolución, pero no inspirada en el pesimismo antropológico del
protestantismo que exigía una división de poderes, sino en el optimismo
antropológico de la masonería a la que pertenecieron sus grandes dirigentes,
desde Mirabeau a Danton pasando por Lafayette”— (sic) Una evolución, adaptada a la realidad del
siglo XXI es la que los ciudadanos están exigiendo. Cuanto más tarde en llegar
esta aceptación de la realidad, más se estará fomentando la abstención por
parte de la ciudadanía, y la demagogia, por parte de los partidos políticos
clásicos y de los partidos políticos recién llegados. Porque como dijo, Alexis de Tocqueville: --En una
revolución, como en una novela, la parte más difícil es inventar el final--, y
el, optimista, final están dispuestos a escribirlo los ciudadanos, solo hay que
escucharles.
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…He dicho!
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*Es presidente del Instituto Hispano
Luso
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