Los cortesanos de María Dolores I (primera parte)

*Por Ángel Rico

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Érase una vez, un lugar, parecido a una ínsula, pero de mayor extensión, que se llamaba a sí mismo “El Gran Viñedo del Mundo”. Los lugareños están preocupados porque, en esta época, ocurre lo que tiene que ocurrir: --que las uvas producidas en “El Gran Viñedo” se han  transformado en vino--. Un vino que cada año es consumido en menor cantidad que el año anterior, al tiempo que “El Gran Viñedo” cada año produce más kilos de uva que el año anterior.  En la I Cumbre Internacional del Vino, celebrada en Toledo, alguien preguntó: --¿No habría que denominar al resultado obtenido  “El Gran Excedente del Mundo”?

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En el acto de inauguración de la I Cumbre Internacional del Vino , tras las palabras del Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que dijo “el vino de nuestra tierra tiene un porvenir brillante y fructífero”; le llegó el turno a la Presidenta María Dolores Cospedal,  que  en su discurso, pretendió mostrarse ante los asistentes como una conocedora de la importancia de la viña y del vino, aludiendo al protagonismo del vino a lo largo de la Historia, desde la “Boda de Cana en Galilea (Juan 2,1—1)”  incluso tras recordar al respetable sus estudios de Derecho, se retrotrajo al “Código Hammurabi  (creado en el año 1760 a. C.) donde se recoge, entre otras cuestiones que no vienen al caso, los castigos por el mal cuidado de los viñedos arrendados”,  (un servidor, que no tiene estudios de Derecho, pero si he leído íntegramente dicho Código, siempre creyó que los cultivos a los que se aluden son  la cebada y el sésamo, pero bueno esa discrepancia será materia para otro debate), pasando por las pinturas rupestres del Levante español donde aparecen dibujadas vides.

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Cospedal afirmó también,  que esta Cumbre pretende destacar la calidad de nuestros vinos y que mejorando las ventas se obtendrá un espaldarazo económico. También aseguró que “nuestros vinos no tienen nada que envidiar a los de otras regiones”. No será, un servidor, quien contradiga tales afirmaciones, porque estoy de acuerdo en las dos consideraciones, y de la segunda, además doy fe, superando personalmente la media de los 20 litros per cápita de consumo medio de vino nacional.

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Y a partir de este punto es donde se evidencia la negativa influencia, en María Dolores I, de sus cortesanos, y para no confundirme recurriré a la acepción que para el término –cortesano— señala el DRAE, (acepción 4ª) --Persona que sirve obsequiosamente a un superior--.  Y para que las palabras no me complicasen, requerí nuevamente la ilustración del DRAE, en lo referente a la palabra “obsequioso” a saber, -- Rendido, cortés y dispuesto a hacer la voluntad de otro--. En efecto, “cortesanos” es la perfecta denominación de quienes rodean a María Dolores I. A mi juicio, tanta obsequiosidad no es buena, porque se mantiene a la obsequiada en una realidad artificial, que tarde o temprano, se hará presente en todo su contexto, y con todas sus consecuencias.

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Volvamos al Gran Viñedo del Mundo. Nadie dice que los excedentes estén causados porque el vino sea malo, sino porque hay mucho. El vino gusta a quienes nos gusta, y como cada día quedamos menos, el consumo total va disminuyendo. Y, al mismo tiempo, los viñedos reestructurados  --con ayuda oficial-- producen diez veces más, por hectárea, que antes de la modernización. Aumento de la producción del Gran Viñedo del Mundo que contrasta con la disminución del consumo, en general y, dentro del Gran Viñedo, en particular.

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María Dolores I, debería ser asesorada por sus cortesanos de que, los estudios Nielsen de consumo indican que: --en los pueblos con mayor producción de vino, situados en el Gran Viñedo del Mundo, se consume anualmente más cerveza que vino, surgiendo la pregunta:-- ¿Es lógico dejar toda la estrategia de supervivencia del sector a conseguir, hipotéticos, consumidores en China, Alemania o Estados Unidos, cuando a los productores les gusta más la cerveza? – O, preguntado de otra forma --¿no sería más lógico ir aumentando la producción interior, de acuerdo con el aumento de las ventas?--, porque cuando los excedentes de vino han ocupado toda la capacidad de almacenamiento del Gran Viñedo del Mundo, instar, a los afectados, a “estar tranquilos ante la enorme producción de este año” es mirar la realidad desde una distante situación política.

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Conseguir aumentar la exportación de vino, --pero no de una cosecha, sino de dos cosechas--, antes que llegue la próxima, se acercaría mucho a lo que la segunda acepción del DRAE, atribuye a la palabra “milagro”. Y ahí es donde, con el debido respeto, quiero incidir hoy. Cuando las fanfarrias, los aplausos y las luces de la I Cumbre Internacional del Vino, se apaguen, María Dolores I, seguirá viajando de Toledo a Génova, de Génova a Toledo, y los excedentes de vino, seguirán gritando ¡aquí estamos! ¡aquí estamos! Y ¿entonces qué?

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En el Gran Viñedo del Mundo existen nueve denominaciones de origen y ocho pagos vitícolas que “garantizan que la calidad de los vinos se controlan desde el inicio de  la producción” (Cospedal dixit) Lo que en la propia descripción de la realidad, queda manifestado el contexto del problema. Cuando la producción es mayor –mucho mayor— que la comercialización, se entra en el comprensible --¡sálvese quién pueda!--. Y todos, luchan contra todos, porque ese potencial consumidor, nacional o extranjero,  acabe comprándonos a nosotros, en lugar de comprar al resto de ofertantes.

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Esa parte del problema se llama estrategia comercial. Y, en el Gran Viñedo del Mundo, en general, y María Dolores I, en particular, deben ser conscientes que --hay un momento en la vida en que hay que dejar de engañarnos pensando que las cosas son como queremos que sean, y no como en realidad son—

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…Continuará.

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*Es Presidente del GEA & GEA