*Por Ángel Rico
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Le
contaré a usted, respetado lector, que en varias ocasiones tuve el privilegio
de participar en reuniones de trabajo con Jacques
Delors, socialista francés que desde su puesto de Presidente de la Comisión Europea
(1 de enero de 1985 – 1 de enero de 1995) nos inculcó el sueño de construir los
“Estados Unidos de Europa”. Luego, Delors,
fue sustituido por el luxemburgués, Jacques
Santer, (1 de enero de 1995 – 1 de enero de 1999) y la “Gran Europa” que estábamos construyendo, se fue convirtiendo en un
proyecto mercachifle y antipático.
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Desgraciadamente,
en la Unión Europea , ha sido de
aplicación la “Filosofía de Murphy”
–Sonría. Mañana puede ser peor--. Y, desde Delors,
vamos de mal en peor. No solo no se están construyendo los cimientos para unos,
hipotéticos (aunque deseables) “Estados
Unidos de Europa” sino que se funciona, en un reagrupamiento por intereses
familiares, que nunca reman en la misma dirección. Así, con ese descontrol los
logros son manifiestamente mejorables. Al no haber una misma política fiscal,
ni energética, ni bancaria, ni educativa, lo que hay es un “tótum revolútum” donde los contribuyentes de los 28 Estados
miembros, aportamos –vía impuestos— unos fondos que gastan los euroburócratas.
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Para
tratar de dar imagen de cohesión, los euroburócratas se inventaron la figura del:
--Alto (a) representante de la
Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad—Un
cargo que, técnicamente, no sirve para nada, porque no obliga a los países de la Unión Europea , a defender
una política exterior común; ya que como se ha podido comprobar, cada país
defiende sus propios intereses, aunque estos (los intereses de unos)
perjudiquen al país vecino. Y aquí, como en la mayoría de los movimientos de la UE ,
se ha empeorado, después del nombramiento del alemán, Jürgen Trumpf, se dio paso al español, Javier Solana, (18 de octubre de 1999 – 30 de noviembre de 2009)
que con su experiencia como Secretario
General de la OTAN ,
trataba de representar una única voz en la Política Exterior de la UE. Lo que
molestó a una gran mayoría de euroburócratas, que como sucesora eligieron a la
británica, Catherine Ashton, evidenciándose el corolario de que:
--Cuando parece que ya nada puede ir peor, empeora-. Ashton, llevó la Política
Exterior , al ridículo internacional, en general y, en el
tratamiento con los países musulmanes, en particular.
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Y,
desde el 1 de noviembre de 2014, volvió a hacerse patente, la extensión de
Gattuso de la Ley de
Murphy: --Nada es tan malo nunca como para qué no pueda empeorar—y la
renqueante Política Exterior de la UE , empeoró con el
nombramiento de la italiana, Federica
Mogherini; quien, desde su nombramiento, solo se ha caracterizado por
“sonreír y sonreír”. De las crisis “Ucraniano-Rusa”, del “terrorismo de ISSIS”,
de las “negociaciones de paz entre Israel
y la Autoridad Palestina ” o de la
“amenaza permanente de Irán sobre Israel”,
entre otras, de Mogherini, solo
conocemos su sonrisa. Lo que nos recuerda la “Ley de Jones”: --La persona capaz de sonreír cuando las cosas van
mal, ya ha pensado a quien le echará la culpa--. Pero lo que ya era
impresentable, ha superado su nivel de incompetencia, en la visita que Mogherini ha realizado a Teherán, el pasado martes, para
rendirle pleitesía al Presidente Rohani,
en relación al “peligrosísimo acuerdo atómico” al que Estados Unidos llegó con Irán,
con la complaciente sonrisa de la U.E ., y no por lo que dijo, sino por lo
que aparentó.
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Su
presentación ante el ministro de Exteriores
iraní, Mohamad Javad Zarif, disfrazada (Mogherini) de “sumisa y perfecta mujer musulmana” fue un insulto
para los 507 millones de ciudadanos de la Unión Europea , en general
y, para los 255 millones de mujeres europeas y los 40 millones de mujeres
iraníes, en particular. Si “una imagen vale mas que mil palabras” la foto de la
“sumisa, buena, dócil, devota y penitente” Mogherini,
ante el despotismo musulmán, ha
colaborado para que: --millones de mujeres no puedan soñar con la igualdad con
el hombre--. Porque si la representante, mujer,
de la Política Exterior Europea, pierde la dignidad, hasta el
punto de disfrazarse de lo que no es ¿Qué no ocurrirá con las mujeres de, por
ejemplo, Teherán, Mashhad, Tabriz,
Isfahán, etc., en Irán?
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Ante
tan vergonzosa actitud, de una figura política que, entre otros, me representa
a mí, tengo que mostrar mi más absoluta indignación y repulsa, y ya que –la
sonriente—Mogherini no se sonrojará,
permítaseme que, un servidor, me sonroje por los dos.
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En
este punto, echo en falta la crítica y la palabra de las eurodiputadas
Españolas: -- Clara Eugenia Aguilera, Marina Albiol, Inés Ayala, Pilar Ayuso,
Beatriz Becerra; Izaskun Bilbao, Soledad Cabezón, Pilar del Castillo, Rosa
Estarás, Iratxe García, Eider Gardiazabal, Tania González, Esther Herranz, Teresa
Jiménez-Becerril, Verónica Lope, Paloma López, Maite Pagazaurtundúa, Inmaculada
Rodríguez-Piñero, Lola Sánchez, Lídia Senra, Estefanía Torres, Elena
Valenciano, Ángela Vallina. Y Portuguesas: --Elisa Ferreira, Ana Gomes, Marisa
Mathias (la mamá pato de Pablo Iglésias), Claudia Monteiro, Sofía Ribeiro,
Liliana Rodrigues, María João Rodrigues e Inês Cristina Zuber—Si estás mujeres
se mantienen en silencio, ante la docilidad de Mogherini, se podrá concluir que son inútiles, debiendo recordad lo
que dijo, Máximo Gorki: --No hay
gente inútil, solo hay gente perjudicial--. En este caso, el cómplice silencio
perjudicará a los deseos de libertad de millones de mujeres que viven bajo la
bota del Islám, mientras Mogherini
se disfraza de dócil, obediente y sumisa mujer. No hay volumen suficiente de
petróleo en el mundo, que justifique mirar para otro lado, cuando a la pérdida
de libertad de millones de mujeres sometidas, se refiere.
.
…He dicho!
.
*Es Presidente del Instituto Hispano
Luso
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