*Por Ángel Rico
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Hemos podido escuchar, en relación a los privilegios que tienen los diputados nacionales, cómo uno de ellos, José Antonio Durán y Lérida, (CIU) opinaba: “Si se quiere que el Congreso se llene de funcionarios y de pobres se va por el buen camino” (Sic) Esta forma de pensar resulta insultante para los que, con nuestros impuestos, les pagamos sus enormes privilegios, porque ¿Quién ha sentenciado que los funcionarios y los pobres (me incluyo en el apartado de los pobres) no podríamos legislar en positivo y con buena Ley para la mayoría de los ciudadanos?
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Esa despótica forma de pensar muestra, una vez más, la enorme distancia entre la España real y la España oficial. Se creen, que solo ellos, los del “clan” han sido creados para representarnos a todos los demás, funcionarios y pobres incluidos. Mantienen su poder a costa de todos nosotros.
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El poder es algo que se ha ejercido a lo largo de la Historia. El primer ejemplo: Génesis. 3- “Dijo Dios: Haya luz, y hubo luz” ¡Eso sí que es tener poder! Hasta nuestros días.
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¿Quiénes son los poderosos de hoy? Puede opinarse que es la banca, lo cual es cierto. Pero yo creo que las petroleras tienen hoy, más poder que los bancos.
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¿Por qué pienso lo que pienso? Por los numerosos ejemplos donde este sector (Las siete hermanas de la industria petrolera las llamaban en la década de los sesenta del pasado siglo) demuestran que tienen más poder que los gobiernos y las filosofías políticas. Porque aquellas imponen las normas y los gobiernos las acatan.
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Un ejemplo: Lo chic de la última década fue hablar del “calentamiento global y la necesidad de disminuir las emisiones de CO2, por su efecto invernadero”. Se introdujo en el argumentario social la cuestión de los combustibles renovables, materia de la que solo hablaban los eruditos y los verdes pacifistas. Se utilizaban palabras grandilocuentes, se dedicaron distintos foros, empezando por el más famoso “Kioto y sus acuerdos”, se invirtió dinero, palabras y legislación. ¡Mucha legislación!
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El resultado, hasta hoy, de toda esa tragicomedia se resume en que: “En el gasóleo, combustible utilizado en España más que la gasolina (80% -20%) hay que mezclarlo con un 7% de biodiesel”
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¿Qué es el biodiesel? Es un biocarburante que se obtiene a partir, básicamente, de las semillas de plantas oleaginosas, como la colza, la soja o el girasol. Tiene unas características parecidas al gasóleo convencional, por lo que se puede emplear como combustible puro o mezclado con gasóleo. Para producirlo en España, se construyeron 46 plantas, con un potencial de 4.110.000 Tm/año y solo una producción de 1.028.000 Tm/año. (El 25% del total)
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¿Por qué? Por el verdadero poder de las petroleras que han aceptado el 7% que, obligatoriamente, tienen que mezclar con el gasóleo tradicional, a condición que el biodiesel que utilicen tenga un precio alto. Similar al del propio gasóleo. Y si es un poco más alto mejor. Total, el coste lo repercuten en el precio final que pagamos todos. Y un precio alto del biodiesel desanima a su consumo y, por tanto, a su fabricación para un mercado distinto de las petroleras.
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Los que fabrican biodiesel para vender al oligopolio de las petroleras, el 7%, son felices con el status quo, porque tienen garantizadas sus cuentas de resultados, después de que, como ocurría en El Padrino, recibiesen de los poderosos “una oferta que no pudieron rechazar”.
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Aumentar la oferta de biodiesel, supondría enfadar a El Padrino y, una disminución del precio al que vendería el producto. Prefieren vender un millón de toneladas a 100, que cuatro millones de toneladas a 25. Para justificar esa actitud, utilizan las más diversas y disparatadas excusas en relación a la “falta de materia prima” como culpable del excesivo precio en el mercado internacional que convierte al biodiesel en un producto caro y, por tanto, no interesante para el consumo.
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¿Qué significa, qué todo siga igual? Que el gasóleo lo paguemos a 1,22 euros por litro, mientras el sistema soporta el 75% del potencial de fabricación de biodiesel parado. Al mismo tiempo que hay 3.500.000 hectáreas de barbecho, que podría sembrarse de colza para producir biodiesel en las fábricas cerradas. Cuando hay una demanda profesional, del Transporte por Carretera, que requiere 250.000 Tm/año de biodiesel. Todo igual, sin creación de empleo, sin crear riqueza, sin disminuir CO2 de la atmósfera, mediante la fotosíntesis de la colza cultivada. Todo igual, sin esperanza.
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Conclusión: La farsa sigue desarrollándose, los productores de biodiesel están encantados de conocerse y se justifican, mientras deambulan por el escenario, con: “que vienen actuando proactivamente (yo tampoco sé qué significa esa palabra) desde su fundación, hace casi seis años”; el Gobierno baila y baila, mientras los poderosos hacen sonar una música cansina, que nos mantiene hipnotizados dentro de este incomprensible laberinto que permite el precio del gasóleo inadmisíblemente alto.
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..He dicho!
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*Es miembro de APAE
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Hemos podido escuchar, en relación a los privilegios que tienen los diputados nacionales, cómo uno de ellos, José Antonio Durán y Lérida, (CIU) opinaba: “Si se quiere que el Congreso se llene de funcionarios y de pobres se va por el buen camino” (Sic) Esta forma de pensar resulta insultante para los que, con nuestros impuestos, les pagamos sus enormes privilegios, porque ¿Quién ha sentenciado que los funcionarios y los pobres (me incluyo en el apartado de los pobres) no podríamos legislar en positivo y con buena Ley para la mayoría de los ciudadanos?
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Esa despótica forma de pensar muestra, una vez más, la enorme distancia entre la España real y la España oficial. Se creen, que solo ellos, los del “clan” han sido creados para representarnos a todos los demás, funcionarios y pobres incluidos. Mantienen su poder a costa de todos nosotros.
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El poder es algo que se ha ejercido a lo largo de la Historia. El primer ejemplo: Génesis. 3- “Dijo Dios: Haya luz, y hubo luz” ¡Eso sí que es tener poder! Hasta nuestros días.
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¿Quiénes son los poderosos de hoy? Puede opinarse que es la banca, lo cual es cierto. Pero yo creo que las petroleras tienen hoy, más poder que los bancos.
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¿Por qué pienso lo que pienso? Por los numerosos ejemplos donde este sector (Las siete hermanas de la industria petrolera las llamaban en la década de los sesenta del pasado siglo) demuestran que tienen más poder que los gobiernos y las filosofías políticas. Porque aquellas imponen las normas y los gobiernos las acatan.
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Un ejemplo: Lo chic de la última década fue hablar del “calentamiento global y la necesidad de disminuir las emisiones de CO2, por su efecto invernadero”. Se introdujo en el argumentario social la cuestión de los combustibles renovables, materia de la que solo hablaban los eruditos y los verdes pacifistas. Se utilizaban palabras grandilocuentes, se dedicaron distintos foros, empezando por el más famoso “Kioto y sus acuerdos”, se invirtió dinero, palabras y legislación. ¡Mucha legislación!
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El resultado, hasta hoy, de toda esa tragicomedia se resume en que: “En el gasóleo, combustible utilizado en España más que la gasolina (80% -20%) hay que mezclarlo con un 7% de biodiesel”
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¿Qué es el biodiesel? Es un biocarburante que se obtiene a partir, básicamente, de las semillas de plantas oleaginosas, como la colza, la soja o el girasol. Tiene unas características parecidas al gasóleo convencional, por lo que se puede emplear como combustible puro o mezclado con gasóleo. Para producirlo en España, se construyeron 46 plantas, con un potencial de 4.110.000 Tm/año y solo una producción de 1.028.000 Tm/año. (El 25% del total)
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¿Por qué? Por el verdadero poder de las petroleras que han aceptado el 7% que, obligatoriamente, tienen que mezclar con el gasóleo tradicional, a condición que el biodiesel que utilicen tenga un precio alto. Similar al del propio gasóleo. Y si es un poco más alto mejor. Total, el coste lo repercuten en el precio final que pagamos todos. Y un precio alto del biodiesel desanima a su consumo y, por tanto, a su fabricación para un mercado distinto de las petroleras.
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Los que fabrican biodiesel para vender al oligopolio de las petroleras, el 7%, son felices con el status quo, porque tienen garantizadas sus cuentas de resultados, después de que, como ocurría en El Padrino, recibiesen de los poderosos “una oferta que no pudieron rechazar”.
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Aumentar la oferta de biodiesel, supondría enfadar a El Padrino y, una disminución del precio al que vendería el producto. Prefieren vender un millón de toneladas a 100, que cuatro millones de toneladas a 25. Para justificar esa actitud, utilizan las más diversas y disparatadas excusas en relación a la “falta de materia prima” como culpable del excesivo precio en el mercado internacional que convierte al biodiesel en un producto caro y, por tanto, no interesante para el consumo.
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¿Qué significa, qué todo siga igual? Que el gasóleo lo paguemos a 1,22 euros por litro, mientras el sistema soporta el 75% del potencial de fabricación de biodiesel parado. Al mismo tiempo que hay 3.500.000 hectáreas de barbecho, que podría sembrarse de colza para producir biodiesel en las fábricas cerradas. Cuando hay una demanda profesional, del Transporte por Carretera, que requiere 250.000 Tm/año de biodiesel. Todo igual, sin creación de empleo, sin crear riqueza, sin disminuir CO2 de la atmósfera, mediante la fotosíntesis de la colza cultivada. Todo igual, sin esperanza.
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Conclusión: La farsa sigue desarrollándose, los productores de biodiesel están encantados de conocerse y se justifican, mientras deambulan por el escenario, con: “que vienen actuando proactivamente (yo tampoco sé qué significa esa palabra) desde su fundación, hace casi seis años”; el Gobierno baila y baila, mientras los poderosos hacen sonar una música cansina, que nos mantiene hipnotizados dentro de este incomprensible laberinto que permite el precio del gasóleo inadmisíblemente alto.
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..He dicho!
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*Es miembro de APAE
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