Pereza política

*Por Ángel Rico
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Algunos de mis amigos y críticos me sugirieron que hablase de los pecados capitales de los políticos. Pensé que esa sería una línea de análisis interesante y me dispongo a ello empezando por la “pereza política” (de los otros pecados capitales, “codicia, envidia, gula, ira, lujuria y soberbia” hablaremos en otras ocasiones).
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La pereza, (del latín: pigritia), es la negligencia, tedio o descuido en realizar acciones, movimientos o trabajos. Se la conoce también como gandulería, flojera, haraganería, holgazanería; entre otros términos que pueden incluso llegar a ser peyorativos. La religión católica, clasifica la pereza como un vicio capital ya que genera otros pecados.
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Dicho lo cual, ahora miremos sin complejos la actitud cotidiana de algunos de los “padres de la patria” (y de las comunidades autónomas). Actitud, que por un exceso de pereza, acaban afectando a miles de electores y contribuyentes españoles. Los parlamentarios se dividen en dos clases, a saber: los “protagonistas” y los “de reparto”. Los primeros son los que salen en los medios de comunicación. Hablan y hablan, unas veces con sentido común y, otras (la mayoría) lo hacen porque tienen que salir en los medios. El resto de parlamentarios son los que votan esto o aquello. Incluso aunque vayan en contra de los intereses de sus votantes. Y se reparten su protagonismo, como miembros de las Comisiones del Congreso, Senado y Comunidades Autónomas. Participar en varias Comisiones les aporta a los “comisionados” una remuneración adicional a final de mes.
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Estos parlamentarios son parte del problema. Sin la pereza de la mayoría de los parlamentarios de reparto, no podrían aprobarse leyes contrarias a los intereses de los electores. Es más, sin la pereza, los parlamentarios resolverían los problemas antes de que estos (los problemas) se gangrenasen. Pero con su pereza se limitan a asistir a las Comisiones, a votar a favor o en contra, (y en algunos casos no recuerdan cual fue el sentido de su voto) de esta o aquella Ley y, en numerosas ocasiones, a no tener presente los intereses de aquellos a quienes les afectan lo tratado en las Comisiones en las que participan.
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Los diputados tienen entre sus atribuciones, el derecho de formar parte, al menos, de una Comisión. Y también tendrán la facultad de recabar de las Administraciones Públicas los datos, informes o documentos que obren en poder de éstas. Al mismo tiempo, tienen el deber de asistir a las sesiones del Pleno y de las Comisiones de que formen parte. (Reglamento del Congreso). Lo que no dice el Reglamento del Congreso es que los diputados tendrán que interesarse de las cuestiones de las que traten, y como no lo dice el Reglamento, aparece la pereza.
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El artículo 43 del R.C regula perfectamente el funcionamiento de las Comisiones, siendo en ellas de donde parten todas las modificaciones legales que, mas tarde o más temprano, nos acaban afectando. Y a la inversa, si no se introduce en la Comisión correspondiente una cuestión a debate, jamás se verá reflejada en la legislación pertinente. Y es aquí donde los “diputados de reparto” podrían tener (si quisieran) más protagonismo. Introduciendo para ser analizados y debatidos los asuntos que competen a cada Comisión y que afectan directamente a sus electores.
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En la actualidad tenemos vivo el ejemplo de las cuestiones presentadas por escrito, por la Agrupación Nacional de Transportes-Plataforma y que afectan a varias Comisiones del Congreso, en relación a las soluciones propuestas para permitir la actividad del importante sector, para la economía nacional, como es el Transporte de mercancías por carretera.
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Veremos como se desenvuelven los parlamentarios implicados. Porque es tan grave la situación del Transporte, que se está fraguando un “paro general” del sector. Si ello llegara a ocurrir, la opinión pública deberá conocer que fue debido a la pe-re-za de los Legisladores y del Ejecutivo, que estando informados no actuaron.
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Dicho lo dicho, es de justicia añadir que en el conjunto de diputados, senadores y parlamentarios autonómicos descritos, hay notables excepciones, con parlamentarios que cumplen con su papel constitucional. Dejándose la piel cada día, informándose y trabajando más de la media, precisamente porque otros colegas suyos viven inmersos en la vergonzosa y perjudicial pe-ree-za. Por esos parlamentarios haremos lo que haga falta. Porque de no ser por ellos, no tendría sentido esperar que los legisladores estén al servicio de nosotros, el Pueblo. Y como sabemos quiénes son los unos y los otros, lo diremos a los potenciales votantes, para que actúen en consecuencia.
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La misma Constitución que ampara la pereza de numerosos parlamentarios, protege mi derecho a la libertad de expresión.
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…He dicho!
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Mientras tanto el petróleo se cotiza a 88,48 dólares por barril (el brent a 93,70 dólares) y pagamos el gasóleo a 1,217 euros por litro. ¡Joder con la pereza!
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*Es Presidente del Grupo de Empresas Agrarias