* Por Ángel Rico
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En aquel tiempo (1981) yo tenía el encargo de introducir el Centro Nacional de Jóvenes Agricultores (CNJA) en Castilla-La Mancha. El fin de semana, 20, 21 y 22 de febrero, estuvimos celebrando varias reuniones en la provincia de Albacete sobre ¿Qué era el CNJA?, ¿Qué objetivos buscábamos? Y ¿Cómo los pensábamos conseguir? Debo reconocer que los interlocutores de aquellas reuniones, eran los propietarios de mayores extensiones de terreno. Los que disponían de la mayoría de “pívots de maíz” en la provincia.
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El hecho de que el nombre de nuestro “Sindicato Agrario” empezase por la palabra Centro, nos identificaba totalmente con el partido en el gobierno, Unión de Centro Democrático, (UCD), lo que en realidad era así. Se podía apreciar en la cara de las personas que asistían a nuestras reuniones la pregunta: ¿Por qué el partido del gobierno tiene este equipo de “rojos” hablando de sindicalismo, de unión y de presión al gobierno? No éramos entendidos, porque España venía de muchos años (tantos como lleva ya el PSOE en Castilla-la Mancha) de dictadura, ordeno y mando. No era fácil entender los cambios que queríamos introducir en la mente agropecuaria. Porque al actuar como unos “rojos” nos consideraban como tales.
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El lunes 23 de febrero, como siempre, cogí el tren Intercity, Valencia, Albacete, Madrid, que salía de la ciudad manchega a las 16h00 y llegaba a la capital de España tres horas más tarde. Cuando me bajé en la estación de Chamartín, observé una cantidad inusual de Policía Nacional en la estación. No me detuve a preguntar el por qué. En aquella época casi siempre iba con prisa a todos los sitios. Hasta que, una vez dentro del taxi que me llevaría a mi casa en la calle Joaquín María López, número 3, el taxista me informó: “Por la dimisión de Suárez, esta tarde, a las seis y media, la Guardia Civil (en general) ha dado un Golpe de Estado, van a cambiar el Gobierno y fusilarán a todos los rojos de las Cortes”. ¡Joder! Pensé para mis adentros ¿Qué culpa tenemos los “rojos de la descomposición de UCD”?
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Al llegar a mi casa, mis compañeras de piso, pues yo compartía la vivienda con una “Química”, una “Arquitecta” y una “Médica”, me interpelaron: ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Dónde te vas a ocultar? En las preguntas no había lugar a la duda. El Golpe de Estado triunfaría y los “rojos” lo tendríamos jodido en el futuro.
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Antes de responderles, telefoneé a la oficina del CNJA en Madrid, eran las 20h35. Al otro lado de la línea telefónica respondió Pilar Portolés que, a la sazón, era sobrina segunda de uno de los protagonistas del golpe, Jaime Milans del Bosch, capitán general de la III Región Militar (Valencia). A quien tras el juicio se le condenó, por golpista, a 30 años de cárcel “--Nos están llamando para que destruyamos los archivos de afiliados. Varios presidentes provinciales viajan en este momento en coche para Francia” ¿Tú, donde vas a ir? –Me preguntó. ¿Dónde podría ir? –Me pregunté a mi mismo. Al único lugar posible para mí, en aquel momento. A la Carrera de San Jerónimo, cerca del hotel Palace, junto al Congreso de los Diputados.
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No fue fácil encontrar un taxi que desde Moncloa, me acercase al Congreso. Al llegar había cientos de personas, en grupos, hablando en voz baja, unos con otros. Me decepcionó un tanto, porque yo esperaba encontrarme, como en la pintura de Delacroix, “La Libertad guiando al pueblo”, a una mujer con los pechos a la vista, la bandera de España en la mano, seguida de la multitud hacia la puerta del Congreso. ¡Pues no! Solo cientos de ciudadanos cabizbajos, hablando unos con otros, en relación a las noticias que llegaban. Pero ¿qué noticias? No había noticias, solo las de “radio macuto”.
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Allí estuve toda la noche, (esperando que llegase la autoridad, militar, por supuesto. El Elefante Blanco) junto a José María García, que cambió su programa deportivo habitual para informar, por primera vez en la historia de la radiodifusión, desde el Paseo de San Jerónimo del Golpe de Estado en directo, en lo que se denominó “la noche de los transistores”. Mis noticias venían de lo que le contaban a García para que este lo comentara por la SER. “--Francisco Laina, (que al ocupar el cargo de Director de la Seguridad del Estado, actuó durante 14 horas como Presidente del Gobierno en funciones, mientras el Gobierno oficial estaba secuestrado) ha dicho esto o lo otro”. Así estuvimos, hasta que el Rey con su mensaje, por radio y televisión, a las 00h30 horas, del día 24-F, abortó el golpe: “Ante la situación creada por los sucesos desarrollados en el palacio del Congreso, y para evitar cualquier posible confusión, confirmo que he ordenado a las autoridades civiles y a la Junta de Jefes de Estado Mayor que tomen las medidas necesarias para mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente" (sic) La gente gritaba ¡Viva la Democracia! ¡Viva el Rey! Y yo “un rojo fusilable”, estaba entre la multitud, muerto de frío y de hambre.
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Entre el frío, vimos llegar al comandante Eduardo Fuentes Gómez de Salazar, y al director general de la Guardia Civil, Aramburu Topete, para convencer al Teniente Coronel Tejero de que se rindiese. Vimos saltar a varios guardias civiles por una ventana del Congreso. Y supimos cuando se estaba firmando “el pacto del capó”, según el cual no se pedirían responsabilidades de Teniente para abajo. Según supimos después, las condiciones para la rendición fueron aceptadas por la cadena del mando militar golpista.
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Cuando, a las 12h15 del 24-F, salieron a la calle los diputados secuestrados, de la I Legislatura, yo regresé a mi casa en metro, entre la algarabía de la gente, que celebraban que la Democracia continuase, y yo, además, que no tuviesen que haber fusilado a ningún “rojo”.
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En aquel tiempo (1981) yo tenía el encargo de introducir el Centro Nacional de Jóvenes Agricultores (CNJA) en Castilla-La Mancha. El fin de semana, 20, 21 y 22 de febrero, estuvimos celebrando varias reuniones en la provincia de Albacete sobre ¿Qué era el CNJA?, ¿Qué objetivos buscábamos? Y ¿Cómo los pensábamos conseguir? Debo reconocer que los interlocutores de aquellas reuniones, eran los propietarios de mayores extensiones de terreno. Los que disponían de la mayoría de “pívots de maíz” en la provincia.
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El hecho de que el nombre de nuestro “Sindicato Agrario” empezase por la palabra Centro, nos identificaba totalmente con el partido en el gobierno, Unión de Centro Democrático, (UCD), lo que en realidad era así. Se podía apreciar en la cara de las personas que asistían a nuestras reuniones la pregunta: ¿Por qué el partido del gobierno tiene este equipo de “rojos” hablando de sindicalismo, de unión y de presión al gobierno? No éramos entendidos, porque España venía de muchos años (tantos como lleva ya el PSOE en Castilla-la Mancha) de dictadura, ordeno y mando. No era fácil entender los cambios que queríamos introducir en la mente agropecuaria. Porque al actuar como unos “rojos” nos consideraban como tales.
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El lunes 23 de febrero, como siempre, cogí el tren Intercity, Valencia, Albacete, Madrid, que salía de la ciudad manchega a las 16h00 y llegaba a la capital de España tres horas más tarde. Cuando me bajé en la estación de Chamartín, observé una cantidad inusual de Policía Nacional en la estación. No me detuve a preguntar el por qué. En aquella época casi siempre iba con prisa a todos los sitios. Hasta que, una vez dentro del taxi que me llevaría a mi casa en la calle Joaquín María López, número 3, el taxista me informó: “Por la dimisión de Suárez, esta tarde, a las seis y media, la Guardia Civil (en general) ha dado un Golpe de Estado, van a cambiar el Gobierno y fusilarán a todos los rojos de las Cortes”. ¡Joder! Pensé para mis adentros ¿Qué culpa tenemos los “rojos de la descomposición de UCD”?
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Al llegar a mi casa, mis compañeras de piso, pues yo compartía la vivienda con una “Química”, una “Arquitecta” y una “Médica”, me interpelaron: ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Dónde te vas a ocultar? En las preguntas no había lugar a la duda. El Golpe de Estado triunfaría y los “rojos” lo tendríamos jodido en el futuro.
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Antes de responderles, telefoneé a la oficina del CNJA en Madrid, eran las 20h35. Al otro lado de la línea telefónica respondió Pilar Portolés que, a la sazón, era sobrina segunda de uno de los protagonistas del golpe, Jaime Milans del Bosch, capitán general de la III Región Militar (Valencia). A quien tras el juicio se le condenó, por golpista, a 30 años de cárcel “--Nos están llamando para que destruyamos los archivos de afiliados. Varios presidentes provinciales viajan en este momento en coche para Francia” ¿Tú, donde vas a ir? –Me preguntó. ¿Dónde podría ir? –Me pregunté a mi mismo. Al único lugar posible para mí, en aquel momento. A la Carrera de San Jerónimo, cerca del hotel Palace, junto al Congreso de los Diputados.
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No fue fácil encontrar un taxi que desde Moncloa, me acercase al Congreso. Al llegar había cientos de personas, en grupos, hablando en voz baja, unos con otros. Me decepcionó un tanto, porque yo esperaba encontrarme, como en la pintura de Delacroix, “La Libertad guiando al pueblo”, a una mujer con los pechos a la vista, la bandera de España en la mano, seguida de la multitud hacia la puerta del Congreso. ¡Pues no! Solo cientos de ciudadanos cabizbajos, hablando unos con otros, en relación a las noticias que llegaban. Pero ¿qué noticias? No había noticias, solo las de “radio macuto”.
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Allí estuve toda la noche, (esperando que llegase la autoridad, militar, por supuesto. El Elefante Blanco) junto a José María García, que cambió su programa deportivo habitual para informar, por primera vez en la historia de la radiodifusión, desde el Paseo de San Jerónimo del Golpe de Estado en directo, en lo que se denominó “la noche de los transistores”. Mis noticias venían de lo que le contaban a García para que este lo comentara por la SER. “--Francisco Laina, (que al ocupar el cargo de Director de la Seguridad del Estado, actuó durante 14 horas como Presidente del Gobierno en funciones, mientras el Gobierno oficial estaba secuestrado) ha dicho esto o lo otro”. Así estuvimos, hasta que el Rey con su mensaje, por radio y televisión, a las 00h30 horas, del día 24-F, abortó el golpe: “Ante la situación creada por los sucesos desarrollados en el palacio del Congreso, y para evitar cualquier posible confusión, confirmo que he ordenado a las autoridades civiles y a la Junta de Jefes de Estado Mayor que tomen las medidas necesarias para mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente" (sic) La gente gritaba ¡Viva la Democracia! ¡Viva el Rey! Y yo “un rojo fusilable”, estaba entre la multitud, muerto de frío y de hambre.
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Entre el frío, vimos llegar al comandante Eduardo Fuentes Gómez de Salazar, y al director general de la Guardia Civil, Aramburu Topete, para convencer al Teniente Coronel Tejero de que se rindiese. Vimos saltar a varios guardias civiles por una ventana del Congreso. Y supimos cuando se estaba firmando “el pacto del capó”, según el cual no se pedirían responsabilidades de Teniente para abajo. Según supimos después, las condiciones para la rendición fueron aceptadas por la cadena del mando militar golpista.
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Cuando, a las 12h15 del 24-F, salieron a la calle los diputados secuestrados, de la I Legislatura, yo regresé a mi casa en metro, entre la algarabía de la gente, que celebraban que la Democracia continuase, y yo, además, que no tuviesen que haber fusilado a ningún “rojo”.
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El 27-F, participe en la manifestación que hubo en Madrid, a favor de la Constitución, la Democracia y la separación de poderes. Ahora, cuando pienso en aquello, siento tristeza por no haber conseguido instaurar entre la ciudadanía, el convencimiento de que, el Pueblo, está por encima de los políticos y no al contrario. ¡Cuanta diferencia entre los políticos de entonces y los de ahora!
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…He dicho.
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Hoy el petróleo, brent, se cotiza a 103,31 dólares por barril, el gasóleo lo pagamos a 1,265 euros por litro. Y han transcurrido 273 días que el Ministerio de Economía y Hacienda sigue, pese a su potencial impacto presupuestario, sin hacer nada en relación al inmenso fraude del IVA que le fue comunicado. ¡Dejando, la Hacienda Pública, de ingresar cientos de millones de euros!
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* Director General del CNJA de Castilla-La Mancha, en 1981
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…He dicho.
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Hoy el petróleo, brent, se cotiza a 103,31 dólares por barril, el gasóleo lo pagamos a 1,265 euros por litro. Y han transcurrido 273 días que el Ministerio de Economía y Hacienda sigue, pese a su potencial impacto presupuestario, sin hacer nada en relación al inmenso fraude del IVA que le fue comunicado. ¡Dejando, la Hacienda Pública, de ingresar cientos de millones de euros!
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* Director General del CNJA de Castilla-La Mancha, en 1981
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