*Por Ángel Rico
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Todos somos conscientes que este equipo que gobierna los destinos de España, no tiene autonomía suficiente en su capacidad diaria de gobierno. Primero fueron las indicaciones de los partidos minoritarios, como Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que hicieron que el gobierno derogara el Plan Hidrológico Nacional. Luego fueron las exigencias de Convergencia i Unió (CIU) y Partido Nacionalista Vasco (PNV), quienes, primero, dijeron en qué habría que gastar los impuestos que pagábamos los contribuyentes españoles y, después, convencieron al Gobierno que las sentencias del Tribunal Constitucional y Supremo no se tienen que cumplir, cuando políticamente no interesa. Con el consejo de “Cosa rossa”, lobby gay al servicio de intereses excluyentes, se legisló rompiendo aquello de la Ley debe ser igual para todos. El sultán de Marruecos, el dictador de Cuba y la “flotilla de la provocación”, marcan una gran parte de la Política Exterior de España, impidiendo la defensa de los intereses generales del Estado. Más tarde los sindicatos del régimen, UGT y CC.OO. con la complacencia silente de la CEOE, dirigieron al gobierno hasta llegar, (parado a parado a parado) hasta los cinco millones de españoles sin empleo. Y ahora son. Ángela Merkel y Sarkozy, quienes dictan las condiciones obligatorias, para que España siga contando con el apoyo financiero internacional. Es decir, con tantos mandando, España podría seguir funcionando sin el actual gobierno.
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Zapatero va a remolque de los dictados de los demás, con el único objetivo de mantenerse en el gobierno a cualquier precio. Precio que ponen otros y que pagamos los contribuyentes españoles. Es un gobernante para quien es indiferente tomar el camino del sur, del norte, del este ó el oeste. Solo le importa él mismo, cueste lo que cueste a los españoles.
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Algo que hay que tener presente es que, desde Fernando VII nunca tuvo tan poco valor, en España, la palabra de un gobernante. Tenemos demasiados ejemplos, donde tras afirmar una cosa, Zapatero, se reafirmó firmemente en lo contrario.
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Una de las cuestiones fundamentales para salir de la crisis es, regular todo lo referido al mercado laboral, donde quede fijado la subida salarial a la productividad de cada empresa y no a la subida del IPC. Hasta que no se regule esa cuestión, liberalizando el mercado laboral, el desempleo no empezará a disminuir. Pero claro, para conseguir ese objetivo es necesario pasar por alto las dictaduras de los sindicatos anclados al siglo XIX y cuyos dirigentes nunca tendrán problemas económicos, gracias a las elevadísimas subvenciones que les otorga este gobierno.
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Zapatero, al respecto ha dicho que: “existen posiciones bastante diferentes - dentro del Consejo Europeo, como suele ser normal, porque las características socio-económicas de cada país son bastante diferentes". Y tiene razón, aquellos países que hacen lo que hay que hacer, tienen un porcentaje de desempleados la mitad que en España. Aquí, con la arrogancia del gobierno y sindicatos, tenemos el record del mayor número de parados de toda la Unión Europea y donde la crisis económica tardará más en superarse. Y tendremos que seguir viendo por televisión las esperanzadoras caras de Méndez y Toxo, diciéndonos que en la “pactomima” está la solución a los problemas generales que nos afectan.
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Lo que hace diferente a España, no es la falta de ambición por parte de la sociedad, ni de ganas de superar el desafío de la crisis actual. Lo que nos diferencia es la negligencia de un gobierno (el peor gobierno de la Democracia) incapaz de mirar al futuro para buscar el bien de la mayoría. En lugar de enquistarse en el actual cáncer que mina la fuerza de un país, mientras engordan los intereses y los bolsillos de los que componen su “Clan” de aplaudidores, sindicalistas y empresarios amigos.
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Basta de subvenciones para los sindicatos y la patronal. Como ocurre en Alemania, que se financien con las cuotas de sus afiliados y no con el dinero de los contribuyentes. Solo así, mirarán por el interés de la mayoría y empezará a crearse empleo y futuro para todos.
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La dignidad de los españoles debe ser recuperada por los propios españoles, con el esfuerzo y la reivindicación diaria. Hay que luchar por aquello en lo que se cree. Sin dejar en manos del “Clan de los políticos” los intereses profesionales y sociales de cada cual. Aquellos sectores que estén siendo marginados por este gobierno, deben ponerse manos a la obra y, codo con codo con el resto de afectados, reivindicar las soluciones, frente al olvido y el abandono. Hay que salir de la frustración de creer que soportar a este gobierno (y a los sindicatos) es un castigo divino. Tenemos el deber de mirar cara a cara al destino y decir, alto y claro, que juntos podremos superar la actual situación. Quien no participa con los suyos contra una indignidad, está siendo víctima de la indignidad que le afecta.
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…He dicho!
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Mientras tanto el petróleo (brent) se cotiza hoy a 99,94 dólares por barril, el gasóleo lo pagamos a 1,255 euros por litro y la Hacienda Pública sigue sin ingresar, pese a su potencial impacto presupuestario, un 30% en concepto de movimientos de tierras en obra pública.
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso
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Todos somos conscientes que este equipo que gobierna los destinos de España, no tiene autonomía suficiente en su capacidad diaria de gobierno. Primero fueron las indicaciones de los partidos minoritarios, como Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que hicieron que el gobierno derogara el Plan Hidrológico Nacional. Luego fueron las exigencias de Convergencia i Unió (CIU) y Partido Nacionalista Vasco (PNV), quienes, primero, dijeron en qué habría que gastar los impuestos que pagábamos los contribuyentes españoles y, después, convencieron al Gobierno que las sentencias del Tribunal Constitucional y Supremo no se tienen que cumplir, cuando políticamente no interesa. Con el consejo de “Cosa rossa”, lobby gay al servicio de intereses excluyentes, se legisló rompiendo aquello de la Ley debe ser igual para todos. El sultán de Marruecos, el dictador de Cuba y la “flotilla de la provocación”, marcan una gran parte de la Política Exterior de España, impidiendo la defensa de los intereses generales del Estado. Más tarde los sindicatos del régimen, UGT y CC.OO. con la complacencia silente de la CEOE, dirigieron al gobierno hasta llegar, (parado a parado a parado) hasta los cinco millones de españoles sin empleo. Y ahora son. Ángela Merkel y Sarkozy, quienes dictan las condiciones obligatorias, para que España siga contando con el apoyo financiero internacional. Es decir, con tantos mandando, España podría seguir funcionando sin el actual gobierno.
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Zapatero va a remolque de los dictados de los demás, con el único objetivo de mantenerse en el gobierno a cualquier precio. Precio que ponen otros y que pagamos los contribuyentes españoles. Es un gobernante para quien es indiferente tomar el camino del sur, del norte, del este ó el oeste. Solo le importa él mismo, cueste lo que cueste a los españoles.
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Algo que hay que tener presente es que, desde Fernando VII nunca tuvo tan poco valor, en España, la palabra de un gobernante. Tenemos demasiados ejemplos, donde tras afirmar una cosa, Zapatero, se reafirmó firmemente en lo contrario.
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Una de las cuestiones fundamentales para salir de la crisis es, regular todo lo referido al mercado laboral, donde quede fijado la subida salarial a la productividad de cada empresa y no a la subida del IPC. Hasta que no se regule esa cuestión, liberalizando el mercado laboral, el desempleo no empezará a disminuir. Pero claro, para conseguir ese objetivo es necesario pasar por alto las dictaduras de los sindicatos anclados al siglo XIX y cuyos dirigentes nunca tendrán problemas económicos, gracias a las elevadísimas subvenciones que les otorga este gobierno.
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Zapatero, al respecto ha dicho que: “existen posiciones bastante diferentes - dentro del Consejo Europeo, como suele ser normal, porque las características socio-económicas de cada país son bastante diferentes". Y tiene razón, aquellos países que hacen lo que hay que hacer, tienen un porcentaje de desempleados la mitad que en España. Aquí, con la arrogancia del gobierno y sindicatos, tenemos el record del mayor número de parados de toda la Unión Europea y donde la crisis económica tardará más en superarse. Y tendremos que seguir viendo por televisión las esperanzadoras caras de Méndez y Toxo, diciéndonos que en la “pactomima” está la solución a los problemas generales que nos afectan.
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Lo que hace diferente a España, no es la falta de ambición por parte de la sociedad, ni de ganas de superar el desafío de la crisis actual. Lo que nos diferencia es la negligencia de un gobierno (el peor gobierno de la Democracia) incapaz de mirar al futuro para buscar el bien de la mayoría. En lugar de enquistarse en el actual cáncer que mina la fuerza de un país, mientras engordan los intereses y los bolsillos de los que componen su “Clan” de aplaudidores, sindicalistas y empresarios amigos.
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Basta de subvenciones para los sindicatos y la patronal. Como ocurre en Alemania, que se financien con las cuotas de sus afiliados y no con el dinero de los contribuyentes. Solo así, mirarán por el interés de la mayoría y empezará a crearse empleo y futuro para todos.
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La dignidad de los españoles debe ser recuperada por los propios españoles, con el esfuerzo y la reivindicación diaria. Hay que luchar por aquello en lo que se cree. Sin dejar en manos del “Clan de los políticos” los intereses profesionales y sociales de cada cual. Aquellos sectores que estén siendo marginados por este gobierno, deben ponerse manos a la obra y, codo con codo con el resto de afectados, reivindicar las soluciones, frente al olvido y el abandono. Hay que salir de la frustración de creer que soportar a este gobierno (y a los sindicatos) es un castigo divino. Tenemos el deber de mirar cara a cara al destino y decir, alto y claro, que juntos podremos superar la actual situación. Quien no participa con los suyos contra una indignidad, está siendo víctima de la indignidad que le afecta.
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…He dicho!
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Mientras tanto el petróleo (brent) se cotiza hoy a 99,94 dólares por barril, el gasóleo lo pagamos a 1,255 euros por litro y la Hacienda Pública sigue sin ingresar, pese a su potencial impacto presupuestario, un 30% en concepto de movimientos de tierras en obra pública.
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso
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