*Por Ángel Rico
Les contaré a ustedes que cuando Felipe me envío por primera vez a Bruselas a: --“ver que era eso del Mercao Común”—(textual) un foro al que España pretendía incorporarse, era 1983. Cogí mi billete de avión, el diccionario multilíngüe, Larousse y en el edificio Charlemange de Bruselas me presenté. España se incorporó a la CEE en junio de 1986. Así, viaje a viaje, estuve yendo a Bruselas y participando en los comités consultivos del CEJA y el COPA-COGECA, hasta 1993, año que por razones que no vienen al caso dejé la lucha por el mundo agrario español.
En aquel tiempo la Comisión la presidía el luxemburgués, Gaston Thorn. Cargo que mantuvo hasta el 5 de enero de 1985, cuando fue sustituido por el francés Jacques Delors. Dicen que con el apoyo de François Mitterrand y Helmut Kohl. Además de estas personalidades la Europa comunitaria, contaba con otros líderes nacionales, como Margaret Thatcher, en el Reino Unido, Felipe González, en España, Bettino Craxi (1983-1987) y posteriormente, Giulio Andreoti (1989-1992), en Italia.
Puesto negro sobre blanco, los nombres de los líderes de entonces y comparados con los de ahora, uno siente una especie de mareo. Hagan la comparación y lo comprobarán. La Europa de entonces no tiene nada que ver con la de ahora. Entonces se perseguían retos importantes, y así se incorporaron Grecia, España y Portugal, consiguiéndose, entre otros acuerdos, la entrada en vigor del Tratado de Maastricht. Es decir, Europa, era un desafío importante, en el que colaboraban líderes importantes.
Una llamada telefónica a un primer ministro, de Jacques Delors, marcaba la importancia del asunto a tratar. El Mercado Común de entonces, aspiraba a convertirse, salvando las distancias, en los Estados Unidos de Europa. Se luchó por ese sueño hasta la finalización, en 1995, del mandato de Delors.
No fue fácil sustituir al francés, que tuvo que mantenerse en funciones hasta que se consensuó el nombre del primer ministro de Luxemburgo, Jacques Santer. Y ahí empezó el declive de la actual Unión Europea. En lugar de un equipo, el Consejo de la Unión Europea, se convirtió en una banda. Compuesta por unos burócratas mediocres sin ideales. Su objetivo es conseguir una Unión al peso. Y así nos va.
Hace unos días comprobamos como el Presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, en su calidad de director del eurosistema, en una conferencia de prensa, para tranquilizar a los mercados, realizó una declaración de principios. Siendo tan insignificante la credibilidad de este burócrata, que al mismo tiempo que pronunciaba su discurso, los mercados de los países de la UE, se hundían y la deuda de los países se disparaba.
Este alto funcionario, permite que los bancos reciban miles de millones de euros de los contribuyentes europeos, al 1,5% de interés, para que posteriormente los mismos bancos, compren deuda soberana de los estados europeos al 6%. ¿A usted, respetado lector, esto le parece bien? A mí tampoco.
En la actualidad no hay ningún líder comunitario con la suficiente autoridad para pedir a Trichet, que dimita de su cargo. Porque eso es lo que hace falta: ¡Quién no sirva para el puesto que ocupa que dimita!. Con Delors, Trichet, ya sería un ex funcionario de la Unión.
La banda burocrática en la actualidad está presidida por, José M. Durão Barroso. Un político que rehusó el reto de liderar la nueva Europa, para acomodarse a la vida del burócrata, sin objetivos, sin ideales, sin fe en su propia dirección. En ese equipo a la deriva le acompaña, como Vicepresidenta, Catherine Ashton, esta baronesa británica, actualmente desempeña el cargo de alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Y como reina madre, en su calidad de Presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy. Tres burócratas, que no conseguirán los objetivos de Jacques Delors, y mantienen a una Unión Europea, a la deriva. Donde los mercados, ponen en peligro el futuro de los ciudadanos de la Unión.
Una Unión de 27 países, perdidos en sus objetivos comunes. Sin política exterior que, incomprensiblemente, como ejemplo, mantiene a los ejércitos europeos, en una guerra en Libia, por unos hechos despóticos que han sido, en despotismo, superados en Siria. Pero, sin embargo, aquí no se actúa. Así es la lógica de la política exterior europea.
Unos burócratas que se mueven a golpe de titular de prensa. Donde Green Peace, (amenazando con el calentamiento global) consiguió que la Unión disponga del más ambicioso conjunto de leyes a favor de la producción y uso de biocombustibles, en sustitución del petróleo fósil. Pero que a la hora de pasar de las musas al teatro, en esta cuestión, no hace absolutamente nada. La Unión es una estatua de sal.
Y en España, nos encontramos hoy con Zapatero, el peor Presidente del Gobierno de la Democracia, en su habitación de La Moncloa, chorreando ignorancia e incompetencia, como ese mal estudiante, que suspendió el curso, y en verano se encuentra frente a los libros, sin abrir por falta de costumbre, esperando que por ósmosis le lleguen los conocimientos que se encuentran en unos manuales que nunca leyó.
Y a falta de liderazgo aparecen los indignados del 15M, quien a base de pedir que se derogue todo lo derogable, desde el sistema métrico decimal, a la ley de la gravedad, etc., nos ofrecen la solución para todos los problemas. Vamos, algo así como Rubalcaba, que confiesa ahora que tiene la solución para los problemas creados por Zapatero, cuando Rubalcaba era miembro destacado de los gobiernos que nos llevaron al precipicio. Solo hace falta olvidar que él (Rubalcaba) es cómplice de todos los desastres legislativos zapateriles.
…He dicho.
*Es Presidente del Instituto Hispano Luso
Les contaré a ustedes que cuando Felipe me envío por primera vez a Bruselas a: --“ver que era eso del Mercao Común”—(textual) un foro al que España pretendía incorporarse, era 1983. Cogí mi billete de avión, el diccionario multilíngüe, Larousse y en el edificio Charlemange de Bruselas me presenté. España se incorporó a la CEE en junio de 1986. Así, viaje a viaje, estuve yendo a Bruselas y participando en los comités consultivos del CEJA y el COPA-COGECA, hasta 1993, año que por razones que no vienen al caso dejé la lucha por el mundo agrario español.
En aquel tiempo la Comisión la presidía el luxemburgués, Gaston Thorn. Cargo que mantuvo hasta el 5 de enero de 1985, cuando fue sustituido por el francés Jacques Delors. Dicen que con el apoyo de François Mitterrand y Helmut Kohl. Además de estas personalidades la Europa comunitaria, contaba con otros líderes nacionales, como Margaret Thatcher, en el Reino Unido, Felipe González, en España, Bettino Craxi (1983-1987) y posteriormente, Giulio Andreoti (1989-1992), en Italia.
Puesto negro sobre blanco, los nombres de los líderes de entonces y comparados con los de ahora, uno siente una especie de mareo. Hagan la comparación y lo comprobarán. La Europa de entonces no tiene nada que ver con la de ahora. Entonces se perseguían retos importantes, y así se incorporaron Grecia, España y Portugal, consiguiéndose, entre otros acuerdos, la entrada en vigor del Tratado de Maastricht. Es decir, Europa, era un desafío importante, en el que colaboraban líderes importantes.
Una llamada telefónica a un primer ministro, de Jacques Delors, marcaba la importancia del asunto a tratar. El Mercado Común de entonces, aspiraba a convertirse, salvando las distancias, en los Estados Unidos de Europa. Se luchó por ese sueño hasta la finalización, en 1995, del mandato de Delors.
No fue fácil sustituir al francés, que tuvo que mantenerse en funciones hasta que se consensuó el nombre del primer ministro de Luxemburgo, Jacques Santer. Y ahí empezó el declive de la actual Unión Europea. En lugar de un equipo, el Consejo de la Unión Europea, se convirtió en una banda. Compuesta por unos burócratas mediocres sin ideales. Su objetivo es conseguir una Unión al peso. Y así nos va.
Hace unos días comprobamos como el Presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, en su calidad de director del eurosistema, en una conferencia de prensa, para tranquilizar a los mercados, realizó una declaración de principios. Siendo tan insignificante la credibilidad de este burócrata, que al mismo tiempo que pronunciaba su discurso, los mercados de los países de la UE, se hundían y la deuda de los países se disparaba.
Este alto funcionario, permite que los bancos reciban miles de millones de euros de los contribuyentes europeos, al 1,5% de interés, para que posteriormente los mismos bancos, compren deuda soberana de los estados europeos al 6%. ¿A usted, respetado lector, esto le parece bien? A mí tampoco.
En la actualidad no hay ningún líder comunitario con la suficiente autoridad para pedir a Trichet, que dimita de su cargo. Porque eso es lo que hace falta: ¡Quién no sirva para el puesto que ocupa que dimita!. Con Delors, Trichet, ya sería un ex funcionario de la Unión.
La banda burocrática en la actualidad está presidida por, José M. Durão Barroso. Un político que rehusó el reto de liderar la nueva Europa, para acomodarse a la vida del burócrata, sin objetivos, sin ideales, sin fe en su propia dirección. En ese equipo a la deriva le acompaña, como Vicepresidenta, Catherine Ashton, esta baronesa británica, actualmente desempeña el cargo de alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Y como reina madre, en su calidad de Presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy. Tres burócratas, que no conseguirán los objetivos de Jacques Delors, y mantienen a una Unión Europea, a la deriva. Donde los mercados, ponen en peligro el futuro de los ciudadanos de la Unión.
Una Unión de 27 países, perdidos en sus objetivos comunes. Sin política exterior que, incomprensiblemente, como ejemplo, mantiene a los ejércitos europeos, en una guerra en Libia, por unos hechos despóticos que han sido, en despotismo, superados en Siria. Pero, sin embargo, aquí no se actúa. Así es la lógica de la política exterior europea.
Unos burócratas que se mueven a golpe de titular de prensa. Donde Green Peace, (amenazando con el calentamiento global) consiguió que la Unión disponga del más ambicioso conjunto de leyes a favor de la producción y uso de biocombustibles, en sustitución del petróleo fósil. Pero que a la hora de pasar de las musas al teatro, en esta cuestión, no hace absolutamente nada. La Unión es una estatua de sal.
Y en España, nos encontramos hoy con Zapatero, el peor Presidente del Gobierno de la Democracia, en su habitación de La Moncloa, chorreando ignorancia e incompetencia, como ese mal estudiante, que suspendió el curso, y en verano se encuentra frente a los libros, sin abrir por falta de costumbre, esperando que por ósmosis le lleguen los conocimientos que se encuentran en unos manuales que nunca leyó.
Y a falta de liderazgo aparecen los indignados del 15M, quien a base de pedir que se derogue todo lo derogable, desde el sistema métrico decimal, a la ley de la gravedad, etc., nos ofrecen la solución para todos los problemas. Vamos, algo así como Rubalcaba, que confiesa ahora que tiene la solución para los problemas creados por Zapatero, cuando Rubalcaba era miembro destacado de los gobiernos que nos llevaron al precipicio. Solo hace falta olvidar que él (Rubalcaba) es cómplice de todos los desastres legislativos zapateriles.
…He dicho.
*Es Presidente del Instituto Hispano Luso
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