*Por Ángel Rico
¡Vivo o muerto! Es la orden en Libia que, para encontrar al coronel Gadafi, ha emitido el “Consejo Nacional de Transición” con la aquiescencia de la OTAN, es decir, también del Gobierno de España. Un gobierno hipócrita, miope, falso y contradictorio.
Es conocida mi opinión en relación a los sátrapas del mundo, en general, y de Gadafi, en particular. Pero dicho esto, no entiendo: por qué los contribuyentes europeos (y por tanto españoles) tenemos que pagar las armas, las municiones y el millón de euros de la recompensa por la caza de Gadafi. Y sobre todo no entiendo ¿por qué los componentes del “Consejo Nacional de Transición” cuentan con la complacencia de los gobiernos occidentales? ¿Quién les otorgó autoridad para declarar la “caza a Gadafi”?
Los que quieren sustituir a Gadafi, no son miembros de una ONG que aspiran a la democracia mundial que, en una universidad de verano, acordaron dedicar su tiempo y su esfuerzo a predicar la igualdad y la democracia entre las ignorantes tribus de Libia. El Consejo Nacional de Transición Libia está formado por sátrapas que hasta la semana pasada, eran miembros del gobierno (sátrapa) del buscado –vivo o muerto—Gadafi. Por tanto, son tan culpables de las fechorías, como el propio dictador.
Entonces ¿Por qué estos (sátrapas) deben ser beneficiaros de nuestra comprensión, nuestra ayuda y nuestro perdón? Respuesta: --Por un excesivo olor a podrido petróleo.
El mismo día que los insurgentes, arrasaron la residencia de Gadafí, en Trípoli, las acciones de las petroleras, Repsol, en España, y de Eni, en Italia, subieron un 2,5%. ¿Simple coincidencia? –Evidentemente, no.
Por tanto, es lícito afirmar que todo lo relacionado con Libia, bombardeos de la OTAN, muertos buenos y muertos malos, hipocresía occidental incluida, está directamente relacionado con el dominio del petróleo y de los correspondientes beneficios de las petroleras allí instaladas.
Un gobierno como el de España que, como ejemplo: “ordena la apertura de expedientes disciplinarios, por falta grave, a tres agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP), por la carga policial posterior a la concentración antipapa, en Madrid, por considerar –que se extralimitaron en sus funciones”, inconsecuentemente, y al mismo tiempo, --ese mismo gobierno empapado de hipocresía-- mira para otro lado cuando las bombas de la OTAN, causan muertos en los libios malos.
¿Cómo puede el Gobierno de España, moverse entre tanto olor a podrido?
Respuesta: --Por el inmenso poder que da el dinero que produce el control del petróleo.
Los contribuyentes españoles pagamos los gastos de los F18; un avión de vigilancia marítima, CN-235; la fragata (F-104 Méndez Núñez); el submarino (S-74 Tramontana); y de los 500 militares que hacen falta en la cuarta mayor fuerza militar de la operación 'ODISSEY DOWN' y, a cambio, Repsol acapara los beneficios que se producen.
Así de bien lo hacen los dueños del petróleo. Con clase, con discreción y con poder. Sobre todo ¡con poder! Lo hacen tan bien, que nadie ¡absolutamente nadie! Se atreve a cuestionarse públicamente, lo que se maneja alrededor de quienes dominan ese “Líquido natural oleaginoso e inflamable, constituido por una mezcla de hidrocarburos, que se extrae de lechos geológicos continentales o marítimos” Es decir, el petróleo de Libia.
Es tan descarada la hipocresía occidental, que por los mismos motivos por los que la OTAN bombardea y mata a los libios malos, para que Gadafi abandone el poder, mantenemos una gran despreocupación por lo que está ocurriendo en Siria, donde su déspota Presidente, Bashar al-Assad, mata a sus ciudadanos de cien en cien. Hasta ahora, los muertos declarados, son más de 2.200.
¿Dónde está la diferencia para actuar de forma distinta, ante idénticas satraperías? --En Libia hay intereses petroleros y en Siria, no. Y por tanto, a la ONU le cuesta tanto acordar una resolución idéntica, contra los desmanes de al-Assad.
En otro orden de cosas, le confesaré a usted, respetado lector, mi satisfacción por la detención del, presunto, participante en el asesinato en 2006, de mi amiga Anna Politkovskaya, quien estaba investigando la corrupción de Putin y del Kremlin en relación con el petróleo ruso, como periodista de “Nóvaya Gazeta”.
Дорогой друг, пухом (Querida amiga, descansa en paz)
¡Vivo o muerto! Es la orden en Libia que, para encontrar al coronel Gadafi, ha emitido el “Consejo Nacional de Transición” con la aquiescencia de la OTAN, es decir, también del Gobierno de España. Un gobierno hipócrita, miope, falso y contradictorio.
Es conocida mi opinión en relación a los sátrapas del mundo, en general, y de Gadafi, en particular. Pero dicho esto, no entiendo: por qué los contribuyentes europeos (y por tanto españoles) tenemos que pagar las armas, las municiones y el millón de euros de la recompensa por la caza de Gadafi. Y sobre todo no entiendo ¿por qué los componentes del “Consejo Nacional de Transición” cuentan con la complacencia de los gobiernos occidentales? ¿Quién les otorgó autoridad para declarar la “caza a Gadafi”?
Los que quieren sustituir a Gadafi, no son miembros de una ONG que aspiran a la democracia mundial que, en una universidad de verano, acordaron dedicar su tiempo y su esfuerzo a predicar la igualdad y la democracia entre las ignorantes tribus de Libia. El Consejo Nacional de Transición Libia está formado por sátrapas que hasta la semana pasada, eran miembros del gobierno (sátrapa) del buscado –vivo o muerto—Gadafi. Por tanto, son tan culpables de las fechorías, como el propio dictador.
Entonces ¿Por qué estos (sátrapas) deben ser beneficiaros de nuestra comprensión, nuestra ayuda y nuestro perdón? Respuesta: --Por un excesivo olor a podrido petróleo.
El mismo día que los insurgentes, arrasaron la residencia de Gadafí, en Trípoli, las acciones de las petroleras, Repsol, en España, y de Eni, en Italia, subieron un 2,5%. ¿Simple coincidencia? –Evidentemente, no.
Por tanto, es lícito afirmar que todo lo relacionado con Libia, bombardeos de la OTAN, muertos buenos y muertos malos, hipocresía occidental incluida, está directamente relacionado con el dominio del petróleo y de los correspondientes beneficios de las petroleras allí instaladas.
Un gobierno como el de España que, como ejemplo: “ordena la apertura de expedientes disciplinarios, por falta grave, a tres agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP), por la carga policial posterior a la concentración antipapa, en Madrid, por considerar –que se extralimitaron en sus funciones”, inconsecuentemente, y al mismo tiempo, --ese mismo gobierno empapado de hipocresía-- mira para otro lado cuando las bombas de la OTAN, causan muertos en los libios malos.
¿Cómo puede el Gobierno de España, moverse entre tanto olor a podrido?
Respuesta: --Por el inmenso poder que da el dinero que produce el control del petróleo.
Los contribuyentes españoles pagamos los gastos de los F18; un avión de vigilancia marítima, CN-235; la fragata (F-104 Méndez Núñez); el submarino (S-74 Tramontana); y de los 500 militares que hacen falta en la cuarta mayor fuerza militar de la operación 'ODISSEY DOWN' y, a cambio, Repsol acapara los beneficios que se producen.
Así de bien lo hacen los dueños del petróleo. Con clase, con discreción y con poder. Sobre todo ¡con poder! Lo hacen tan bien, que nadie ¡absolutamente nadie! Se atreve a cuestionarse públicamente, lo que se maneja alrededor de quienes dominan ese “Líquido natural oleaginoso e inflamable, constituido por una mezcla de hidrocarburos, que se extrae de lechos geológicos continentales o marítimos” Es decir, el petróleo de Libia.
Es tan descarada la hipocresía occidental, que por los mismos motivos por los que la OTAN bombardea y mata a los libios malos, para que Gadafi abandone el poder, mantenemos una gran despreocupación por lo que está ocurriendo en Siria, donde su déspota Presidente, Bashar al-Assad, mata a sus ciudadanos de cien en cien. Hasta ahora, los muertos declarados, son más de 2.200.
¿Dónde está la diferencia para actuar de forma distinta, ante idénticas satraperías? --En Libia hay intereses petroleros y en Siria, no. Y por tanto, a la ONU le cuesta tanto acordar una resolución idéntica, contra los desmanes de al-Assad.
En otro orden de cosas, le confesaré a usted, respetado lector, mi satisfacción por la detención del, presunto, participante en el asesinato en 2006, de mi amiga Anna Politkovskaya, quien estaba investigando la corrupción de Putin y del Kremlin en relación con el petróleo ruso, como periodista de “Nóvaya Gazeta”.
Дорогой друг, пухом (Querida amiga, descansa en paz)
…He dicho!
*Es Presidente del Instituto Hispano Luso, Argentino, Brasileño
*Es Presidente del Instituto Hispano Luso, Argentino, Brasileño
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