*Por Ángel Rico
Les confesaré a ustedes que yo en eso de la religión me considero un “Liberal ilustrado crítico”. Tal vez por la completa mezcla de sangres y creencias, que corren por mis venas, lo que me permite ser crítico, a la vez que interesado, en cuestiones de forma y de fondo de las religiones, principalmente de las monoteístas.
Llegados a este punto y en las fechas en las que nos encontramos, donde es noticia, además del Ramadán, la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebra en Madrid. Resulta llamativa la animadversión que esta “JMJ” ha despertado en una parte de la sociedad indignada. Sí, en aquellos que pusieron sus favelas en la Puerta del Sol de Madrid, bajo la reivindicación de más “Libertad”.
Estos opositores a la Libertad de los demás, han programado (con todo su derecho) una “manifestación anti-Papa” unidos en un pool de asociaciones laicistas encabezada por la “Asociación de Madrileños Ateos y Librepensadores” bajo el eslogan “De mis impuestos al Papa cero”.
A mí que la gente se manifieste me parece bien, pero también pienso que hay que mostrar un poco de coherencia. Y permitir que los demás tengan libertad para hacer lo que quieran. Por tanto a los librepensadores se les ha visto el plumero, con su “manifa” buscan principalmente joder al Papa, con un grito anticlerical, antes que defender sus ideas y pensamientos libres. Lo coherente habría sido manifestarse contra los gastos que ocasionó el “Orgullo Gay” o lo que costó la limpieza y desinfección con “zotal” la porquería de los indignados, que favelaron en la Puerta del Sol.
La “JMJ” además de suponer unos importantes ingresos para el comercio y hostelería de Madrid, ya que se espera la llegada de millón y medio de peregrinos, también aportará unas especiales aplicaciones del Derecho Canónigo. Entre otras particularidades de esta “JMJ”, está la de haber instalado en el parque del Retiro de Madrid, doscientos confesionarios, con forma de vela de barco, donde cientos de curas y obispos, entre ellos el Papa, se relevarán para “confesar a los asistentes”.
A mi se me ocurre que seria procedente que los peregrinos “llegasen a Madrid confesados de casa”. Principalmente por cuestión de aminorar peso en los vehículos (autobuses, trenes y aviones) que los acercarán a Madrid. Pero una vez que no previeron el exceso de carga, y se confesarán en Madrid, me sorprende que: “Las mujeres que hayan abortado y quieran arrepentirse ante Dios tendrán más facilidades para hacerlo –durante la JMJ--, gracias a un decreto promulgado por el cardenal Rouco Varela que faculta a todos los sacerdotes que estén en Madrid a confesar y absolverlas de lo que la Iglesia considera un gravísimo pecado. La medida se toma "para que todos los fieles puedan alcanzar más fácilmente los frutos de la gracia divina". (sic)
Aquí les confieso mi sorpresa y surgen unas preguntas: ¿Tiene el cardenal Rouco Varela atribuciones para moldear el Derecho Canónico? Repuesta: Sí. Pero “excomulgar” a alguien no es un castigo pequeño, no se trata de dejarle sin postre, sino condenarle permanentemente al infierno, al haberles apartado de la comunión y del resto de sacramentos de la Iglesia. La absolución a los excomulgados, sólo puede ser concedida, según el Derecho de la Iglesia, por el Papa, por el obispo del lugar, o por sacerdotes autorizados por ellos.
La excomunión automática (latae sententiae) "se incurre, ipso facto, en ella quien comete delitos sumamente graves: apostasía, herejía o cisma. (Canon 1364); también, el procurar o participar en un aborto o la cooperación necesaria para que un aborto se lleve a cabo (CIC, 1398). Por lo que surge otra pregunta: ¿los apostatas, por ejemplo, no pueden beneficiarse de la gracia del cardenal Rouco? Y otra pregunta ¿Por qué a los obispos les cuesta tanto decretar instrucciones similares, para que los pecadores puedan alcanzar el perdón?
Y es aquí donde los que practicamos el “librepensamiento” y buscamos la razón individual nos preguntamos: Si los pecados son tan graves que merecen la excomunión, ipso facto, ¿por qué se aplica la gracia con una excusa tan débil, jurídicamente hablando, como la visita del Papa? Y si es razonable aplicar la gracia con excusa tan baladí ¿por qué no se aplican más veces para evitar que los pecadores vaguen eternamente por el infierno?
El cardenal Rouco Varela, ya que metió las manos (permítaseme la metáfora) para moldear el Derecho Canónico, debería ser un poco más ambicioso, pensar en el resto de pecadores para que, una vez marchado el Papa, todos los pecadores, fueran cuales fueran sus pecados, queden tan limpios como las abortadotas.
…He dicho!
*Es Presidente del Instituto Hispano Luso Brasileño
Les confesaré a ustedes que yo en eso de la religión me considero un “Liberal ilustrado crítico”. Tal vez por la completa mezcla de sangres y creencias, que corren por mis venas, lo que me permite ser crítico, a la vez que interesado, en cuestiones de forma y de fondo de las religiones, principalmente de las monoteístas.
Llegados a este punto y en las fechas en las que nos encontramos, donde es noticia, además del Ramadán, la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebra en Madrid. Resulta llamativa la animadversión que esta “JMJ” ha despertado en una parte de la sociedad indignada. Sí, en aquellos que pusieron sus favelas en la Puerta del Sol de Madrid, bajo la reivindicación de más “Libertad”.
Estos opositores a la Libertad de los demás, han programado (con todo su derecho) una “manifestación anti-Papa” unidos en un pool de asociaciones laicistas encabezada por la “Asociación de Madrileños Ateos y Librepensadores” bajo el eslogan “De mis impuestos al Papa cero”.
A mí que la gente se manifieste me parece bien, pero también pienso que hay que mostrar un poco de coherencia. Y permitir que los demás tengan libertad para hacer lo que quieran. Por tanto a los librepensadores se les ha visto el plumero, con su “manifa” buscan principalmente joder al Papa, con un grito anticlerical, antes que defender sus ideas y pensamientos libres. Lo coherente habría sido manifestarse contra los gastos que ocasionó el “Orgullo Gay” o lo que costó la limpieza y desinfección con “zotal” la porquería de los indignados, que favelaron en la Puerta del Sol.
La “JMJ” además de suponer unos importantes ingresos para el comercio y hostelería de Madrid, ya que se espera la llegada de millón y medio de peregrinos, también aportará unas especiales aplicaciones del Derecho Canónigo. Entre otras particularidades de esta “JMJ”, está la de haber instalado en el parque del Retiro de Madrid, doscientos confesionarios, con forma de vela de barco, donde cientos de curas y obispos, entre ellos el Papa, se relevarán para “confesar a los asistentes”.
A mi se me ocurre que seria procedente que los peregrinos “llegasen a Madrid confesados de casa”. Principalmente por cuestión de aminorar peso en los vehículos (autobuses, trenes y aviones) que los acercarán a Madrid. Pero una vez que no previeron el exceso de carga, y se confesarán en Madrid, me sorprende que: “Las mujeres que hayan abortado y quieran arrepentirse ante Dios tendrán más facilidades para hacerlo –durante la JMJ--, gracias a un decreto promulgado por el cardenal Rouco Varela que faculta a todos los sacerdotes que estén en Madrid a confesar y absolverlas de lo que la Iglesia considera un gravísimo pecado. La medida se toma "para que todos los fieles puedan alcanzar más fácilmente los frutos de la gracia divina". (sic)
Aquí les confieso mi sorpresa y surgen unas preguntas: ¿Tiene el cardenal Rouco Varela atribuciones para moldear el Derecho Canónico? Repuesta: Sí. Pero “excomulgar” a alguien no es un castigo pequeño, no se trata de dejarle sin postre, sino condenarle permanentemente al infierno, al haberles apartado de la comunión y del resto de sacramentos de la Iglesia. La absolución a los excomulgados, sólo puede ser concedida, según el Derecho de la Iglesia, por el Papa, por el obispo del lugar, o por sacerdotes autorizados por ellos.
La excomunión automática (latae sententiae) "se incurre, ipso facto, en ella quien comete delitos sumamente graves: apostasía, herejía o cisma. (Canon 1364); también, el procurar o participar en un aborto o la cooperación necesaria para que un aborto se lleve a cabo (CIC, 1398). Por lo que surge otra pregunta: ¿los apostatas, por ejemplo, no pueden beneficiarse de la gracia del cardenal Rouco? Y otra pregunta ¿Por qué a los obispos les cuesta tanto decretar instrucciones similares, para que los pecadores puedan alcanzar el perdón?
Y es aquí donde los que practicamos el “librepensamiento” y buscamos la razón individual nos preguntamos: Si los pecados son tan graves que merecen la excomunión, ipso facto, ¿por qué se aplica la gracia con una excusa tan débil, jurídicamente hablando, como la visita del Papa? Y si es razonable aplicar la gracia con excusa tan baladí ¿por qué no se aplican más veces para evitar que los pecadores vaguen eternamente por el infierno?
El cardenal Rouco Varela, ya que metió las manos (permítaseme la metáfora) para moldear el Derecho Canónico, debería ser un poco más ambicioso, pensar en el resto de pecadores para que, una vez marchado el Papa, todos los pecadores, fueran cuales fueran sus pecados, queden tan limpios como las abortadotas.
…He dicho!
*Es Presidente del Instituto Hispano Luso Brasileño
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