*Por Ángel Rico
Cuando en el futuro los jóvenes busquen en la Wikipedia datos sobre la Constitución Española de 1978, leerán que la hizo posible Adolfo Suárez, con el apoyo del rey Juan Carlos I, y fue ratificada en referendum el 6 de diciembre de 1978, obteniendo un 87% de votos favorables.
La primera modificación de la Constitución, impulsada por Felipe González, tuvo lugar el 27 de agosto de 1992 [BOE de 28/08/1992] al añadir las palabras «y pasivo» en el artículo 13-2, con el fin de permitir a los extranjeros comunitarios ser elegidos concejales (y por ello también alcaldes) en las elecciones municipales, y así adecuar la legislación y los acuerdos de la Unión Europea.
La segunda modificación de la Constitución fue impulsada por José Luís Rodríguez Zapatero, el año 2011, por presiones del Banco Central Europeo, Ángela Merkel y Nicolás Sarkozy, para tranquilizar a los mercados y garantizar el control de las cuentas públicas, y que José Luís hizo añicos al eliminar el “Control del déficit y endeudamiento del sector público: Pacto de estabilidad y crecimiento” que por Ley había fijado José María Aznar y que estuvo en vigor hasta la llegada de Rodríguez.
Por ello, Zapatero, tendrá sus tres líneas en la página de la Historia. Aunque cuando la Historia hable, quedará claro que la “segunda enmienda” fue impulsada para tratar de controlar el enorme gasto absurdo y sin creación de empleo que realizó el propio enmendante, para garantizarse la falsa paz institucional de los partidos nacional separatistas. Tranquilidad que resultó carísima para la mayoría de los ciudadanos normales.
A la pregunta de ¿si esta modificación será buena o mala para, nosotros, el Pueblo? solo basta saber quienes se oponen a la segunda modificación. A saber: los sindicatos, los partidos nacional separatistas, Izquierda Unida y José Borrell. Es decir: la segunda modificación de la Constitución Española, será buena para la mayoría de los ciudadanos.
Lo llamativo es la aparición en la escena pública de José Borrell, para oponerse a la misma, para limitar el déficit y ha reconocido: --estar muy sorprendido con el cambio de opinión del Ejecutivo y su «defensa apresurada» de la medida. «Hasta antes de ayer había oído en boca del presidente del Gobierno y del candidato socialista un rechazo bastante rotundo a esa medida». --Si yo fuese diputado votaría “NO”, dijo.
¿Por qué? No creo que el motivo sea que en Abengoa, empresa de la que Borrell es vocal del Consejo de Administración, paguen poco por sus servicios. Sobre todo, cuando se compaginan los ingresos como expresidente del Parlamento Europeo, (2004-2007); de Presidente del Instituto Universitario Europeo (con sede en Florencia-Italia), con los emolumentos de Abengoa.
Pero puede ser que Borrell lo haga para conseguir protagonismo político, pero ¿Cómo se puede pretender tener protagonismo político actuando en contra del candidato del PSOE, que apoyará tal modificación constitucional? Tal vez para tener contentos al PSC, partido donde milita.
La compañera sentimental de José Borrel, la profesora Cristina Narbona, Ministra de Medio Ambiente (2004-2008), en el primer gobierno de Zapatero, (el peor Presidente del Gobierno de la Democracia) es en la actualidad miembro del equipo de campaña del Candidato Rubalcaba, que además de apoyar la reforma “El candidato socialista para las elecciones del 20-N, ha decidido asumir las riendas de la negociación para establecer un límite constitucional al déficit y a la deuda, y lo ha hecho para garantizar una suficiente flexibilidad”. Deben ser interesantes los almuerzos en la casa de los Borrell-Narbona.
Pero volvamos a la reforma constitucional. Yo tengo que confesar, respetado lector, que: --Estoy a favor de la reforma constitucional que ponga límite al gasto de las administraciones públicas.
Sí, yo también estoy sorprendido por estar de acuerdo con una iniciativa de Zapatero. (Cuando anteriormente estuve de acuerdo con Rubalcaba con la eliminación de las diputaciones provinciales). Pero apoyaré todas las iniciativas que supongan el control del gasto inútil de las administraciones públicas, y la modificación de la libertad de Cataluña para gastar y gastar, que les permitió Zapatero con las modificaciones del Estatuto de Cataluña.
Cuando las comunidades autónomas aumentan su endeudamiento, las sumas de las deudas regionales, acaban afectando al ciudadano normal. Por eso apoyaré esta “segunda reforma constitucional”. Aunque a mi también me sorprenda coincidir con Zapatero, después de haberlo hecho también con Rubalcaba.
…He dicho!
*Es Presidente del GEA
Cuando en el futuro los jóvenes busquen en la Wikipedia datos sobre la Constitución Española de 1978, leerán que la hizo posible Adolfo Suárez, con el apoyo del rey Juan Carlos I, y fue ratificada en referendum el 6 de diciembre de 1978, obteniendo un 87% de votos favorables.
La primera modificación de la Constitución, impulsada por Felipe González, tuvo lugar el 27 de agosto de 1992 [BOE de 28/08/1992] al añadir las palabras «y pasivo» en el artículo 13-2, con el fin de permitir a los extranjeros comunitarios ser elegidos concejales (y por ello también alcaldes) en las elecciones municipales, y así adecuar la legislación y los acuerdos de la Unión Europea.
La segunda modificación de la Constitución fue impulsada por José Luís Rodríguez Zapatero, el año 2011, por presiones del Banco Central Europeo, Ángela Merkel y Nicolás Sarkozy, para tranquilizar a los mercados y garantizar el control de las cuentas públicas, y que José Luís hizo añicos al eliminar el “Control del déficit y endeudamiento del sector público: Pacto de estabilidad y crecimiento” que por Ley había fijado José María Aznar y que estuvo en vigor hasta la llegada de Rodríguez.
Por ello, Zapatero, tendrá sus tres líneas en la página de la Historia. Aunque cuando la Historia hable, quedará claro que la “segunda enmienda” fue impulsada para tratar de controlar el enorme gasto absurdo y sin creación de empleo que realizó el propio enmendante, para garantizarse la falsa paz institucional de los partidos nacional separatistas. Tranquilidad que resultó carísima para la mayoría de los ciudadanos normales.
A la pregunta de ¿si esta modificación será buena o mala para, nosotros, el Pueblo? solo basta saber quienes se oponen a la segunda modificación. A saber: los sindicatos, los partidos nacional separatistas, Izquierda Unida y José Borrell. Es decir: la segunda modificación de la Constitución Española, será buena para la mayoría de los ciudadanos.
Lo llamativo es la aparición en la escena pública de José Borrell, para oponerse a la misma, para limitar el déficit y ha reconocido: --estar muy sorprendido con el cambio de opinión del Ejecutivo y su «defensa apresurada» de la medida. «Hasta antes de ayer había oído en boca del presidente del Gobierno y del candidato socialista un rechazo bastante rotundo a esa medida». --Si yo fuese diputado votaría “NO”, dijo.
¿Por qué? No creo que el motivo sea que en Abengoa, empresa de la que Borrell es vocal del Consejo de Administración, paguen poco por sus servicios. Sobre todo, cuando se compaginan los ingresos como expresidente del Parlamento Europeo, (2004-2007); de Presidente del Instituto Universitario Europeo (con sede en Florencia-Italia), con los emolumentos de Abengoa.
Pero puede ser que Borrell lo haga para conseguir protagonismo político, pero ¿Cómo se puede pretender tener protagonismo político actuando en contra del candidato del PSOE, que apoyará tal modificación constitucional? Tal vez para tener contentos al PSC, partido donde milita.
La compañera sentimental de José Borrel, la profesora Cristina Narbona, Ministra de Medio Ambiente (2004-2008), en el primer gobierno de Zapatero, (el peor Presidente del Gobierno de la Democracia) es en la actualidad miembro del equipo de campaña del Candidato Rubalcaba, que además de apoyar la reforma “El candidato socialista para las elecciones del 20-N, ha decidido asumir las riendas de la negociación para establecer un límite constitucional al déficit y a la deuda, y lo ha hecho para garantizar una suficiente flexibilidad”. Deben ser interesantes los almuerzos en la casa de los Borrell-Narbona.
Pero volvamos a la reforma constitucional. Yo tengo que confesar, respetado lector, que: --Estoy a favor de la reforma constitucional que ponga límite al gasto de las administraciones públicas.
Sí, yo también estoy sorprendido por estar de acuerdo con una iniciativa de Zapatero. (Cuando anteriormente estuve de acuerdo con Rubalcaba con la eliminación de las diputaciones provinciales). Pero apoyaré todas las iniciativas que supongan el control del gasto inútil de las administraciones públicas, y la modificación de la libertad de Cataluña para gastar y gastar, que les permitió Zapatero con las modificaciones del Estatuto de Cataluña.
Cuando las comunidades autónomas aumentan su endeudamiento, las sumas de las deudas regionales, acaban afectando al ciudadano normal. Por eso apoyaré esta “segunda reforma constitucional”. Aunque a mi también me sorprenda coincidir con Zapatero, después de haberlo hecho también con Rubalcaba.
…He dicho!
*Es Presidente del GEA
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