*Por Ángel Rico
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El
26 de octubre del pasado año, defendí una tesis política para Portugal, que de aplicarse habría sido
positiva para el país hermano; no se hizo y ahí están los, innecesarios,
peligros que amenazan a los portugueses. Y como lo que es malo para Portugal, no puede ser bueno para España, me permitirán que me plagie, a
mí mismo, para reiterar, mutatis mutandis, aquella tesis, a
saber:
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Considerando
que, lo peor que le puede ocurrir a España,
es prolongar innecesariamente, el estado de “gobierno en funciones” que no
repercute en el aumento de las inversiones, ni en el crecimiento, solo
satisface el ego de los políticos cigarra; aquellos que dedican más tiempo a
escucharse a sí mismos que, a trabajar (arrimando el hombro propio a otros
hombros) para sacar a España de la
situación donde se encuentra y para lo que hace falta, aprobar primero, y
aplicar después, una serie de reformas
que, --con los resultados electorales tras el 26J-16--, ningún partido está en disposición de llevar a cabo de
forma individual.
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Por
ello, todos “Debemos” implicarnos, y
al decir “todos” quiero decir, “también el Jefe
del Estado”. Soy de la opinión que, Felipe
VI, debe estar para algo más que ir (una, y otra y otra vez) a Cataluña, Navarra y el País Vasco, donde le tratan con poco respeto; o
presidir finales deportivas, donde es el objeto, junto al himno de España y la
bandera, de insultos y silbidos del respetable; o recibir en consultas a
líderes de partidos políticos republicanos, que defienden la ruptura de la unidad de la Nación Española y que, se refieren al Jefe del Estado, en el mejor de los
casos, como “el ciudadano Borbón” y habitualmente como “el Borbón”.
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El
refranero dice que: --a grandes males, grandes remedios—y la situación actual,
de un revuelto (como si de agua y aceite se tratase) de partidos políticos, que
demuestran una clara animadversión los
unos hacia los otros, y los otros hacia los unos, obliga a no actuar como se
hizo en el pasado, porque, en el mejor de los casos, se obtendrá un gobierno en
minoría (realmente en funciones) sin capacidad de aplicar las reformas que son
necesarias; lo que sería un “gobierno paripé”; dejando como perjudicados claros
a la mayoría de españoles.
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La
prueba de que la cosa va mal es que, mientras Rajoy es feliz en una, inaguantable situación de “gobierno en
funciones”, la alcaldesa de la capital de España, --creará unos “soviets de
barrio”, mediante una nueva figura político-policial, para vigilar y juzgar la
vida de los barrios de Madrid--,
saltándose lo que, al respecto, está legislado.
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--¿Qué habría que hacer?--. Considerando que, el artículo 56 de la Constitución, dice: -- El Rey es el Jefe del Estado, símbolo
de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las
instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con
las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen
expresamente la Constitución y las leyes—
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Y
que, Artículo 62 (CE), entre otras, le atribuye al Rey: --a) Sancionar y promulgar las leyes; b) Convocar y disolver
las Cortes Generales y convocar elecciones en los términos previstos en la
Constitución; d) Proponer el candidato a Presidente del Gobierno y, en su caso,
nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la
Constitución; g) Ser informado de los asuntos de Estado y presidir, a estos
efectos, las sesiones del Consejo de Ministros, cuando lo estime oportuno, a
petición del Presidente del Gobierno--. Dada la presente situación, demostrar
liderazgo y actuar de la siguiente forma:
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--El
Jefe del Estado (JE) debería
convocar “a una reunión de Estado” a los portavoces de los grupos parlamentarios
más representativos del Congreso. En esa
reunión, el JE, preguntaría a los presentes: --¿Quiénes están
en contra del “Titulo preliminar” de la CE?; ¿Qué grupos parlamentarios están a
favor y en contra de cumplir, durante la XII legislatura, lo esencial
del “Tratado de Lisboa; los
compromisos adquiridos con la Unión Europea, así como otros compromisos
vinculantes y mantener a España dentro del Euro y la OTAN”? —
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Obviamente
los partidos secesionistas y el estalinisto-comunista, estarían en
contra de defender esos supuestos, toda vez que en sus filosofías estatutarias
y programáticas, se indica su lucha contra esas cuestiones, que definen al
sistema, en general y, las características de la realidad de España, en particular.
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El
departamento de prensa, de la Jefatura del Estado, comunicaría a la ciudadanía que:
--se habría convocado una nueva reunión de Estado
para el día siguiente, donde no participarían los partidos, antisistema,
mencionados.
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En
dicha, segunda, reunión, el JE pondría sobre la mesa de
negociación los programas políticos de “PP”, del “PSOE” y “Ciudadanos” preguntando a cada
parte:--¿Qué apartados de los programas electorales de las otras partes serían
inadmisibles?— Una vez expuestos los asuntos inadmisibles para los unos y
los otros, el JE preguntaría
a los otros y a los unos: --De los asuntos denunciados como “inadmisibles”, ¿cuántos
podrían ser retirados por cada parte?--. Normalmente, cada parte, suele admitir
retirar el 50% de los asuntos rechazados, por la otra parte. Dichos asuntos se
trasladarían al final de los, hipotéticos, asuntos pendientes de acuerdo.
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Una
vez eliminados los apartados que crearían contenciosos refractarios, al partido
contrario, los Servicios Jurídicos de la JE, (para evitar que cada parte arrimase el ascua a su
sardina) del resto del contenido de los programas electorales, Legislativas
2016, elaborarían un “borrador acumulado” que tras las matizaciones de
las contrapartes, estaría disponible para convertirse en un Programa de Gobierno Conjunto, para la XII
legislatura, con el apoyo de, al menos, 254 apoyos
parlamentarios. Porque un “gobierno en minoría” –solo del PP-- sin capacidad de
aprobar leyes, sería una pérdida de oportunidades para la sociedad en su
conjunto y una tomadura de pelo a la ciudadanía.
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Llegados
a este punto de las negociaciones, se pondrían sobre la mesa los asuntos contenciosos
que habían sido pospuestos en la segunda reunión. La experiencia indica que:
--se entraría en lo que se denomina “propuestas transaccionales”; es decir, las
partes aceptan, de la otra parte, alguno de los asuntos inicialmente
“inadmisibles”, a cambio de que se acepten algunos de los “inadmisibles”
asuntos propios. La experiencia indica que, tras negociaciones y renegociaciones,
se concluye con un acuerdo final.
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Una
vez, llegados a la alianza del “qué hacer” hay que acordar el “con quiénes
hacerlo” (la composición nominativa del gobierno). En este apartado, se admitiría
sugerencias de personas posibles con tal de favorecer un gobierno sensato
que represente al conjunto.
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Este
supuesto, sería un ejemplo de “resiliencia” (la capacidad humana de asumir con
flexibilidad situaciones límite y sobreponerse, pudiendo salir fortalecidos de
ellas) política, que demostraria que en España, además de
políticos, --buenos, regulares y mediocres--, también habría estadistas. La
política necesita a gente que no necesite a la política.
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Posteriormente,
los grupos políticos implicados, en la negociación por gobierno de salvación, venderían a los seguidores
propios, que el acuerdo conseguido es una victoria correcta, lo que satisfaría
el ego de los muy cafeteros, y pondría un instrumento importantísimo a favor de
los intereses de la mayoría de los españoles, durante los próximos cuatro años.
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Si
se me permite una sugerencia, y de acuerdo con el Artículo 68 de la Constitución
Española: --El Congreso se
compone de un mínimo de 300 y un máximo de 400 Diputados, elegidos por sufragio
universal, libre, igual, directo y secreto, en los términos que establezca la
ley—en el acuerdo de los partidos firmantes, debería acordar “una reforma en la
Ley Electoral” para que en la próxima legislatura, el número de
diputados fuese el mínimo contemplado –300--. Siendo un ejemplo de ahorro, que
la ciudadanía valoraría positivamente porque ya se sabe que: -- Dar
ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única
manera--.
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Respecto
al “protagonismo” del Jefe del Estado,
habrá que tener presente Artículo 61 (de la CE) --El Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará
juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la
Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las
Comunidades Autónomas--. Por lo que, fomentar, que haya gobierno, sin esperar a
que un alineamiento astral consiga lo que la, poca talla política, se empeña en
dificultar, sería un ejemplo de, sin salirse de sus funciones, hacer que con la
realidad actual, en España las cosas funcionen.
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De
no existir sentido común, ni resiliencia política, en España, quedaría
demostrado aquello que dijo, Groucho Marx: --La política es el arte
de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después
los remedios equivocados—Y si, Pedro Sánchez, (responsable de la mayor derrota del PSOE en Democracia), llevase a España al
borde del abismo, con experimentos antisistema, o de ingobernabilidad
manifiesta, demostraría ser ciertas las palabras de, Francis Bacon:
--Es muy difícil hacer compatibles la política y la moral-- ¡Pues eso!
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…He
dicho!
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*Es Presidente
del Instituto Hispano Luso
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