*Por Ángel Rico
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Le
confesaré a usted, respetado lector, que: --cuando escuché, a la Vicesecretaria
de Estudios y Programas del partido político que sustenta, el gobierno de
la décimo cuarta economía del planeta (según el FMI), España, Andrea Levy, decir que “La casa
de Bernarda Alba es el libro que me ha hecho reivindicativa y revolucionaria”—(sic)
me vino a la mente otra Bernarda (por
cuyos méritos hay disputa en las provincias de Ciudad Real, Granada y
Sevilla); en cualquier caso sorprende que la responsable del negociado
político encargado de estudiar y proponer las estrategias programáticas del PP, haya recibido su prestigiosa
influencia política de las conversaciones entre: --“la” Poncia, “la” Angustias, “la”
Martirio” y “la” Amelia. Si Federico levantase la cabeza, se volvería a morir tras una sonora
carcajada, por haber surgido doña "Levy-narda" del PP.
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Y
es que en este PP las cosas son como
parecen. Lo importante no es analizar la realidad sociopolítica de España, para proponer las mejores
soluciones adecuadas a estos tiempos y a estos problemas. Lo importante es “flotar”
para alcanzar el estatus de “apparatchik”
(término coloquial ruso que designaba a un funcionario profesional, a tiempo
completo del Partido Comunista o la administración soviética) y vivir el resto
de su existencia del partido. Actuar en política, con la filosofía de “Evax” da
resultado –No se nota, no se mueve, no traspasa--. ¿Para qué van a moverse y
correr el riesgo de equivocarse? Y, cuando quieren hacerse notar, tienen que
recurrir a “la Bernarda” –a cualquiera
de las dos--; dando a entender que la cosa pública (con ele) la consideran eso “el
coño de la Bernarda (**)”; y así nos
va a todos (y a todas).
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La
actividad política se ha ido deteriorando tanto, que –aunque en otros tiempos
pudiera parecer imposible— hoy tenemos como responsable del equipo pensante del
PP a una señora con este “background” siendo previsible que –las cosas
tiendan a empeorar, porque tanto monta, mientras puedan seguir viviendo del
sistema--. Analizando la situación surgen las siguientes preguntas: --¿Es que
en este PP no hay nadie mejor? ¿El
máximo nivel de inteligencia política y estratégica, del PP, es Andrea Levy? ¿Por qué consideran estúpida a la ciudadanía?
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Y
esa ciudadanía, empieza a ser protagonista del presente, porque muchos se han
dado cuenta de aquello que dijo, Cicerón:
--El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder que
pretende hacerse superior a las leyes—y ser superior a las leyes es cuando se “contravienen
las leyes, o cuando se las ignora” desde la actividad gubernamental o política;
convirtiéndose, de facto, en “empleados públicos” que como denunció, Pitigrilli: --Los funcionarios (o
cargos públicos) son los empleados que el ciudadano paga para ser la víctima de
su insolente vejación--.
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Los
resultados de la insolencia gubernamental, se han visto (y se han sufrido) en
lo referido, por ejemplo, al “asunto de los estibadores”; al favorecimiento,
mediante la aportación de fondos extraordinarios, del secesionismo de Cataluña; al caos en el Aeropuerto de
El Prat en Barcelona; la
incoherencia de la política hidráulica nacional, permitiendo que el agua dulce
de los ríos, se vierta al mar para mezclarse con el agua salada, y una vez
salada (el agua) aplicar procesos de “desalinización” para su consumo; dejar en manos del ecologismo demagógico, la
política medioambiental del Ministerio
del Ambiente Medio, con una gatopardiana política en la “Fundación Biodiversidad”, “Oficina de
Cambio Climático”, y el departamento de “Innovación agraria” donde se puede ser innovador pero sin pasarse,
no fuese a ser que se llegase a la agricultura 3.0; y, en el Ministerio de Energía, donde se
gobierna para ayudar a engordar la cuenta de resultados de las
comercializadoras energéticas, a costa de que los consumidores paguen la energía más cara que el resto de europeos.
Tanta insolencia, ha colmado las tragaderas ciudadanas, respecto a los
políticos gobernantes que utilizan la palabrería para justificar lo
injustificable. Lo revolucionario de Levy,
(y de otros casos, en los diferentes niveles, nacional, regional y municipal) no
es demostrarnos que se ha leído poco
(casi nada); lo revolucionario habría sido aceptar que “no está preparada para
el salario que recibe como política” y actuar en consecuencia. Pretender
disfrutar, toda la vida, de coche oficial como Rajoy no es admisible para la sociedad.
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Y
como en política, lo que es previsible que ocurra, acabará ocurriendo, los
electores se vengarán de la mediocridad política, tal y como dijo, David Lloyd George: --Las elecciones,
son la venganza del ciudadano. La papeleta es un puñal de papel--, que como puede
ser utilizado se utilizará, porque la diferencia entre un esclavo y un
ciudadano es que los ciudadanos pueden preguntarse por su vida y cambiarla.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso
(**)
Respecto a “el coño de la Bernarda” hay distintas teorías, pues tres provincias
se disputan su origen: las Granada, Ciudad Real y Sevilla. En Granada se dice
que Bernarda era una vieja santera que recibió la aparición de San Isidro una
noche en la que estaba afligida por no haberse casado y tenido hijos, pues
según ella "no es buena la mujer de cuyo higo no salen hijos". El
bueno de San Isidro se le presentó y le tocó el coño, literalmente, y este
quedó santificado. Así, las gentes del lugar iban a su casa a tocar sus partes
milagrosas, con las que sanaba enfermos, multiplicaba las cosechas y muchos
otros prodigios. El sacerdote del lugar, por lo visto, tenía mucha fe en el
coño de Bernarda: cuando murió muchos males asolaron la región; el sacerdote la
mandó desenterrar y se había convertido en polvo, excepto su coño, que se
mantenía incorrupto. Así, mandó que se convirtiera en reliquia de la Iglesia,
no sin problemas con la Santa Inquisición.
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La
versión ciudarrealeña es parecida, salvo que esta Bernarda vive en el monte, y
salva, bendice y cura a los pastores solo si tocan su parrús. Examinada por
monjes, estos certificaron su poder beatífico.
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En Sevilla es donde el mito es más aburrido, y
seguramente más cierto: Bernarda sería una prostituta famosa en la región, por
cuyo higo pasaba todo hijo de vecino.
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También suele utilizarse a doña Bernarda en expresiones
como “Eso parece el coño de la
Bernarda” o “Esto es
como el coño de la Bernarda” para referirse a un lugar, partido
político o suceso de mucho barullo y personas e incluso donde cada uno opina
una cosa diferente. Que algo sea como el coño de la Bernarda nos dice que es
desordenado, confuso y donde mete mano (con perdón) todo el mundo sin ningún tipo de organización, de estudio, ni de programa.
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