*Por Ángel Rico
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Le
contaré a usted, respetado lector, que hace unos días un “piji-progre”
pretendió insultarme diciendo que “los
que hicimos el Servicio Militar nos creímos aquello de defender a España”,
es cierto, un servidor hizo la “mili” ya bajo la Constitución y, al “Jurar la
Bandera nos comprometimos a defender los intereses colectivos de España y de los españoles y a cumplir
la Constitución y las Leyes”. Para un servidor, defender los
intereses de España no solo sería,
hipotéticamente, defendernos con las
armas de la invasión de otro país, bajo la premisa de “apoyo a la seguridad y
la defensa de España”. Defender los
intereses de España es, con el
debido respeto, hacer ver a la jerarquía política y a la Jefatura del Estado cuando, se está cometiendo un error. Porque en
política, los errores siempre tienen consecuencias negativas para la
ciudadanía. Un error cometido por El Rey (por cualquier rey) siempre será un
error.
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Por
ejemplo, los errores de haber admitido en innumerables ocasiones que en Cataluña se incumpla la Ley, ha supuesto que –del FLA, (Fondo de Liquidez Autonómica) Cataluña haya recibido por
ciudadano más del doble de fondos que la
media de comunidades autónomas; --el error de no haber pactado los presupuestos
generales del Estado 2017 entre PP-PSOE, ha supuesto que los cinco
votos (5) del PNV y los dos (2)
votos de los diputados de Canarias,
nos hayan costado más de siete mil (7 veces 1000) millones de euros al resto de
los ciudadanos. --Dinero que ha salido de los impuestos pagados por el resto de
ciudadanos; ah, no ¡perdón! Pagados por el resto de ciudadanos de España, excepto los de Navarra y Las Vascongadas, que no pagan nada a la Hacienda común.
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La
ciudadanía civil, podrá seguir (y está en su derecho) tocando la lira en sus
casas, pero mientras afinan la cítara, se están cometiendo errores políticos
que acabarán repercutiendo en contra de esos ciudadanos y sus familias. Bien
sea en pérdida de seguridad ciudadana; bien al desviar fondos para los
refugiados que no se quieren integrar; bien para subvencionar a las
asociaciones defensoras de esos refugiados, que tienen su razón de ser en que
haya muchos refugiados y decir que “contra ese colectivo se está practicando xenofobia”. Cuando, en realidad, no se trata de “rechazo al extranjero” sino
rechazo a quien nos amenaza, bien sea un ciudadano proveniente de Marruecos, musulmán, o el vecino del
tercero que nació, hipotéticamente, en Torrelodones
y es Testigo de Jehová. Porque, la
autodefensa, está incluida en el Derecho
Natural del hombre.
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Sí,
ya sé que cuando se produce un atentado terrorista, la ciudadanía no se
pregunta si los autores serían “Sintoístas”,
“Jainimitas”, “Confucionistas”, “Judíos”, “Sijismitas”, “Budistas”,
“Hinduísmitas”, “Católicos”, “Protestantes”, “Calvinitas”. Y, ¿por qué esa
selección mental de quienes no podrían ser los terroristas? Respuesta: --Porque
solo una, y nada más que una religión tiene en su credo la orden de “eliminar a
los infieles”. Se podrán dedicar horas a debatir sobre Islamismo “moderado o radical” pero quienes dediquen tiempo a esa
discusión estarán demostrando que no se han leído el Corán, que dice lo que dice, y ordena lo que ordena. A los
islamistas (o musulmanes) radicales, moderados, mediopensionistas, o café con
leche. A todos les afecta, por igual, las ordenanzas imperativas del Profeta.
Por ello el eslogan “No tinc por” es falso y, por tanto, cómplice de posibles
atentados. No tener miedo es un error, porque induce a la autocomplacencia y a
no admitir la amenaza como realidad.
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Por
ello en la situación político – terrorista actual procede, admitir lo que no se
admitió en el pasado “que las cosas no se hicieron bien” y rectificar. Porque,
el Jefe del Estado, se ha desplazado
a (la secesionista) Cataluña, por
número de habitantes, el cuádruple de veces que al resto de comunidades
autónomas. Cualquier acto en Cataluña
(desde un campeonato de chapas, permítaseme el símil, en adelante) es digno de
la presencia del Rey. Siendo un
hecho, que la ciudadanía del resto de España
se pregunta ¿por qué ellos tanto y nosotros tan poco?
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Que
Castilla-La Mancha, esté dando el
agua que no tiene (porque no la tenemos) a regiones con un PIB superior al
nuestro --¿no es digno de la visita del Jefe
del Estado para ver qué se puede hacer para mejorar la situación? --Qué
todas las mercancías norte/ sur - este/oeste de la Península pasen por las dos
autovías de nuestro territorio, cuando las carreteras de segundo y tercer nivel,
que sirven para la comunicación interna, están impracticables, ¿Sabéis, Señor, que hay carreteras (N430) con líneas
continuas de 12 kilómetros? ¿no se merece la visita del Jefe del Estado para interesarse por la cuestión? En definitiva ¿Es
imprescindible que un territorio se convierta en secesionista para que el Jefe del Estado lo visite,
interesándose por su situación?
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Señor, como dijo, Charles Dickens: --Los caminos de la
lealtad son siempre rectos—y, en mis quince meses (15) de Servicio Militar no aprendí a hacer el “rendibú” solo a llamar a
las cosas por su nombre. Y, por ello Os digo que: --yendo al rebufo de Rajoy, Os hará cometer errores, que
podrían ser evitables si alguien le dijese a Vuestro Primer Ministro, que los
intereses de los españoles, están por encima de los, acomodaticios, intereses
de Rajoy. El primero de los
españoles, en una manifestación política, como la que se ha programado en Barcelona, tiene que ir a la cabeza de
la misma. ¡Nadie! deberá difuminar al Jefe del Estado en ningún lugar del
territorio español. Por tanto, ante cualquier actuación de desacato o
deslealtad de estos o aquellos, solo Os justificará si ponéis sobre la mesa “la Ley, solo la Ley y nada más que la Ley”.
De no hacerlo, Señor, me temo que
acabareis mirando a Cartagena--.
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Señor, un histórico
ciudadano de estas tierras, Francisco de
Quevedo, dijo:--Solo el que manda
con amor es servido con lealtad--. No lo Olvidéis cuando sea lealtad lo que
necesitéis de los españoles.
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…He dicho!
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*Es
Presidente del Instituto Hispano Luso
con este tipo de discursos seguro, que españa llegará muy lejos
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