La ONU es el problema

Por Ángel Rico*
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Es conocida mi animadversión general hacia la ONU, en general y, hacia su Secretario General, Ban Ki-moon, en particular. Soy de la opinión, que defiendo siempre que puedo, que la ONU no es la solución de nada, sino parte de casi todos los problemas internacionales que afectan a la humanidad.
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Estamos viendo estos días como hay que destruir millones de vacunas contra la gripe A, por estar caducadas, y que por indicación de la OMS, es decir la ONU, compraron la mayoría de los países para combatir una supuesta pandemia mundial que nunca existió. Indicaciones de la OMS que favorecieron, de hecho, más los intereses de las grandes empresas farmacéuticas, que la salud de los que habitamos este planeta. El negocio es el negocio.
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También pudimos asistir, en otro momento, a declaraciones absurdas que señalaban en una relación causa-efecto entre los cultivos energéticos para biocombustibles y el hambre en Burkina Faso.
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Y también es posible comprobar los exagerados e injustificados gastos en el funcionamiento de esta organización que cada día goza de menos prestigio, resultando inmoral y carísimo mantener la estructura funcionarial de esta entelequia planetaria que no sirve para nada útil.
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En los últimos días hemos conocido el anuncio de Ban Ki-moon sobre: “la creación de un comité que investigará el asalto del ejército israelí a la que bajo la excusa de hacer llegar ayuda humanitaria a Gaza, pretendía vencer con esta provocación a Israel”. Algo que obviamente no ocurrió. Porque de haber vencido con aquella provocación, estas había ido in crecendo para debilitar a Israel y su soberanía, hasta conseguir echar a los israelíes al mar, que es el verdadero objetivo de los Hamastanos (que viven en Hamastan) y de quiénes defienden ese objetivo.
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Resulta útil, para la casta política de la ONU, mantenerse en una permanente acusación a Israel, mientras que mantienen una contrastada miopía en actuaciones que en buena lógica deberían captar su atención. Desde la peligrosa provocación de Hugo Chavez, con el peligro de una guerra entre Venezuela y Colombia. El permanente aumento del peligro nuclear de Irán o Corea del Norte. Los constantes atentados en Paquistan, donde el Movimiento de los Talibanes de Paquistán (TTP), grupo rebelde islamista aliado de Al Qaeda, mata de cien en cien personas. Ó mantener atenazado a un país como Cuba y a sus ciudadanos, sin hacer nada útil al efecto, etc. Así es la ONU y por sus hechos la conocemos.
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Uno de los últimos ejemplos, de que la ONU es parte del problema, es la filtración a la prensa de un memorándum que le envió su ex adjunta, la sueca Inga-Britt Ahlenius, y en el que le decía que la Secretaría General de la ONU estaba "sumida en un proceso de decadencia. No sólo se está viniendo abajo, además está hundiéndose en la irrelevancia". El diario británico "The Guardian”, que ha entrevistado a funcionarios, políticos y diplomáticos, señala que hay un fuerte malestar en toda la ONU e incluso los leales del secretario general reconocen que, aunque es afable y trabajador, su impacto en los asuntos internacionales ha sido mínimo. Obviamente, mi opinión es coincidente.
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Por todo lo anterior Ban Ki-moon no tiene ninguna fuerza moral, que es la cualidad más valorada en el Secretario General de la ONU, para en el futuro solicitar cualquier tipo de colaboración y apoyo de los ciudadanos, ante cualquier situación de crisis que puedan aparecer.
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Las invitaciones a Ban, a participar en distintos actos públicos internacionales, que resultan inútiles, sin contenidos políticos exportables, demuestran que este personaje solo sirve para adaptarse a los enormes gastos que van junto al cargo.
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Mientras tanto, las mujeres y los niños de Nigeria, Yemen, Hamastán, Irán, Siria, Afganistan, etc, se mantienen en un estado premedieval, del que nunca saldrán si la ONU no se implica totalmente. Señalando a los dirigentes de estos países sin democracia, que la educación es un bien irrenunciable y que los Derechos del Hombre son unos principios que, en ningún caso, deben dejar de aplicarse por demasiada arena que haya en estos países. Pero claro, es más fácil (y menos peligroso para la ONU) presionar a Israel, que enfrentarse a unas dictaduras que, por la miopía, de la ONU se sienten libres para actuar como lo que realmente son, unos dictadores a los que muy pocos (y ninguno está en la ONU) quieren señalar como tales.
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…He dicho!
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* Es Presidente del Instituto Hispano Luso Argentino Brasileño