*Por Ángel Rico
Parafraseando a José Ortega y Gasset: “El hombre (o el Pueblo) no tiene naturaleza, solo tienen Historia” Y ante la Historia tiene mañana una cita Portugal. Los portugueses tienen que decidir quién quieren que dirija el Gobierno de la República, si un desfondado, inútil, caduco, precario, frágil, débil, enfermizo gobierno, apoyado por el amortizado Partido Socialista Portugués (PSP) con el –carísimo-- apoyo de los partidos de izquierda, “Bloco de Esquerda (BE)”y “Partido Comunista Portugués (PCP)” ó el “Partido Social Demócrata (PSD)”. La decisión es bien sencilla, hay que decidir entre el pasado o el futuro.
El socialista, José Sócrates, con su permanente miopía y estupidez política, llevó al país, al borde de la bancarrota, con un incierto futuro que depende, fundamentalmente, de la capacidad de ilusionar al país, para generar crecimiento y esperanza en las propias capacidades. La experiencia de los últimos gobiernos de Sócrates, nos demuestra que estuvieron (desde el gobierno) centrados en dar la espalda a la realidad, mientras se adormecía al Pueblo, con una cantinela desfasada y alejada de la realidad de la Unión Europea, en la que está integrado Portugal.
Cada partido político ha mostrado sus cartas, durante la campaña electoral. Sócrates en Portugal, como Zapatero en España, se ha escudado en que la culpa de las dificultades socioeconómicas del momento, en ambos países, las tiene la crisis internacional no siendo, por tanto, responsables de la situación. Es decir, pidió el voto a los portugueses para que todo siga igual que está. En cambio, Pedro Passos Coelho, líder del PSD ha puesto de manifiesto aquello de: “A incerteza, em reverso, desafia-nos e debe estimular-nos a encontrar uma nova visão que traga também uma saída mas robusta para os problemas” Y es verdad, ahí está la solución a la problemática de Portugal “conseguir el estímulo del Pueblo, para luchar juntos para conquistar su futuro”
Los partidos de izquierda portugueses, siguen moviéndose en un mundo pasado, donde todo lo centran en el Estado, sin querer darse cuenta que el Estado (ya) no tienen fondos ni para pagar la energía eléctrica que necesitan los hospitales portugueses. Viven en una fantasía irreal, donde ni una sola de sus propuestas se han hecho realidad en las últimas legislaturas. No hay nada más inútil y, por tanto, nada más caro en Portugal que el salario que la República paga a los diputados del BE y del PCP. Porque ninguna, absolutamente ninguna, de sus propuestas políticas se han podido hacer realidad. Porque son de otro mundo, de otro tiempo, para seres artificiales y sin voluntad. Para un Portugal que no existe y del que los diputados de izquierda (esquerda) cobran unos suculentos salarios todos los meses, a costa de mantener un mensaje rancio y carente de sentido.
Las canciones portuguesas que hablan del pasado, con la melancolía fadísta (del fado) de los malos momentos, que hablaban de la dictadura de Salazar, ya no sirven para sacar al pueblo portugués de la crisis a las que el gobierno de Sócrates, les llevó. Ahora se necesita la creencia de que “juntos podemos conseguirlo”. Porque nadie puede dar a los portugueses, lo que los portugueses no estén dispuestos a darse a sí mismos. Algo que solo puede conseguirse con la motivación general de la sociedad portuguesa. Todos son necesarios para sacar a Portugal de la empobrecida e inútil melancolía. Remando en el mismo sentido y con igual ritmo.
El Partido Social Demócrata, que fundaron en 1974, Francisco Sá Carneiro, Francisco Pinto Balsemão y Joaquim Magalhães Mota y, en cuyo logotipo se muestran las tres flechas, que representan los valores fundamentales de la social-democracia moderna, la libertad, la igualdad y la solidaridad debe ahora, como en su fundación, servir como instrumento para devolver el protagonismo al Pueblo. En 1974, el PSD sirvió para devolver, tras la revolución de los claveles, la libertad efectiva a Portugal y hoy, para devolver la capacidad de construir el futuro al que el Pueblo portugués aspira. En ambas épocas el Partido Social Demócrata, será protagonista de la Historia.
Tuve la suerte de intervenir, primero, en una conferencia sobre las energías renovables, en el Instituto Politécnico de Portalegre y, posteriormente, en un almuerzo privado, con el líder del PSD, Pedro Passos Coelho, (junto al ingeniero Pedro de Sampaio Nunes) donde pude apreciar la capacidad de motivar a la ciudadanía, para asumir el protagonismo del cambio social. Algo que Sócrates no tiene, la capacidad de creer en la fuerza conjunta de Portugal. Una notable diferencia de liderazgos a tener en cuenta.
Lo previsible es que, una parte importante de los electores de mayor edad de Portugal, los que sufrieron la dictadura de Salazar, voten al Partido Comunista de Portugal, como lo han venido haciendo desde la Revolución del 74. Un voto comunista fiel, pero totalmente inútil. Los jóvenes que votarán por vez primera, lo harán al Partido Socialista de Portugal, porque, no han conocido otra cosa. Y los profesionales, los pequeños empresarios, los agricultores, los funcionarios, es decir, los que tienen que crear la riqueza y el empleo, que Portugal necesita con urgencia, votarán al Partido Social Demócrata. Porque su actual líder, Passos Coelho, como la dinámica política del PSD garantizan al Pueblo disponer de los instrumentos necesarios para construir la gran empresa, que Portugal necesita.
Fernando Pessoa nos dijo aquello de: “No siente la libertad quien nunca vivió oprimido” (Não sinto a liberdade que ele nunca viveu oprimido) Por tanto, es ahora cuando a los portugueses le corresponde ser protagonistas de su propia historia. Enviado a ¡Sócrates a rua¡
Por el bien de Portugal y de los portugueses en general, yo votaría a Pedro Passos Coelho ¿y tú? Portugal necesita de una mayoría absoluta socialdemócrata ¡vamos a dársela!
…He dicho!
* Es Presidente del Instituto Hispano Luso
Parafraseando a José Ortega y Gasset: “El hombre (o el Pueblo) no tiene naturaleza, solo tienen Historia” Y ante la Historia tiene mañana una cita Portugal. Los portugueses tienen que decidir quién quieren que dirija el Gobierno de la República, si un desfondado, inútil, caduco, precario, frágil, débil, enfermizo gobierno, apoyado por el amortizado Partido Socialista Portugués (PSP) con el –carísimo-- apoyo de los partidos de izquierda, “Bloco de Esquerda (BE)”y “Partido Comunista Portugués (PCP)” ó el “Partido Social Demócrata (PSD)”. La decisión es bien sencilla, hay que decidir entre el pasado o el futuro.
El socialista, José Sócrates, con su permanente miopía y estupidez política, llevó al país, al borde de la bancarrota, con un incierto futuro que depende, fundamentalmente, de la capacidad de ilusionar al país, para generar crecimiento y esperanza en las propias capacidades. La experiencia de los últimos gobiernos de Sócrates, nos demuestra que estuvieron (desde el gobierno) centrados en dar la espalda a la realidad, mientras se adormecía al Pueblo, con una cantinela desfasada y alejada de la realidad de la Unión Europea, en la que está integrado Portugal.
Cada partido político ha mostrado sus cartas, durante la campaña electoral. Sócrates en Portugal, como Zapatero en España, se ha escudado en que la culpa de las dificultades socioeconómicas del momento, en ambos países, las tiene la crisis internacional no siendo, por tanto, responsables de la situación. Es decir, pidió el voto a los portugueses para que todo siga igual que está. En cambio, Pedro Passos Coelho, líder del PSD ha puesto de manifiesto aquello de: “A incerteza, em reverso, desafia-nos e debe estimular-nos a encontrar uma nova visão que traga também uma saída mas robusta para os problemas” Y es verdad, ahí está la solución a la problemática de Portugal “conseguir el estímulo del Pueblo, para luchar juntos para conquistar su futuro”
Los partidos de izquierda portugueses, siguen moviéndose en un mundo pasado, donde todo lo centran en el Estado, sin querer darse cuenta que el Estado (ya) no tienen fondos ni para pagar la energía eléctrica que necesitan los hospitales portugueses. Viven en una fantasía irreal, donde ni una sola de sus propuestas se han hecho realidad en las últimas legislaturas. No hay nada más inútil y, por tanto, nada más caro en Portugal que el salario que la República paga a los diputados del BE y del PCP. Porque ninguna, absolutamente ninguna, de sus propuestas políticas se han podido hacer realidad. Porque son de otro mundo, de otro tiempo, para seres artificiales y sin voluntad. Para un Portugal que no existe y del que los diputados de izquierda (esquerda) cobran unos suculentos salarios todos los meses, a costa de mantener un mensaje rancio y carente de sentido.
Las canciones portuguesas que hablan del pasado, con la melancolía fadísta (del fado) de los malos momentos, que hablaban de la dictadura de Salazar, ya no sirven para sacar al pueblo portugués de la crisis a las que el gobierno de Sócrates, les llevó. Ahora se necesita la creencia de que “juntos podemos conseguirlo”. Porque nadie puede dar a los portugueses, lo que los portugueses no estén dispuestos a darse a sí mismos. Algo que solo puede conseguirse con la motivación general de la sociedad portuguesa. Todos son necesarios para sacar a Portugal de la empobrecida e inútil melancolía. Remando en el mismo sentido y con igual ritmo.
El Partido Social Demócrata, que fundaron en 1974, Francisco Sá Carneiro, Francisco Pinto Balsemão y Joaquim Magalhães Mota y, en cuyo logotipo se muestran las tres flechas, que representan los valores fundamentales de la social-democracia moderna, la libertad, la igualdad y la solidaridad debe ahora, como en su fundación, servir como instrumento para devolver el protagonismo al Pueblo. En 1974, el PSD sirvió para devolver, tras la revolución de los claveles, la libertad efectiva a Portugal y hoy, para devolver la capacidad de construir el futuro al que el Pueblo portugués aspira. En ambas épocas el Partido Social Demócrata, será protagonista de la Historia.
Tuve la suerte de intervenir, primero, en una conferencia sobre las energías renovables, en el Instituto Politécnico de Portalegre y, posteriormente, en un almuerzo privado, con el líder del PSD, Pedro Passos Coelho, (junto al ingeniero Pedro de Sampaio Nunes) donde pude apreciar la capacidad de motivar a la ciudadanía, para asumir el protagonismo del cambio social. Algo que Sócrates no tiene, la capacidad de creer en la fuerza conjunta de Portugal. Una notable diferencia de liderazgos a tener en cuenta.
Lo previsible es que, una parte importante de los electores de mayor edad de Portugal, los que sufrieron la dictadura de Salazar, voten al Partido Comunista de Portugal, como lo han venido haciendo desde la Revolución del 74. Un voto comunista fiel, pero totalmente inútil. Los jóvenes que votarán por vez primera, lo harán al Partido Socialista de Portugal, porque, no han conocido otra cosa. Y los profesionales, los pequeños empresarios, los agricultores, los funcionarios, es decir, los que tienen que crear la riqueza y el empleo, que Portugal necesita con urgencia, votarán al Partido Social Demócrata. Porque su actual líder, Passos Coelho, como la dinámica política del PSD garantizan al Pueblo disponer de los instrumentos necesarios para construir la gran empresa, que Portugal necesita.
Fernando Pessoa nos dijo aquello de: “No siente la libertad quien nunca vivió oprimido” (Não sinto a liberdade que ele nunca viveu oprimido) Por tanto, es ahora cuando a los portugueses le corresponde ser protagonistas de su propia historia. Enviado a ¡Sócrates a rua¡
Por el bien de Portugal y de los portugueses en general, yo votaría a Pedro Passos Coelho ¿y tú? Portugal necesita de una mayoría absoluta socialdemócrata ¡vamos a dársela!
…He dicho!
* Es Presidente del Instituto Hispano Luso
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