* Por Ángel Rico
Tras las pasadas elecciones generales, en la prensa se está discutiendo sobre la conveniencia de mantener o cambiar la actual Ley Electoral. Las opiniones a las que he tenido acceso, se caracterizan por una cierta tendenciosidad, o por una preocupante falta de información legal.
Varios partidos políticos, como UPyD e IU, claman porque dicha Ley Electoral sea cambiada. Opinión con la que personalmente coincido, pero considero que previamente es necesario hacer algunas observaciones, para evitar errores de propuestas posteriores.
Si analizamos los resultados electorales de la circunscripción de Madrid, por ejemplo, concluimos lo siguiente: Al PP cada uno de sus 19 diputados le costo 89.925 votos. Al PSOE, cada uno de sus 10 diputados, le costo 87.504 votos. A UPyD, cada uno de sus 4 diputados, le costó, 86.531 votos y a IU, cada uno de sus 3 diputados, le costó, 90.077 votos.
Si ampliamos el análisis a los resultados electorales de la circunscripción de Valencia, al PP, le costó 82.514 votos cada uno de sus 9 diputados. Al PSOE, cada uno de sus 4 diputados, le costó 92.356 votos. A UPyD, 84.277 votos y a IU, 96.237 votos, por diputado.
Es decir, los votos necesarios para obtener un diputado real, son prácticamente similares en los cuatro partidos analizados: PP: 86.220 - PSOE: 89.930 – UPyD; 84.277 – IU: 93.157, (88.396 votos es la cifra media) donde paradójicamente UPyD es el partido que menos votos ha necesitado para obtener cada uno de sus cinco diputados reales.
Ahora bien, si los partidos políticos que no consiguen ningún diputado en aquellas circunscripciones donde se presentan, reivindican la necesidad de que sus votos no se pierdan y sean merecedores del premio de un diputado, habrá que decirles que eso es imposible. Por ejemplo en mi provincia, Ciudad Real, se presentaron 13 candidaturas, para solo 5 diputados en litigio. Y como no es posible dividir los 5 diputados, entre 13 partidos aspirantes, habrá que dejarse llevar por las virtudes de la Democracia, y que solo los partidos con más votos tengan diputados y el resto no. Porque no es obligatorio que los partidos se presenten por todas las circunscripciones. O ¿es que UPyD pensaba obtener en Ciudad Real, por ejemplo, los 55.000 votos necesarios para obtener un diputado? Y si no esperaban conseguirlo, --como lo demuestra la falta de programa, la falta de campaña provincial y la, manifiestamente mejorable, candidatura presentada--, entonces ¿Por qué ahora se lamentan de lo injusto de una Ley que no otorga diputados fantasmas?. Lo anteriormente dicho es aplicable también a IU.
Dicho la anterior, soy de la opinión que la Ley General Electoral (y el artículo 68.2 de la Constitución) deberá ser cambiada, de forma que para el Congreso de Diputados –que representa al pueblo español y ejerce la potestad legislativa del Estado-- se utilice la circunscripción electoral única, es decir, en todo el territorio nacional (como en las elecciones al Parlamento Europeo), y los escaños en litigio (de 300 a 400) sean repartidos por criterios de representación proporcional, entre las candidaturas nacionales presentadas por partidos, por federaciones o coaliciones de partidos. Este sistema es el utilizado en Francia y Portugal. No tiene que ser imprescindible que cada provincia aporte diputados. La experiencia de las dos últimas legislaturas ha demostrado que los diputados (socialistas) de cada provincia, aprobaron con sus votos las barbaridades legislativas de Zapatero, claramente perjudiciales para los ciudadanos de las circunscripciones de los diputados votadores. Por tanto no es necesariamente positivo –para el bien general-- que cada provincia coloque a sus diputados en el Congreso.
Puestos a realizar cambios en la Ley Electoral, defiendo las listas abiertas, donde los electores puedan tachar a aquellos candidatos que no les convenzan, por su falta de trabajo en la legislatura anterior, por ocupar varios cargos públicos ó, por cualquier otra circunstancia. Una estupidez, será siempre una estupidez, aunque la voten los diputados de nuestra provincia.
Y puestos a hacer cambios en la Ley Electoral, para evitar los fraudes electorales municipales y las tentaciones urbanísticas, soy de la opinión de introducir la doble vuelta, y que gobierne el Ayuntamiento la candidatura que obtenga más del 51% de los votos emitidos por los vecinos.
Lo importante en Democracia es que los electores sepan que sus votos tienen un resultado directo, tanto a la hora de elegir a los legisladores nacionales y a los regidores locales. Y que si se equivocan con su elección, pueden rectificar en las próximas elecciones. Pero que nunca unos pocos nacional separatistas, podrán mantener secuestrada la voluntad de la mayoría.
…He dicho!
*Es Consejero Delegado de Euroinformes
Tras las pasadas elecciones generales, en la prensa se está discutiendo sobre la conveniencia de mantener o cambiar la actual Ley Electoral. Las opiniones a las que he tenido acceso, se caracterizan por una cierta tendenciosidad, o por una preocupante falta de información legal.
Varios partidos políticos, como UPyD e IU, claman porque dicha Ley Electoral sea cambiada. Opinión con la que personalmente coincido, pero considero que previamente es necesario hacer algunas observaciones, para evitar errores de propuestas posteriores.
Si analizamos los resultados electorales de la circunscripción de Madrid, por ejemplo, concluimos lo siguiente: Al PP cada uno de sus 19 diputados le costo 89.925 votos. Al PSOE, cada uno de sus 10 diputados, le costo 87.504 votos. A UPyD, cada uno de sus 4 diputados, le costó, 86.531 votos y a IU, cada uno de sus 3 diputados, le costó, 90.077 votos.
Si ampliamos el análisis a los resultados electorales de la circunscripción de Valencia, al PP, le costó 82.514 votos cada uno de sus 9 diputados. Al PSOE, cada uno de sus 4 diputados, le costó 92.356 votos. A UPyD, 84.277 votos y a IU, 96.237 votos, por diputado.
Es decir, los votos necesarios para obtener un diputado real, son prácticamente similares en los cuatro partidos analizados: PP: 86.220 - PSOE: 89.930 – UPyD; 84.277 – IU: 93.157, (88.396 votos es la cifra media) donde paradójicamente UPyD es el partido que menos votos ha necesitado para obtener cada uno de sus cinco diputados reales.
Ahora bien, si los partidos políticos que no consiguen ningún diputado en aquellas circunscripciones donde se presentan, reivindican la necesidad de que sus votos no se pierdan y sean merecedores del premio de un diputado, habrá que decirles que eso es imposible. Por ejemplo en mi provincia, Ciudad Real, se presentaron 13 candidaturas, para solo 5 diputados en litigio. Y como no es posible dividir los 5 diputados, entre 13 partidos aspirantes, habrá que dejarse llevar por las virtudes de la Democracia, y que solo los partidos con más votos tengan diputados y el resto no. Porque no es obligatorio que los partidos se presenten por todas las circunscripciones. O ¿es que UPyD pensaba obtener en Ciudad Real, por ejemplo, los 55.000 votos necesarios para obtener un diputado? Y si no esperaban conseguirlo, --como lo demuestra la falta de programa, la falta de campaña provincial y la, manifiestamente mejorable, candidatura presentada--, entonces ¿Por qué ahora se lamentan de lo injusto de una Ley que no otorga diputados fantasmas?. Lo anteriormente dicho es aplicable también a IU.
Dicho la anterior, soy de la opinión que la Ley General Electoral (y el artículo 68.2 de la Constitución) deberá ser cambiada, de forma que para el Congreso de Diputados –que representa al pueblo español y ejerce la potestad legislativa del Estado-- se utilice la circunscripción electoral única, es decir, en todo el territorio nacional (como en las elecciones al Parlamento Europeo), y los escaños en litigio (de 300 a 400) sean repartidos por criterios de representación proporcional, entre las candidaturas nacionales presentadas por partidos, por federaciones o coaliciones de partidos. Este sistema es el utilizado en Francia y Portugal. No tiene que ser imprescindible que cada provincia aporte diputados. La experiencia de las dos últimas legislaturas ha demostrado que los diputados (socialistas) de cada provincia, aprobaron con sus votos las barbaridades legislativas de Zapatero, claramente perjudiciales para los ciudadanos de las circunscripciones de los diputados votadores. Por tanto no es necesariamente positivo –para el bien general-- que cada provincia coloque a sus diputados en el Congreso.
Puestos a realizar cambios en la Ley Electoral, defiendo las listas abiertas, donde los electores puedan tachar a aquellos candidatos que no les convenzan, por su falta de trabajo en la legislatura anterior, por ocupar varios cargos públicos ó, por cualquier otra circunstancia. Una estupidez, será siempre una estupidez, aunque la voten los diputados de nuestra provincia.
Y puestos a hacer cambios en la Ley Electoral, para evitar los fraudes electorales municipales y las tentaciones urbanísticas, soy de la opinión de introducir la doble vuelta, y que gobierne el Ayuntamiento la candidatura que obtenga más del 51% de los votos emitidos por los vecinos.
Lo importante en Democracia es que los electores sepan que sus votos tienen un resultado directo, tanto a la hora de elegir a los legisladores nacionales y a los regidores locales. Y que si se equivocan con su elección, pueden rectificar en las próximas elecciones. Pero que nunca unos pocos nacional separatistas, podrán mantener secuestrada la voluntad de la mayoría.
…He dicho!
*Es Consejero Delegado de Euroinformes
No hay comentarios:
Publicar un comentario