*Por Ángel Rico
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En mis notas de los últimos días incluí la palabra “dignidad” en relación con la política y
la coyuntura actual, siendo varias las interpelaciones que he tenido al
respecto para que aclarase lo que quería decir. Y para hacerlo necesito
apoyarme en Jürgen Habermas (filósofo contemporáneo y profesor alemán de
filosofía política y de derecho) cuando dijo que: --siempre ha existido una
conexión interna entre la noción moral de dignidad
humana y la concepción jurídica de los derechos humanos--, sosteniendo además --“que
el concepto de dignidad humana no es
una expresión clasificatoria vacía, sino que, por el contrario, es la fuente de
la que derivan todos los derechos básicos”--. Pues vamos a ello.
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En las últimas semanas estamos habituados a leer o
escuchar en la radio y televisión: -- El ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, descarta que el Fondo Europeo de Estabilidad
Financiera (FEEF) vaya a comprar deuda española e italiana para aliviar la
presión de los mercados--. Declaraciones que dan como resultado que España e Italia tengan que financiarse a costes inadmisiblemente indignos.
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Considerando que el artículo 1◦ de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por las Naciones Unidas en 1948, se inicia con la siguiente afirmación: --“Todos
los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.” – Con la
misma filosofía la Ley Fundamental de
la República Federal Alemana, promulgada hace sesenta años,
se inicia también con una sección
dedicada a los derechos fundamentales (Grundrechte); el artículo 1◦ de
esta sección abre con la afirmación siguiente: --“La dignidad humana es inviolable”— Es decir, la ONU
en general y Alemania, en
particular, consideran que la “dignidad”
es un derecho incuestionable del ser humano.
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Y aquí es donde surgen las contradicciones entre la
filosofía que recogen los textos legales y el quehacer y los hechos que
demuestran los políticos. Verbigracia, me explico; inmersos en una crisis de
magnitudes desconocidas hasta ahora, estamos comprobando la cantidad de
recortes y sacrificios que se están imponiendo a la sociedad española, para
poder tranquilizar a los mercados. El maremágnun creado en la Unión Europea es de tal calibre, y los textos
legales de la UE tan enmarañados que, mientras que España tiene que financiarse al 6%, Alemania lo está haciendo a coste cero.
Es decir, los españoles estamos perdiendo la dignidad, sufriendo la consecuencia de unos recortes desconocidos
en Democracia, mientras que en el mismo escenario socio económico, la
financiación alemana sale gratis. Lo que, a todas luces, es una injusticia.
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En este escenario donde la sociedad española se muestra
confusa ante la realidad, mirando con ojos esperpénticos a los gobernantes, en
general y a, Rajoy, en particular,
mientras que este pide, con razón, que el Banco
Central Europeo, compre deuda española para disminuir los costes de la
financiación. Los medios nos informan que, Jens
Weidmann, presidente del Banco Federal Alemán (Bundesbank) opina que:
--está en contra de que el BCE compre deuda española--. Y los medios
repican y repican la noticia, sin darse cuenta que Weidmann o Wolfgang
Schäuble, dicen
lo que dicen sin pensar en los intereses de los empresarios de Burgos o los autónomos de Arenales de San Gregorio, sino en los
intereses alemanes, que gracias a la pérdida de dignidad española, Alemania
se financia a coste cero. Por tanto, si con el actual status quo les va bien ¿por qué iban a cambiarlo?
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Los mencionados políticos alemanes aducen que: --lo que
pide Rajoy, no está en los
tratados--, sin querer admitir que cuando un negocio solo es bueno para una
parte, deja de ser negocio, porque la parte perdedora se opondrá a continuar
con el mismo. Y por tanto, por una cuestión de dignidad, es necesario readaptar los tratados, para que la misma
realidad no sea beneficiosa para unos pocos, a costa de la dignidad de los otros, en la actualidad para España, Italia y Portugal. En una sentencia de la Corte Constitucional
Federal declaro en relación a una Ley que:
--El respeto a la dignidad de
todo ser humano prohíbe que el Estado
(alemán) trate a una persona simplemente como un medio para alcanzar un fin—
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La actitud de los dirigentes alemanes está humillando la dignidad de los españoles, en el
momento que España tiene que dedicar
el 6% del presupuesto total para pagar el coste de la financiación que
necesitamos, a cambio de que los españoles perdamos numerosas cotas de
bienestar social. Lo que, volviendo al profesor Habermas: -- Vale la pena resaltar el hecho de que la dignidad humana, como concepto filosófico
que ya existía en la
Antigüedad y que adquirió su expresión canónica actual con Kant, sólo alcanzó a materializarse en
textos de derecho internacional y en las constituciones nacionales recientes hasta
después de la Segunda Guerra Mundial. Únicamente durante las últimas
décadas la dignidad humana ha desempeñado un papel protagónico en la jurisdicción
internacional--. Dicho esto por un alemán, que ha sido testigo de las últimas ocasiones
en que Alemania jugó con la dignidad de los demás para conseguir
sus objetivos egoístas, resulta aleccionador.
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Kant nos recuerda: --“[Todo] tiene o
un precio o una dignidad.
Lo que tiene un precio puede ser sustituido por otra cosa como equivalente;
en cambio, lo que se halla por encima de todo precio y, por tanto, no admite
equivalente, posee dignidad”--. En
este caso se trata de la dignidad
del pueblo español. Por tanto, por conveniencias de Alemania no es pertinente admitir como bueno, lo que realmente no
es bueno.
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Tan necesaria de
ser defendida la dignidad es, cuando
se pone en peligro por una maquiavélica actuación política de los burócratas de
la UE , encabezados por Alemania, cuanto por unas plañideras posturas, nacional
separatistas, de gobiernos autonómicos españoles. La dignidad es la dignidad
y no se compra, ni se vende, ni se cambia.
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…He dicho!
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*Es Presidente del
Instituto Hispano Luso
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