*Por Ángel Rico
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Imagínese,
respetado lector, una familia donde uno de los hermanos fuese aficionado a
visitar con frecuencia los casinos, clubes y amistades de señoras de moral
descuidada, a la caza mayor y a los viajes --a lo ancho y largo-- de la tarjeta
de crédito familiar, que cada mes tenían que pagar el resto de la familia, así
durante treinta años. Y, en el momento en que el portavoz de la familia le dijo
que: --la fiesta debería acabarse--, el holgazán, moroso y dispendioso hermano
respondiese con la petición de independencia, solicitando: --que sus enormes
deudas pendientes, las pague la familia y que se le adjudique la parte
proporcional del capital familiar que le habría correspondido treinta años atrás,
antes de que la fortuna se viese disminuida por las permanentes fiestas y
dispendios que, los demás, tuvieron que pagar—Y si te he visto, no me acuerdo.
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Una
situación similar, pero real, es la que está ocurriendo en Cataluña. Tardar treinta años en llamar la atención a los
gobernantes de esta comunidad, para que no se ofendiesen, fue un error político
de enorme magnitud. Ahora, Arturo Mas,
con los votos de CiU, ERC, y la indolencia de los ciudadanos
catalanes, ha sido elegido Presidente de la Generalidad ,
confirmando el aserto de: --cada pueblo tiene el gobierno que se merece--. Y
¿ahora qué? La Constitución no es la
pared infranqueable, la Constitución es la Ley y no es interpretable,
cuando dice: --“La soberanía nacional
reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”--. Es necesaria la opinión
de todo el pueblo, mi opinión también cuenta en para cambiar la Constitución ,
algo que no es interpretable
.
El
programa político con el que Mas se
presentó a las elecciones, estaba lleno de nada, solo –secesionismo e
imposibilidades en un Estado de Derecho— Pero ese programa fue votado por unos
ciudadanos que tendrán que pagar diez nuevos impuestos: --“por las bebidas con
azúcar”, “por las viviendas desocupadas”, “por los depósitos bancarios”,
“sucesiones y transmisiones patrimoniales”, “emisión de gases contaminantes”.
“la distribución de energía nuclear”, etc.— Donde la única medicina a utilizar,
para los ciudadanos cómplices y las empresas silentes, es el “ajo y agua” (a joderse y a aguantarse). Visto lo
visto, están predestinados a la tiranía.
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Que a una
mayoría de catalanes les guste el masoquismo, es algo que hay que respetar,
pero sobre la respuesta del resto de España,
en relación a los resultados de su camino hacia ninguna parte, me permitirán
que introduzca una frase de Golda Meir:
--“Podría entender que los árabes quieran
borrarnos del mapa. Pero ¿es que realmente pretenden que cooperemos con ellos
en eso?—Pues bien, los iluminados de Arturo
Mas, Oriol Junqueras y Joan Tardá,
entre otros, quieren que el resto de los ciudadanos a quienes nos afectará su pervertido
iluminismo político –cooperemos con ellos en eso y, además, paguemos los
desvaríos de su fiesta--.
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En España para ser investido para todo
cargo público hay que cumplir con lo que establece el Real Decreto 707/1979, que en su artículo primero, dice:-- En el
acto de toma de posesión de cargos o funciones públicas en la Administración ,
quien haya de dar posesión formulará al designado (Arturo Mas) la siguiente
pregunta: ¿juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente
las obligaciones del cargo de Presidente de la Generalidad. Con
lealtad al Rey, guardar y hacer guardar la Constitución como
norma fundamental del Estado?. Esta pregunta será contestada por, Arturo Mas, con una simple afirmativa. (BOE de 6 de abril de 1979) ¿Qué
ocurrirá si Mas no cumple con lo
establecido para acceder al cargo? En ese caso, ¿el Rey le nombrará Presidente
de la Generalidad
de Cataluña? ¿El BOE publicará el nombramiento de un Presidente que no ha
jurado cumplir y hacer cumplir la Constitución ?
¿Hasta donde seguirá siendo complaciente el Estado con estas actitudes?
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Y ya
puestos a analizar esta situación de política perturbada, me sigue
sorprendiendo la postura, al respecto de Alicia
Sánchez-Camacho, la misma que con sus votos permitió aprobar los
Presupuestos Generales de Cataluña,
los dos últimos años; que sirvieron para agrandar la deuda, esgrimiendo que:
--Ella propone la negociación para conseguir una financiación más justa para Cataluña— Sin querer entender –porque
posiblemente su intelecto no pueda— que los impuestos no lo pagan los
territorios, sino los ciudadanos. Y a ingresos iguales, se pagan iguales
impuestos en todo el territorio nacional. Por tanto, pedir más dinero para Cataluña, supone restarle dinero a
otras comunidades, a lo que por principio, un servidor, se opone, y en una
hipotética negociación al respecto, algo tendrá que decir la otra parte
negociadora. La incomprensible actitud política de Sánchez-Camacho, para intentar agradar a los nazionalistas, ha colocado al PPC
en el cuarto lugar, casi como un partido político clandestino. Ustedes
entienden que: --¿El partido que gobierna el Estado y en la mayoría de comunidades autónomas, pueda conformarse
con ser la cuarta fuerza política en Cataluña?—Yo,
tampoco lo entiendo.
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La
situación de futuros y permanentes agravios legales, entre los gobernantes de Cataluña y el resto de España, es imaginable. Lo inquietante
es la inseguridad de la reacción del Estado,
tras cada patada, al ordenamiento legal. Como ejemplo de lo que pasará es que,
todavía, el desleal José Antonio Durán y
Lérida, sigue siendo el Presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso de los
diputados de España.
.
…He dicho!
.
*Es Presidente del Instituto Hispano Luso
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