Hablemos de política

*Por Ángel Rico

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Es innegable el asombro que ha provocado, en propios y ajenos, el incumplimiento de las promesas políticas de Mariano Rajoy. Todas sus promesas han sido incumplidas, hasta la más sagrada referida a “las pensiones”. Dejando a sus afiliados, a su electorado y a la ciudadanía, en general, en una enfermiza perplejidad.

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Como hipótesis, puede admitirse que hayan existido razones de Estado, para esa sucesión de promesas incumplidas. Pero si las razones de Estado, acaban con quiénes vivimos en ese Estado, surge la pregunta: --¿qué es más importante el Estado o sus ciudadanos?--. En cualquier caso, la cara del Presidente del Gobierno de España, cuando algún reportero consigue trasladarle la pregunta, resulta inquietante. La comunicación gestual, induce a buscar con urgencia el pasaporte y salir huyendo de España.

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Cada día con más frecuencia, los allegados al PP, comentan y no solo en privado, la perplejidad que produce en ellos, este navegar hacia ninguna parte, a la que Rajoy nos está llevando. Me comentaron el ejemplo, de: --Un enfermo que padece una gravísima infección, y el galeno le prescribe sola y exclusivamente antibióticos, de todo tipo. Sustancias que a la vez que paralizan el desarrollo de los males patógenos, tienen evidentes efectos secundarios, que van debilitando las defensas del paciente. Y el paciente, que es España, no recibe vitaminas, ni alimentos para contrarrestar el debilitamiento, con el riesgo evidente de que cuando la acción bactericida haya conseguido su objetivo, España haya muerto por “miastenia gravis anémica”—

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La falta de actuación de unos ministros mediocres: -- “Economía”, “Hacienda”, “Interior”, “Industria, Energía y Turismo”, “Justicia”, “Exteriores”, “Sanidad”— no auguran el saneamiento económico, institucional y de Derecho que  España necesita urgentemente. Y la anemia, se va extendiendo por los órganos productivos, mientras Rajoy sonríe de esa forma tan característica. Cometer injusticia es más ignominioso que recibirla.

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Y ya que desde el Gobierno, no se hace lo que correspondería para que no se nos muera España de inanición, cabría la posibilidad de que se actuase desde el Partido Popular, introduciendo algo de sentido común, en el decaído rumbo del Gobierno de España. Pero la realidad, y la necesidad de conservar el protagonismo político de la Secretaria General, María Dolores Cospedal, impide que las cosas se hagan como deberían hacerse.

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Cospedal, es merecedora de todo mi respeto político y personal. Pero nadie, y ella tampoco, es capaz de llevar al mismo tiempo –y en las circunstancias actuales— perfectamente el gobierno de la que es responsable, el de Castilla-La Mancha, y luego las direcciones del PP a nivel nacional y regional. Y no lo digo yo, lo dicen sotto voce, los que reciben su sueldo del aparato político gubernamental. En el gobierno regional, es urgente crear la vicepresidencia, que sea –en ausencia de la Presidenta-- quién actúe como el primus inter pares entre las diferentes consejerías, porque lo que está ocurriendo es que los proyectos creadores de empleo se quedan interruptus, porque --ningún alto cargo, le dice a otro alto cargo que necesita su colaboración--. Y los 262.882 desempleados en Castilla-La Mancha, claman un cambio de táctica y de estrategia.

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Los políticos mencionados tienen a su alrededor suficientes personas para –alabar  su buena gestión, y su acertado criterio político— Por tanto, un servidor tengo, por lealtad a la persona, a la política y al cargo que ostenta, que decir: “Presidenta Cospedal, cuando se pretende hacer uso del, imposible, don de la ubicuidad para estar en Toledo, y en la calle Génova, además de controlando el partido en cualquier parte del territorio nacional, y atender a la prensa, lo normal es que algo se haga de forma manifiestamente mejorable”. Ha quedado en evidencia que no es posible controlar lo que ocurre, por ejemplo, “con los gastos injustificados de la Mancomunidad de Cabañeros” (donde en todo 2012 no se ha ejecutado ninguna, repito ¡ninguna! actividad, pero se ha tenido que hacer frente a los gastos fijos de estructura y personal, “desviando fondos” de otras partidas rozando, presuntamente, la prevaricadora malversación), o lo ocurrido “en la muralla de Pamplona”, etc. No ser consciente de ello, al creerse “political superwoman”, supondrá que cada día aumente el clamor, de lo que me he atrevido, por lealtad, a escribir hoy. Presidenta Cospedal, guárdese de los idus de enero.

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A esos diputados nacionales del PP, que censuran en privado la política de Rajoy, como si ellos no pudiesen ser protagonistas directos de la política, hay que recordarles que, de igual forma que en el PSOE, en el pasado existió la tendencia “Izquierda Socialista”, 21 diputados de los 185 que forman hoy el Grupo Popular, podrían conformar lo que se podría denominar “Populares Razonables”. Esos 21 diputados valientes, impedirían que Rajoy siguiese aprobando decretos, en contra de las promesas realizadas. Crear ese grupo político, posiblemente les impediría repetir en las monolíticas listas electorales del PP, pero pasarían a la Historia, como los valientes políticos que pusieron a España, por delante de sus particulares intereses y para ello se decidieron a hacer política de forma directa, porque como indica el artículo 67.2 de la Constitución: --Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo--. Tendrían garantizado que el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, les consultase cada acuerdo. Solo hay que actuar en consecuencia.

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Ya lo dijo Platón: --El que aprende y aprende y no practica lo que aprende, es como el que ara y ara y nunca siembra--.

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…He dicho!

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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso