*Por Ángel Rico
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Le confesaré a usted, respetado lector, que en mis viajes a Argentina, para hacer negocios o para promover proyectos histórico-culturales (derivados del Tratado de Tordesillas) llegué a un punto en que tuve que reconocer públicamente que, en numerosas ocasiones, me encontraba perdido cuando trataba de comprender la forma de ser de los ciudadanos de aquel país. Comenté este fallo mío y fui aconsejado para que leyese a Marcos Aguinis (1), que en sus ensayos retrataba el alma argentina. Y así lo hice, fui a la librería Prometeo que se encuentra en la Avenida Corrientes de Buenos Aires, esquina a la calle Riobamba, y compré los ensayos siguientes: “Un país de novela, viaje hacia la mentalidad de los argentinos”, “El atroz encanto de ser argentinos”, “Carta esperanzada a un General: puente sobre el abismo”, “Elogio de la culpa”, “Diálogos sobre la Argentina y el fin del Milenio. (Junto a Monseñor Justo Laguna)”. Y me dispuse a la lectura.
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Durante varios días mi actividad estaba centrada exclusivamente en leer a Aguinis; no dediqué tiempo a dormir, ni comer, solo tomaba líquidos (café, mate y coca cola) para seguir enfrascado en el conocimiento de este pueblo tan paradójico. A los cinco días sin salir de mi habitación del Hotel Colón, con barba de ese tiempo, unos kilos menos de peso, los ojos como platos, di por concluida mi inmersión en el alma argentina. Recuerdo que lo primero que pronuncié tras la ilustradora lectura fue un: --¡Joodeeer!—
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Aquella ininterrumpida lectura fue positiva para mis relaciones posteriores con los argentinos, lo que molestaba (y sigue molestando) a mis interlocutores cuando, este “gasheego”, les recuerda aquellas 120 horas de lectura y las conclusiones posteriores.
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Me he permitido utilizar esta larga introducción para justificar mi explicación de lo que, en mi opinión, está pasando estos días entre Argentina-Repsol-España, donde la señora Presidenta, Cristina Elisabet Fernández de Kischner (Cristina para los argentinos), en uno de los actos más dictatoriales de los últimos tiempos, por el artículo 99 decidió expropiar (según el DRAE: Dicho de la Administración: Privar a una persona de la titularidad de un bien o de un derecho, dándole a cambio una indemnización. Se efectúa por motivos de utilidad pública o interés social previstos en las leyes). La Constitución de la República Argentina, no atribuye a la Presidencia la posibilidad de saltarse la ley. Pero, como se ha podido comprobar, eso da igual.
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Cristina, sueña con que la llamen “Cristinita” la sombra de Evita la persigue desde que inició su actividad política. Para Cristina no es suficiente haber llegado a ser Presidenta de Argentina, puesto que Evita fue la "Jefa Espiritual de la Nación". De ahí que aproveche cualquier ocasión para buscar donde imitar, a la diosa que conquistó el alma de los argentinos, ya sea en la forma de vocalizar las frases, en el corte de pelo y, por tanto, en el populismo que en Evita era innato, y que Cristina no consigue ni con el entrenamiento.
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De la necesidad de creerse la nueva diosa de Argentina, se dio cuenta Axel Kicillof, el gurú de Kirchner que está detrás de la expropiación de Repsol y que consiguió ese estatus tan cercano gracias a susurrarle, al oído, lo que Cristina quiere escuchar, ya sea en lo personal o en lo político. Así este mediocre y ambicioso personaje, que se dio a conocer en 'La Campora', la asociación juvenil pro kirchnerista, ascendiendo hasta ser el garañón de la pampa, e ir escalando. Actualmente es el Secretario de Política Económica, Viceministro de Economía y el alma intelectual de las diferentes barbaridades que se están llevando a cabo en Argentina. Con una imagen de acordeonista de arrabal, patillas de diseño y un vestuario art decó, que pretende no pasar desapercibido en cualquiera que sea el lugar donde se encuentre, Kicillof aspira a ser el próximo inquilino de la Casa Rosada, para lo que se está apoyando (perdón) en Cristina, de momento ya ha conseguido ser junto a Julio de Vido, el administrador de la expropiada YPF.
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Susurro a susurro, Axel, le comenta a Cristina, desde lo bien que le quedan cada uno de los tratamientos de “Botox”, hasta lo importante que es para la nación haber conseguido que el chocolate “Milka” se fabrique en Argentina. Sí, en serio, estoy hablando de chocolate, para lo que CFK, aconsejada por Kicillof no dudó en amenazar a Kraft Foods con la expropiación, si los chocolates que tanto gustan a Cristina no se fabricaban allí.
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La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, delante de la foto de Evita que se encuentra situada en la Avenida 9 de Julio, encabezó un acto en la Casa de Gobierno, transmitido por la cadena nacional de radio y televisión, que se inició con la lectura del proyecto de ley, enviado al Congreso Nacional que establece la expropiación del 51% de YPF. Su asesor personal, (el que tiene nombre de super desodorante para machos) se encarga de mantener la creencia en la señora Botox, entre chocolatina y chocolatina, de que gobierne Argentina en contacto permanente con los dos fantasmas oficiales,-- el de Evita y el de Néstor--, y como resultado de esa comunicación política con el más allá, surgió “la política hidrocarburífera de la República Argentina”. Esa política que los argentinos se han tragado y que ha provocado ese orgasmo colectivo que necesitaba la nación.
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Y todo eso puede ocurrir porque así son los argentinos, Aguinis dijo: --Los argentinos tienen dos problemas para cada solución. Pero intuyen las soluciones a todo problema. Cualquier argentino dirá que sabe como se debe pagar la deuda externa, enderezar a los militares, aconsejar al resto de América latina, disminuir el hambre de África y enseñar economía en USA--- (sic)
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Por eso me extraña que Repsol, en general y, especialmente, en el “Club de poetas muertos” que forman los consejeros de la compañía (tres de cada partido, del PSOE, del PNV y de CIU) no tuviesen el conocimiento sobre Argentina que hace falta, a la hora de coquetear (perdón pero así fue) desde que adquirió YPF en 1992, con el voto de la, entonces, diputada Kirchner. La propia Cristina estampó su firma en el texto, titulado "Necesidad de sanción del proyecto de ley nacional pidiendo el apoyo en la Ley de Federalización de los hidrocarburos y de privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF)”. Por aquella firma Repsol pagó una importantísima minuta a Cristina. Ahora, chocolatina a chocolatina, Axel la ha convencido para que cambie de postura y vaya preparando la emisión de otra minuta a la empresa que salga beneficiada con esta trilería “hidrocarburífera” institucional.
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Por lo tanto resultan sonrojantes las palabras de Brufau ante la prensa, en relación a la ultrajante expropiación de YPF: --No se pueden hacer las cosas mal, no se puede jugar con la gente— (Sic) ¡Estoy de acuerdo! Mientras a su compañía le iba bien haciendo las cosas mal, y jugando con la gente, Brufau, se mantenía en silencio. La filosofía de hacer las cosas bien debe ser una cuestión de principios, en todas las compañías y en todos los momentos; incluso en Repsol, donde por cierto esta compañía sigue manteniendo el patrocinio al motociclista, Daniel Pedrosa, tras ser detenido por hacer trampas en un examen para patrón de yate. ¿Ese es el espíritu de –juego tramposo— que quiere transmitir Repsol a los jóvenes?
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Por tanto y en relación al conocimiento de quienes viven en Argentina, vuelvo a utilizar a Aguinis que dijo: --Los argentinos son italianos que hablan en español, pretenden sueldos norteamericanos y vivir como ingleses, pronuncian discursos franceses y votan como senegaleses, piensan como izquierdistas y viven como burgueses, alaban el emprendimiento canadiense y tienen una organización boliviana, admiran el orden suizo y practican un desorden iraquí—(sic)
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Le confesaré a usted, respetado lector, que en mis viajes a Argentina, para hacer negocios o para promover proyectos histórico-culturales (derivados del Tratado de Tordesillas) llegué a un punto en que tuve que reconocer públicamente que, en numerosas ocasiones, me encontraba perdido cuando trataba de comprender la forma de ser de los ciudadanos de aquel país. Comenté este fallo mío y fui aconsejado para que leyese a Marcos Aguinis (1), que en sus ensayos retrataba el alma argentina. Y así lo hice, fui a la librería Prometeo que se encuentra en la Avenida Corrientes de Buenos Aires, esquina a la calle Riobamba, y compré los ensayos siguientes: “Un país de novela, viaje hacia la mentalidad de los argentinos”, “El atroz encanto de ser argentinos”, “Carta esperanzada a un General: puente sobre el abismo”, “Elogio de la culpa”, “Diálogos sobre la Argentina y el fin del Milenio. (Junto a Monseñor Justo Laguna)”. Y me dispuse a la lectura.
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Durante varios días mi actividad estaba centrada exclusivamente en leer a Aguinis; no dediqué tiempo a dormir, ni comer, solo tomaba líquidos (café, mate y coca cola) para seguir enfrascado en el conocimiento de este pueblo tan paradójico. A los cinco días sin salir de mi habitación del Hotel Colón, con barba de ese tiempo, unos kilos menos de peso, los ojos como platos, di por concluida mi inmersión en el alma argentina. Recuerdo que lo primero que pronuncié tras la ilustradora lectura fue un: --¡Joodeeer!—
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Aquella ininterrumpida lectura fue positiva para mis relaciones posteriores con los argentinos, lo que molestaba (y sigue molestando) a mis interlocutores cuando, este “gasheego”, les recuerda aquellas 120 horas de lectura y las conclusiones posteriores.
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Me he permitido utilizar esta larga introducción para justificar mi explicación de lo que, en mi opinión, está pasando estos días entre Argentina-Repsol-España, donde la señora Presidenta, Cristina Elisabet Fernández de Kischner (Cristina para los argentinos), en uno de los actos más dictatoriales de los últimos tiempos, por el artículo 99 decidió expropiar (según el DRAE: Dicho de la Administración: Privar a una persona de la titularidad de un bien o de un derecho, dándole a cambio una indemnización. Se efectúa por motivos de utilidad pública o interés social previstos en las leyes). La Constitución de la República Argentina, no atribuye a la Presidencia la posibilidad de saltarse la ley. Pero, como se ha podido comprobar, eso da igual.
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Cristina, sueña con que la llamen “Cristinita” la sombra de Evita la persigue desde que inició su actividad política. Para Cristina no es suficiente haber llegado a ser Presidenta de Argentina, puesto que Evita fue la "Jefa Espiritual de la Nación". De ahí que aproveche cualquier ocasión para buscar donde imitar, a la diosa que conquistó el alma de los argentinos, ya sea en la forma de vocalizar las frases, en el corte de pelo y, por tanto, en el populismo que en Evita era innato, y que Cristina no consigue ni con el entrenamiento.
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De la necesidad de creerse la nueva diosa de Argentina, se dio cuenta Axel Kicillof, el gurú de Kirchner que está detrás de la expropiación de Repsol y que consiguió ese estatus tan cercano gracias a susurrarle, al oído, lo que Cristina quiere escuchar, ya sea en lo personal o en lo político. Así este mediocre y ambicioso personaje, que se dio a conocer en 'La Campora', la asociación juvenil pro kirchnerista, ascendiendo hasta ser el garañón de la pampa, e ir escalando. Actualmente es el Secretario de Política Económica, Viceministro de Economía y el alma intelectual de las diferentes barbaridades que se están llevando a cabo en Argentina. Con una imagen de acordeonista de arrabal, patillas de diseño y un vestuario art decó, que pretende no pasar desapercibido en cualquiera que sea el lugar donde se encuentre, Kicillof aspira a ser el próximo inquilino de la Casa Rosada, para lo que se está apoyando (perdón) en Cristina, de momento ya ha conseguido ser junto a Julio de Vido, el administrador de la expropiada YPF.
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Susurro a susurro, Axel, le comenta a Cristina, desde lo bien que le quedan cada uno de los tratamientos de “Botox”, hasta lo importante que es para la nación haber conseguido que el chocolate “Milka” se fabrique en Argentina. Sí, en serio, estoy hablando de chocolate, para lo que CFK, aconsejada por Kicillof no dudó en amenazar a Kraft Foods con la expropiación, si los chocolates que tanto gustan a Cristina no se fabricaban allí.
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La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, delante de la foto de Evita que se encuentra situada en la Avenida 9 de Julio, encabezó un acto en la Casa de Gobierno, transmitido por la cadena nacional de radio y televisión, que se inició con la lectura del proyecto de ley, enviado al Congreso Nacional que establece la expropiación del 51% de YPF. Su asesor personal, (el que tiene nombre de super desodorante para machos) se encarga de mantener la creencia en la señora Botox, entre chocolatina y chocolatina, de que gobierne Argentina en contacto permanente con los dos fantasmas oficiales,-- el de Evita y el de Néstor--, y como resultado de esa comunicación política con el más allá, surgió “la política hidrocarburífera de la República Argentina”. Esa política que los argentinos se han tragado y que ha provocado ese orgasmo colectivo que necesitaba la nación.
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Y todo eso puede ocurrir porque así son los argentinos, Aguinis dijo: --Los argentinos tienen dos problemas para cada solución. Pero intuyen las soluciones a todo problema. Cualquier argentino dirá que sabe como se debe pagar la deuda externa, enderezar a los militares, aconsejar al resto de América latina, disminuir el hambre de África y enseñar economía en USA--- (sic)
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Por eso me extraña que Repsol, en general y, especialmente, en el “Club de poetas muertos” que forman los consejeros de la compañía (tres de cada partido, del PSOE, del PNV y de CIU) no tuviesen el conocimiento sobre Argentina que hace falta, a la hora de coquetear (perdón pero así fue) desde que adquirió YPF en 1992, con el voto de la, entonces, diputada Kirchner. La propia Cristina estampó su firma en el texto, titulado "Necesidad de sanción del proyecto de ley nacional pidiendo el apoyo en la Ley de Federalización de los hidrocarburos y de privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF)”. Por aquella firma Repsol pagó una importantísima minuta a Cristina. Ahora, chocolatina a chocolatina, Axel la ha convencido para que cambie de postura y vaya preparando la emisión de otra minuta a la empresa que salga beneficiada con esta trilería “hidrocarburífera” institucional.
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Por lo tanto resultan sonrojantes las palabras de Brufau ante la prensa, en relación a la ultrajante expropiación de YPF: --No se pueden hacer las cosas mal, no se puede jugar con la gente— (Sic) ¡Estoy de acuerdo! Mientras a su compañía le iba bien haciendo las cosas mal, y jugando con la gente, Brufau, se mantenía en silencio. La filosofía de hacer las cosas bien debe ser una cuestión de principios, en todas las compañías y en todos los momentos; incluso en Repsol, donde por cierto esta compañía sigue manteniendo el patrocinio al motociclista, Daniel Pedrosa, tras ser detenido por hacer trampas en un examen para patrón de yate. ¿Ese es el espíritu de –juego tramposo— que quiere transmitir Repsol a los jóvenes?
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Por tanto y en relación al conocimiento de quienes viven en Argentina, vuelvo a utilizar a Aguinis que dijo: --Los argentinos son italianos que hablan en español, pretenden sueldos norteamericanos y vivir como ingleses, pronuncian discursos franceses y votan como senegaleses, piensan como izquierdistas y viven como burgueses, alaban el emprendimiento canadiense y tienen una organización boliviana, admiran el orden suizo y practican un desorden iraquí—(sic)
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Esa es la Argentina que engañó a Repsol, al son del hipnotizante tango con el que Axel, entre Milka y Milka, susurra al oído de Fernández: --Que linda que sos Cristinita, los descamisados necesitan la dirección de vos, ¡que linda que sos Cristinita! ¡que linda que sos!
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Argentino
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1.- Escritor con formación internacional en literatura, medicina, psicoanálisis, arte e historia. Cuando se restableció la democracia en la Argentina en diciembre de 1983, fue designado subsecretario y luego secretario de Cultura de la Nación; impulsó la famosa “primavera cultural”. Creó el PRONDEC (Programa Nacional de Democratización de la Cultura), que obtuvo el apoyo de la UNESCO y de las Naciones Unidas. Por su obra fue nominado al Premio Educación para la Paz de la UNESCO.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Argentino
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1.- Escritor con formación internacional en literatura, medicina, psicoanálisis, arte e historia. Cuando se restableció la democracia en la Argentina en diciembre de 1983, fue designado subsecretario y luego secretario de Cultura de la Nación; impulsó la famosa “primavera cultural”. Creó el PRONDEC (Programa Nacional de Democratización de la Cultura), que obtuvo el apoyo de la UNESCO y de las Naciones Unidas. Por su obra fue nominado al Premio Educación para la Paz de la UNESCO.
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