*Por Ángel Rico
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Es
conocida mi opinión en relación a los “Hermanos
musulmanes”. Cuando aparecieron los movimientos de la(s) “primavera(s)
árabe” y, casi todo, el iletrado Occidente
se manifestaba más feliz que una perdiz, yo escribí entonces que: --el Islamismo tiene como único objetivo
imponer la Sharia como soporte espiritual y legal en todos los
territorios; en los propios y en los que anhela su propiedad--.
Desgraciadamente, la realidad me ha dado la razón, porque con el Islamismo lo que es previsible que
ocurra, acaba ocurriendo.
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Y
ha ocurrido. El Presidente de Egipto, Mursi, --ha aprobado una declaración constitucional
que convierte en inapelables todas las leyes y resoluciones tomadas desde su
llegada al poder y hasta la entrada en vigor de la nueva Carta Magna y la
elección del Parlamento. El documento considera extinguidas las demandas
judiciales presentadas contra sus medidas y prohíbe la disolución de la Shura
(Cámara Alta) y de la polémica
Asamblea Constituyente, sobre cuya legalidad debe pronunciarse próximamente el
Tribunal Constitucional--. Algo que el derrocado dictador Hosni Mubarak, nunca se
atrevió a utilizar. El populacho egipcio ha pasado de lo malo a lo peor. Eso es
lo que tiene la incultura y la carencia del libre albedrío de una población,
dirigida por el C’rán y a quién no
se enseñó a pensar, elegir, ni a tomar decisiones propias en libertad.
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Lo
que resulta sorprendente es que: --Hillary
Clinton, representante del Presidente
de Estados Unidos de América, Barak
Obama, haya delegado su responsabilidad en el conflicto entre el terrorismo
de Hamas-Fatah e Israel, precisamente en el dictador Mohamed Mursi--. Algo insólito si lo
que se pretende es conseguir una paz justa, real y duradera.
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Así
es como viene actuando Occidente en
la cuestión de Oriente Medio,
justificamos nuestra conciencia, delegando la responsabilidad en personajes que
condenan al fracaso cada una de sus decisiones, en relación al conflicto árabe
israelí. Rafael L. Bardají, ha escrito: --Por lo general, las mentes políticas
europeas y occidentales entienden bastante mal la lógica imperante en aquella
región del mundo, por lo que tienden a ofrecer recetas irreales,
desequilibradas y hasta perniciosas—Y los hechos están demostrando que Bardají, tiene razón y que los
políticos occidentales, en general, y la
ONU (con
decenas de países déspotas y corruptos), forman parte del problema.
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Donde
antes había dictadores y tras la “Primavera árabe”, ahora hay dictadura más
islamismo. Siendo imaginable la creación de, lo que podríamos denominar: --La
Confederación de Islamismo—con el objetivo de imponer sus creencias, su falta
de democracia y vicios asociados en los países contaminados y, en aquellos
otros, que –por la miopía cobarde de los naturales— se están contagiando poco a
poco.
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La
palabra democracia, aplicada a esos países es solo un espejismo. Los ciudadanos
de esos países, sin ningún tipo de duda,
ni vacilación, deben: --Admitir la igualdad de la mujer; reconocer al Estado de Israel; y aceptar la
reciprocidad religiosa--. Quienes fallen en alguno de esos principios, no
deberán ser considerados como demócratas, ya sean países, instituciones o
personas.
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La
frase de: --“Si en Gaza dejan las
armas se acabará la guerra, y si Israel
deja las armas se acabará Israel”—es
totalmente cierta. Algo que Occidente
debe asumir para tener una paz duradera. Israel
es la frontera entre el fanatismo islámico y la paz prestada a los países
occidentales, por cuyo alquiler estamos pagando con cobardía y miopes
decisiones. Aunque la Sharía prohíbe
“tratar mal al vecino”, estamos viendo como desde Gaza, se han disparado miles de cohetes contra Israel. –“El terrorismo y el
antiterrorismo no son equiparables, ni moralmente, ni de ninguna otra manera:
de hecho el segundo es lo contrario de lo primero. La paz no llegará por lo que Israel
haga o deje de hacer sino cuando el mundo árabe y musulmán en general, y el
palestino en particular, asuman la existencia de un estado judío en Oriente Medio y abandonen su intención
de destruirlo—(Juan F. Carmona dixit)
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Vuelvo
a utilizar el pensamiento de Bardají:
--El enemigo de Israel no es el nacionalismo palestino, es el odio y la negación de
su derecho a vivir en paz, es la intolerancia religiosa, el fundamentalismo, la
corrupción y la imposibilidad de progreso--. Contra todo eso es por lo que lucha
Israel y todos aquellos que estamos
con su pueblo y sus principios. Para defender a ese gran pueblo, no basta con
fotografiarse con kipá, mientras se
acepta que –allí donde se vive se apliquen las mismas intransigencias, desviaciones
e intolerancias que realizan los vecinos de Israel— Hay que ser consecuente, con lo que se pretende
representar, no es razonable criticar el despotismo en Gaza y admitir, similar despotismo, en otros lugares, donde
pudieran beneficiarse.
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En
el despotismo se empieza por no cumplir las sentencias del T.S., se continúa por no admitir la Constitución
establecida, se sigue por paralizar la actividad de jueces y fiscales contra
causas que les implican y, cuando se tiene todo el poder del pueblo, como Mohamed Mursi, se utiliza ese poder
contra el pueblo. “El poder del poble
s'utilitzarà contra el poble”.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano
Luso
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