lunes, 26 de noviembre de 2012

El problema de Alicia Sánchez-Camacho se llama “el 12,99%”


*Por Ángel Rico
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“Quien no se conforma es porque no quiere” y este aserto se aplica siempre en política pero, cuando se metaboliza la adrenalina, debe aparecer el sentido común; empeñarse en permanecer en la cresta de la ola, con según qué resultados electorales, supone un insulto a la inteligencia del personal.
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Si analizamos los resultados de las elecciones en Cataluña, se llegan a varias conclusiones; la primera, que Artur Mas no ha conseguido los objetivos que buscaba; la segunda, que a pesar de no haber conseguido sus pretensiones, obtuvo 589.008 votos más que el, PSC, segundo partido en votos y, 641.144 votos más que el PP (cuarto partido en votos). Cuando --la “Democracia” es una forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la sociedad—habrá que concluir que el mensaje de Alicia Sánchez-Camacho tiene poco apoyo (solo el 12,99%) en la sociedad en la que pretende influir. Por tanto afirmar, como así lo ha hecho Sánchez-Camacho que: --el resultado de Mas es un “batacazo” y que con sus 1.112.341 apoyos “llega a rozar casi el ridículo”-- (sic) supone un preocupante distanciamiento de la realidad y de la lógica.
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Si es un batacazo obtener 1.112.341 votos ¿Cómo hay que calificar sacar solo 471.197 apoyos?
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Las apariciones en los medios de los representantes del PP me hicieron recordar a ese mal estudiante, que suspenso, tras suspenso, tras suspenso, al realizar el último examen sus familiares comentan a los amigos que “aunque ha suspendido, ha sacado los mejores resultados de la historia”. En política hace falta un mínimo de autocrítica y de vergüenza torera. Me permito recordar que en las pasadas elecciones en Galicia, --que ganó el PP— los resultados del segundo partido provocaron la dimisión del líder del momento. No asumir la realidad, es conformarse con ser la cuarta fuerza política en Cataluña y un partido que dirige el Gobierno de España, y gobierna en la mayoría de las comunidades autónomas, no puede conformarse con ser la cuarta fuerza en Cataluña.
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Me niego a creer que la mente política más preclara del PPC sea Alicia Sánchez-Camacho, por tanto es de esperar que la renovación llegue pronto, con alguien con más ambición política.
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Es cierto que Artur Mas puso a Cataluña frente al despeñadero, pero también es cierto que el PP apoyó los presupuestos de Artur Mas los dos últimos años; presupuestos que supusieron, de hecho, mantener las “embajadas en el exterior”,  sufragar “ocho televisiones públicas”, etc., como también apoyó el “euro por receta”; incluso, aceptó formar parte del Cac.cat, (Consejo Audiovisual de Cataluña) órgano inquisidor de Cataluña al que el propio PP había recurrido varios artículos ante el Tribunal Constitucional. Lo que demuestra la bipolaridad del PPC. Pretender distanciarse ahora de Mas, como si no le conociese de nada es un insulto a la inteligencia de los electores españoles.
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Y en un momento, donde muchos estuvimos en contra de la propuesta de CiU, con intervenciones a en contra de la propuesta secesionista, desde Durão Barroso, Presidente de la Comisión, a la mayoría de organizaciones empresariales y medios de información no catalanes, etc., el PPC, liderado por Alicia Sánchez-Camacho, solo –repito, solo- consiguió motivar al 0,62% de los que fueron a votar en relación a los apoyos del pasado. Es decir, el mensaje sin sal de Sánchez-Camacho no convenció ni a uno solo más de los votantes el 25N, en relación al 12,37% de los que les votaron en 2010.
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A los españoles no les gustan los mensajes, que no son claros en sus planteamientos, --nadar y guardar la ropa no es bueno en política--. Y prueba de lo que digo lo demuestran los resultados de un partido ínfimo, Ciutadans, si se compara con la estructura, fuerza, apoyo central y de los medios nacionales con los que cuenta el PPC, que con un mensaje claro y sin complejos Ciutadans  ha conseguido motivar al 7,58% (4,19% más que en las pasadas elecciones). En solo dos años ha conseguido triplicar sus resultados en Cataluña. Señal de que en esa comunidad hay españoles a los que les gusta que se llame “al pan, pan y al vino, vino”.
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Ahora Sánchez-Camacho, seguirá viviendo en su “fantasía de las maravillas”, volverá a ocupar uno de los siete puestos de senadores que le corresponde designar al Parlamento de Cataluña, dispondrá de tarjetas “AVE e Iberia” gratis total (Barcelona-Madrid-Barcelona), para desde El Gato al Agua, ofrecernos cada semana sus mediocres discursos políticos. Y en ese papel de querer y no saber, pasará la legislatura, ocupando los remunerados cargos de: --Presidenta del PPC, diputada y portavoz en el Parlamento de Cataluña, Senadora y Presidenta de la Comisión de Trabajo del Senado, un conjunto de responsabilidades para los que la líder del PPC, no tiene capacidad política para desempeñarlos con éxito. Y baso esta opinión en, por ejemplo: --La Senadora Sánchez-Camacho no ha tenido la elegancia de –acusar recibo- de las “reivindicaciones del colectivo Nacional de Autónomos, del sector del Transporte de Mercancías por Carretera” y de la reunión que le solicitaron, mediante escrito registrado a su nombre, en el registro del Senado el 18 de junio de 2012.
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Mientras la Cataluña real necesita de propuestas políticas que devuelvan la esperanza a esos millones de ciudadanos que buscan volver a ser libres, para vivir, para innovar, y para hacer crecer una España, con demasiados puestos públicos ocupados por mediocres. España, sí; y en Cataluña, Sánchez-Camacho, no, porque tiene un problema que se llama “12,99%”.
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Por cierto, el desleal Antoni Durán i Lleida, que insultó a los españoles diciendo que: --todo el Estado es una cloaca—(sic) sigue siendo Presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso ¿Cuándo le sustituirá el PP de ese cargo que representa al despreciado Pueblo español?
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

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