domingo, 7 de abril de 2024

¿Por qué No se debe reconocer como Estado a Palestina?

 (*) Por Ángel Rico Escribano

Respuesta: --Porque no es un Estado, como nunca lo ha sido.

Le contaré a usted, respetado lector, que para poder opinar sobre la realidad de Israel y su territorio, es menester conocer la Historia, para no caer en errores políticos que no ayudan a la verdad.

Hay que adentrarse en la Historia y retrotraerse (aclaración para el indocumentado Sánchez: RAE dice, retrotraer: Retroceder a un tiempo pasado para tomarlo como referencia o punto de partida de un relato. Usado también como pronominal)  1.500 años a. C. para conocer que, desde entonces, los Israelitas y judíos están viviendo en ese territorio. También hace falta conocer que de las tres religiones monoteístas del mundo, el Islam es la que apareció  en el siglo VII. En esa época en Israel, seguían viviendo los Israelíes y Judíos.

Para conocer cómo empezó la realidad actual, habría que adentrarse en el libro Éxodo, de Leon Uris, que en sus 844 páginas, nos muestra cómo empezó el problema que ahora nos ocupa. Soy consciente de que son demasiadas páginas para que el inútil presiMiente de La Moncloa lea el mencionado libro, pero alguien de su entorno lo podría hacer y pasarle un resumen.

1917 -1947: El Mandato Británico - Palestina fue uno de los antiguos territorios otomanos que la Sociedad de las Naciones puso bajo administración británica en 1922. Con el tiempo, todos esos territorios se convirtieron en Estados independientes, excepto Palestina, en cuyo caso además de “la prestación de asistencia administrativa y asesoramiento” el Mandato Británico    incorporó en 1917 la “Declaración de Balfour”, en la que expresaba apoyo al “establecimiento en Israel de un hogar nacional para el pueblo judío”. Durante el Mandato, de 1922 a 1947, tuvo lugar la primera ola de inmigración judía a gran escala a este territorio, proveniente principalmente de Europa Oriental: el número de judíos que inmigraron aumentó enormemente en la década de 1930 debido a la persecución nazi. Las reivindicaciones árabes a favor de la independencia y la resistencia a la inmigración judía desembocaron en una rebelión en 1937, tras la cual ambas partes recurrieron una y otra vez al terrorismo y la violencia. El Reino Unido consideró varias opciones para facilitar la independencia a esa tierra devastada por la violencia, y en 1947 acudió a las Naciones Unidas para que resolvieran el problema de Palestina.

En la actualidad también procede visitar Palestina, en general, y Gaza en particular, para conocer la realidad de ese territorio. Un servidor ha visitado esos territorios en 19 ocasiones, la última  vez dos semanas atrás. Pudiendo constatar que:

En Palestina, no existe la libertad, porque la dictadura terrorista lo impide. Teniendo amaestrados (perdón por la palabra) a quienes allí habitan, desde que nacen, hasta que son utilizados como escudos humanos para sus objetivos político-terroristas. Tras el nacimiento, los niños varones, son almacenados en escuelas de la UNRWA, pero no para aprender a leer y escribir, o historia, matemáticas, ética y ciencias naturales, ¡NO! Allí les enseñan a disparar,  que las mujeres son inferiores que los hombres y que hay que eliminar a los israelíes. 

A las recién nacidas, niñas, las ponen en un rincón a la espera de que tengan 12 años para poder ser destinadas al embarazo y al embarazo y a otros embarazos. Son seres humanos que no aprenden a leer y que como viven rodeadas de otras mujeres en igualdad de condiciones, llegan a creer que “la Libertad es una enfermedad” y por tanto no saben lo que significa el libre albedrío, la libertad, ni el “empoderamiento sanchista”. Cuando llega el momento, los terroristas las colocan como escudos humanos como instrumentos para potenciar el relato terrorista-socialpijomunista.

En tres de mis viajes a Gaza, con mi carnet de periodista-sin fronteras, con un pseudo pañuelo palestino al cuello (que en realidad era un pañuelo de la Pandorga de Ciudad Real), en compañía de otra periodista, recorrimos la zona, acompañados de varios funcionarios de la UNRWA, donde observamos la realidad de los territorios, y en un gesto de soberbia, nos mostraron los lugares en escuelas  --¿escuelas?—y hospitales, donde colocan los lanza-cohetes Qassam 3, que disparaban contra Israel. Ante mi asombro y a mi comentario: --Si disparáis desde aquí, y considerando que Israel conocerá el lugar de disparo y, por tanto, destruirá este edificio, habrá bajas civiles—la respuesta que siempre obtuve, fue: --Si fuera así, será porque Alá así lo quiere--.

Es decir, en Palestina todo es una absoluta mentira, donde la pirámide de poder terrorista, utiliza a los seres humanos que allí existen, como material desechable cuando les llega el momento. La mejor forma de ayudar a los residentes en Palestina es, luchando para darles la libertad que nunca tuvieron, pero no, respecto a Israel, que lo único que hace es defenderse de los innumerables ataques terroristas, que Occidente considera “aceptables”; sino por las ordenanzas del Corán y la Carta Fundacional de Hamás, que obliga a la esclavitud permanente de los palestinos, y a la amenaza y ataque permanente a Israel.

En “la Palestina” que el presiMiente quiere reconocer como Estado, no podrían vivir, ni una semana, sus ministras, ni el ministro del Interior. Debiendo tener presente que: En el capítulo del Corán dedicado a las mujeres, se afirma de modo expreso la obediencia de la esposa al marido -por expresa voluntad de Alá- y el derecho del esposo a golpear a su mujer. La interpretación común de los juristas islámicos ha establecido tres grados de castigo: la exhortación con palabras, la privación de sexo conyugal y los golpes corporales. Habiendo triunfado la interpretación de los textos coránicos como la exhortación a un correctivo físico «suave» para las esposas indisciplinadas o halladas en falta. En concreto, los autores más seguidos y reconocidos en el islam, como el egipcio Yusef Al-Qaradawi, el bahreiní Aal Mahmud, y el saudí Al-Uthaimin, aconsejan golpear a la esposa con la mano, y nunca en el rostro. Otras condiciones enumeradas por los juristas limitan el número de golpes a «no más de diez», y establecen que no se hagan en presencia de los hijos y no causen «sangre ni dejen marcas en el cuerpo».

El presiMiente debería responder ¿Si está de acuerdo con este tipo de castigos de los hombres a las mujeres en Palestina? Porque el estúpido Sánchez (me remito a Forrest Gump “estúpido es el que dice estupideces”) está defendiendo el reconocimiento de Palestina como estado, sin ser consciente de la realidad socio-política de Palestina. Quedando claro que, el mismo que quiere eliminar los brazos de la Cruz de los Caídos, para convertirla en un obelisco masónico, habla de una Palestina inexistente que, para colmo, nunca reconocerá a Israel como Estado. 

Cuando el presiMiente habla de “proteger a los civiles” y considerando que en Palestina no hay ejército ¿quiere decir que también hay que proteger a los “civiles” terroristas de Hamás?. Por cierto, no se conoce ningún plan establecido para que Sánchez exija a Hamás “la liberación de las 133 personas que aún siguen secuestrados”.

En cambio, sigue aprobando ayudas a la UNRWA, mientras que Estados Unidos decidió suspender la financiación a la agencia de la ONU después de que salieran a la luz acusaciones de que su personal estuvo involucrado en el ataque de Hamás a Israel, hace hoy seis meses. El presiMiente hará una donación extraordinaria de 20 millones de euros a la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA).  Los 20 millones se suman a los 3,5 millones que ya fueron  aportados para que la conocida agencia de la ONU pudiera mantener su asistencia en Gaza, con la dinámica que ya conocemos. España ha regalado a Palestina casi 900 millones de euros en ayudas y subvenciones  entre 2020 y 2024 con la excusa de la Agenda 2030.

Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia política y la estupidez  concienzuda;   pues ambas  cosas  coinciden  en  la figura del presiMiente.

A los terroristas de Hamás les digo:  ¡liberen a los secuestrados Ya!

--.•. ¡…He dicho!

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 (*) Es Presidente del Instituto Hispano Luso