(*) Por Ángel Rico Escribano
Los españoles estamos aceptando, como normales, asuntos que creímos que jamás tendríamos delante y así, tacita a tacita, vamos superando el anterior nivel de sudoración, aceleración del ritmo cardíaco, temblores, convulsiones, delirio y debilidad intelectual.
Por todo lo
anterior cabe pensar que “quien hace un cesto hará ciento” y, soy de la opinión
que, un dictador de manual, más pronto que tarde llevará a cabo, por nuestro
bien, siempre por nuestro bien y desde un gobierno de progreso feminista, los
siguientes supuestos.
Primera hipótesis; Cándido Conde-Pumpido, acabará determinando que es constitucional lo que, en cada momento, diga el felón I de La Moncloa, a saber: --Por nuestro bien, siempre por nuestro bien y para cumplir lo indicado por la Agenda 2030 y no derrochar papel, “las próximas elecciones generales no tendrían que ser cada cuatro años, pudiendo pasar a celebrarse (por ejemplo) a los veinticinco años”. Así no se tendría que emplear tantas cantidades de celulosa en las papeletas electorales cada cuatro años. El felón I, se sacrificaría por nuestro bien, (¡siempre por nuestro bien!) dirigiendo el gobierno progresista feminista y agendista veinte trentista, durante un cuarto de siglo. Y, acabará siendo prostitucional votar cada cuarto de siglo. Porque en la Constitución no está manifiestamente prohibido las elecciones cada veinticinco años.
Otro supuesto, que
también acabará aplicando el dictador
socio-comunista, felón 1 de La Moncloa y, siempre por nuestro bien, y para
enseñarnos a no gastar nuestro dinero, sin ton ni son, se aprobará como
constitucional la aplicación del “corralito hispano” es decir: --el gobierno
social-comunista (por nuestro bien) controlaría el dinero de todos los españoles
el suyo, respectado lector, también. A saber, el dinero que tengamos todos en
el banco, seguiría siendo nuestro, y por nuestro bien, siempre por nuestro bien,
lo controlaría el gobierno del presiMiente, que permitiría que semanalmente
podamos gastar 100 euros, el resto del dinero (por nuestro bien) lo controlaría
el gobierno poniéndolo, desde un gobierno progresista y feminista al servicio
de la política “socialpijomunista.
Y esto que parece imposible, acabará llevándose a cabo, por un dictador que hará lo que falta haga para perpetuarse en el poder. Cambiando las reglas las veces que sean necesarias para mantenerse en la dictadura que estamos padeciendo. Es sabido que una dictadura es un sistema de gobierno que concentra todo el poder en una sola persona o grupo, que ejerce el mando absoluto por la fuerza o por el fraude, sin respetar los principios constitucionales democráticos y reprimiendo las libertades individuales.
El gobierno de facto puede acceder al poder mediante un golpe al estado por fraude. Y logra perpetuarse en el poder a través de las técnicas de propaganda masiva, la alteración de la Constitución, la intimidación, el terror y la represión de las libertades civiles.
La dictadura se caracteriza en general, y en España en particular, por:
- La identificación del Estado con
un único partido o coalición de partidos, por intereses comunes.
- La supresión de la división de
poderes.
- La figura de un líder o dictador,
que mentirá las veces que hagan falta.
- El control de los medios de
comunicación y la censura a la prensa.
- La propaganda de la ideología oficial
y su difusión reiterativa, como gobierno progresista-feminista.
- El uso de la fuerza y
la violencia.
- La represión de los derechos
humanos y libertades individuales.
Las dictaduras no tienen control
ni límites en su actuación. A lo largo de la historia mundial, los
dictadores han asesinado y torturado, privado de la libertad, violado y
encarcelado de manera injustificada a millones de personas. El control de los
medios de comunicación resulta una herramienta efectiva para inculcar a la
población, a través de la persuasión y la mentira, características positivas
del líder dictador que es presentado como el protector y benefactor del
pueblo.
Se empieza por
aceptar que sean los criminales los que redacten la ley de amnistía que les
beneficiará, siendo inquietante las cesiones
frente al separatismo catalán, lo que «no tiene
precedentes» es que una norma así «la redacten los propios delincuentes». Directamente, el terrorismo desaparecía de las causas de
exclusión de la amnistía. Y que se acabe definiendo dos tipos de terrorismo, uno el
“bueno” quitando, ese tipo de terrorismo, del código penal, que claramente
dice:
Artículo
573.
1. Se considerarán
delito de terrorismo la comisión de cualquier delito grave contra la vida o la
integridad física, la libertad, la integridad moral, la libertad e indemnidad
sexuales, el patrimonio, los recursos naturales o el medio ambiente, la salud
pública, de riesgo catastrófico, incendio, contra la Corona, de atentado y
tenencia, tráfico y depósito de armas, municiones o explosivos, previstos en el
presente Código, y el apoderamiento de aeronaves, buques u otros medios de
transporte colectivo o de mercancías, cuando se llevaran a cabo con cualquiera
de las siguientes finalidades:
1.ª Subvertir el orden constitucional, o suprimir o desestabilizar gravemente el funcionamiento de las instituciones políticas o de las estructuras económicas o sociales del Estado, u obligar a los poderes públicos a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo.
2.ª Alterar
gravemente la paz pública.
3.ª Desestabilizar
gravemente el funcionamiento de una organización internacional.
4.ª Provocar un
estado de terror en la población o en una parte de ella.
Así, ejemplo a ejemplo, si al dictador felón I de La Moncloa, le interesase el apoyo de los violadores, se acabará haciendo en el Código Penal, la modificación necesaria, donde se admita que si los condenados, alegan que la violación fue socio-afectiva y “con la puntita nada más”, serán amnistiados porque, al respecto, no hay nada en contra en la Constitución. Y por el Gobierno "de templanza” lo que sea necesario se aplicará.
La rebelión en Cataluña de 2017 fue una ensoñación que se quedó en secesión. Pero no debíamos preocuparnos porque los culpables iban a pagar de igual modo. Y entonces desapareció la secesión y los delincuentes pasaron a ser víctimas. El último gran paso para la destrucción del sistema democrático español es que la Ley de Amnistía acoja el delito de terrorismo, lo redefina y lo elimine también.
El terrorismo era una línea roja indiscutible, suelen decir los palmeros del presiMiente. Pero ¿Qué es el terrorismo? No hace falta cambiar el color de la línea, basta con cambiar la definición de terrorismo. Y la línea se queda ahí, tan recta como siempre y tan roja como quieran. Así ha pasado con todo. No hay rebelión, no hay secesión, no hay terrorismo. No hay delito alguno. Hay líneas... Las líneas rojas del PSOE tienen un ancho variable: apenas unos milímetros si se trata de la corrupción del PP; llanura siberiana si Sánchez necesita el poder que no consigue con votos. De hecho, se puede vivir toda una vida y sin privarse de nada dentro de la voluble línea roja. Ella se amolda a los vicios de la dictadura.
Los socialistas del Gobierno no traspasan ninguna línea roja. Sus líneas rojas son de las que se pueden poner siempre más allá. Son unas líneas rojas móviles muy prácticas. Pronto las comercializarán en las tiendas de todo a medio euro. Terrorismo ya no es lo que decidan los tribunales aplicando las leyes vigentes. Es lo que diga e l Ejecutivo. Lo que le convenga al presiMiente para ir tirando.
Ahora aparece el dilema ¿Qué estamos dispuestos a hacer, los ciudadanos independientes, para frenar esta locura? Porque después de “la puntita” vendrá todo lo demás.
--.•. ¡…He dicho!
(*) Es Presidente del Instituto Hispano Luso