(*) Por
Ángel Rico
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La mayor parte de la
ciudadanía es consciente que España está viviendo uno de los peores momentos de
la Democracia. La socio-economía nacional está afectada por un peligrosísimo padecimiento, que al igual que
el cáncer, en la medicina, es algo más que una enfermedad, e igual de
peligrosa. Por tanto, si no se evita a la mayor brevedad posible, acabará
perjudicando la vida y los intereses de casi todos los españoles. De usted,
respetado lector, también.
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Porque el gobierno del,
todavía, Presidente Sánchez, cada cosa que toca (con perdón) la acaba jodiendo,
por su mediocridad manifiesta. Las personas afectadas, por ejemplo: --por los retrasos en los AVEs y Avant; o por
la ridiculez de impuntualidad del tren Madrid-Extremadura; --la situación del
sector agropecuario; --las dificultades de la mayoría de los consumidores para
hacer frente a la subida de los precios de los productos cotidianos; --la pésima situación de la red de carreteras
del Estado, que no superarían una mínima ITC; --el enorme números de parados
discontinuos que, por las mentiras del sanchismo, dejan de ser parados en las
estadísticas; -la inconcebible y cobarde política exterior; --la injusta
cotización de los autónomos; --la ley del sí es si; --la insultante cesión a
los separatistas y terroristas; etc.
Mantener como responsable de esos y otros asuntos políticos, al mediocre Pedro
Sánchez, será negativo para la mayoría. El sanchismo es como un tumor. Si se
extiende, es letal. Cuanto antes nos libremos del gobierno más tóxico de la
Democracia, mejor.
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Por tanto, llegados a
este punto, todos los españoles mayores de 18 años deberán ser conscientes que
está en sus manos resolver el problema (porque Sánchez es un peligro nacional)
y deberán analizar lo que tienen que hacer para resolver la enfermedad.
Aquellos que pudiendo hacer algo, se limiten a quedarse en su casa, o a votar
al Sanchismo-pijo-munismo, serán conscientes que en el futuro no tendrán fuerza
moral para quejarse de nada de lo que les perjudique.
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¿Y qué es lo que
procederá hacer? Pues igual que cuando hay que enfrentarse a cualquier tipo de
cáncer, hay que afrontar la situación y actuar. ¿Estoy dando a entender que me
gusta Feijóo? En realidad no, porque, cada día
me recuerda más a “Cobardoy”, pero como hay que acabar con la cancerosa situación,
hay que poner en práctica el mal menor. Está táctica política consiste en
proponer un mal (menor) para evitar que triunfe el otro mal (el mayor) estando
obligados a actuar. En este caso, el mal menor será el mayor bien posible para
España; es un principio ético que
justifica la elección de un mal con tal de evitar otro mayor, es decir: que se
mantenga el sanchismo-pijo-munismo.
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El comunismo, se llame
como se llame, en cada proceso electoral siempre será perjudicial para la
mayoría, porque el comunismo, nunca jamás ha aportado nada positivo a la
sociedad. Y al decir nunca, quiero decir ¡nunca!
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La otra alternativa
posible, VOX, que está formada por
exmiembros o simpatizantes del PP, tampoco es solución, porque aunque las bases
mayoritariamente estén a favor de echar al mediocre de Sánchez, una parte de la
cúpula está por el “cuanto peor mejor” con tal de introducir en la sociedad,
con calzador, las consignas del Yunque. Siendo capaces de impedir el cambio con
tal de que sus creencias, que son respetables, tengan que ser aplicadas a la
fuerza por los demás. “Recuerda siempre que el poder y la autoridad vienen de
lo alto y que el que obedece no se equivoca”, dicen los yunquistas a los nuevos
integrantes durante el rito de iniciación política. (1) – (2)
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El máximo objetivo de
la asociación secreta El Yunque es alcanzar el poder político, revela el
testimonio del filósofo español López Luengos. Tras el análisis del contenido
de los más de 17 mil archivos de Hazte Oír que WikiLeaks reveló, describe el
método de manipulación y engaño con el cual no sólo logra disciplina y
obediencia ciega de sus miembros, sino también el amparo de sacerdotes y
obispos. Su juramento –además de obligar al silencio– pone a la organización
por encima de causas legítimas, de personas y de la propia familia. Además, la
afiliación de nuevos miembros sólo es entre adolescentes y jóvenes de hasta 20
años de edad para “forjarles su personalidad” y clandestinamente, promover su
agenda. En España, ahora se llama “organización del Bien Común” o también, de
manera vulgar, “La Orquesta”.
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Los datos no se discuten,
los datos se contrastan, porque las ideas llevan consigo consecuencias.
Existen teorías y
técnicas psicológicas, utilizadas en mercadotecnia y en campañas políticas
(teoría de la decisión, neuroeconomía, neuropolítica), que procuran orientar la
preferencia del consumidor o votante mediante la presentación de ventajas o
desventajas comparativas; cuando no sólo se plantea la posibilidad de elegir
entre dos opciones, presentar una tercera opción instrumental, más cercana a
una opción que a otra, consigue que la preferencia se decante en el sentido
buscado. Es decir, votar al PP, el 23 de julio.
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También es evidente que
el PSOE necesita una implosión para poder empezar a arreglar el partido desde
dentro. Para que los socialistas razonables, que los hay y que,
incomprensiblemente, se han mantenido en silencio mientras el
sanchismo-pijomunismo iba desacreditando hasta su totalidad al partido, se
pongan manos a la obra y construyan una alternativa creíble y de futuro. Porque
el día 23 un diez por ciento de antiguos votantes del PSOE votarán al PP para
echar a Sánchez.
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Y respecto al mal
menor, tengo que decir que, el actual equipo director del PP, está repleto de
“sorayismo” con los males que ya conocemos de su cobarde etapa de gobierno, del
21 diciembre 2011 al 2 de junio de 2018. Porque un conjunto de influencers - sorayos, se
dedican a dirigir a un líder sin rumbo, Feijóo, y que una vez llegue al
gobierno, para echar al nefasto Sánchez, y haya derogado todas las
disposiciones que perjudican a la mayoría de españoles, transcurridos dos años
(dos) tendrá que convocar elecciones generales, para empezar de nuevo.
Y en ese tiempo es de
esperar que vuelva a resurgir un movimiento político centrista nacional, sin la
soberbia de los Ribera-nos, ni Arrimada-nos, que han demostrado que, en
política, moverse simplemente por los consejos de los indocumentados
influencers solo lleva a ir de derrota en derrota hasta la desaparición final.
Por supuesto, para que esa propuesta política empiece teniendo credibilidad no
tendrán que estar ni Edmundo Val, ni Francisco Igea. Porque la responsabilidad
en política es por acción o por pasividad.
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En ocasiones la
imposibilidad de elección entre dos opciones igualmente atractivas es la paradoja denominada "del asno de Buridán" (que moriría de hambre y sed si se le pone a igual distancia de la comida y el
agua, al no poder moverse en ninguna dirección). Pues algo similar es a lo que
nos tendremos que enfrentar el próximo día 23 de julio. En las elecciones
políticas, especialmente en los sistemas bipartidistas, las opciones que se
ofrecen al votante pueden ser vistas ambas como malas, con lo que otorgar el
voto no suele suponer la identificación con un candidato considerado óptimo,
sino la evitación del candidato considerado peor, nefasto o peligroso, es
decir, Sánchez. Recuerde, que no hacer nada también tiene consecuencias. A
tiempos desesperados, medidas desesperadas. La realidad cambiará con tu
ejemplo, no con tu opinión.
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Y a esos lectores que
me estarán poniendo a caldo, en este momento,
por manifestar mi opinión, les recuerdo lo que decía Platón: --"hay
que tener el valor de decir la verdad, sobre todo cuando se habla de la
verdad". ¡Pues eso!
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--.•. ¡…He dicho!
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(*) Es Presidente del Instituto Hispano
Luso
(1) El Yunque la ultraderecha en el poder. Álvaro Delgado
-
(2) El Transparente de la Catedral de Toledo. Análisis del
asociacionismo de los laicos cristianos españoles y la intromisión del Yunque.
