domingo, 27 de diciembre de 2015

El “Sanch-ismo” de Pedro el Derrotado

*Por Ángel Rico
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Soy de la opinión que, al igual que en ciertas profesiones hace falta un examen de ingreso, y otros posteriores de convalidación, para ser líder de un partido político debería ser necesario demostrar que se tiene un mínimo de cultura histórica de la política, para evitar tener que padecer aquellos acontecimientos que, con similares precedentes, ocurrieron en otros momentos de la Historia. Esta introducción viene a cuento, primero,  por los derroteros que está mostrando Pedro Sánchez, líder momentáneo del PSOE y, segundo, porque “el pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla”.
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Cuando, en el pasado mes de mayo, en Gijón, en relación a las elecciones en el Reino Unido, Pedro Sánchez dijo: --“En el Reino Unido quien pierde las elecciones dimite”— (sic), refiriéndose al ejemplo del laborista, Ed Miliband, que al día siguiente de haber perdido las elecciones, frente a David Cameron, presentó su dimisión, por cierto, como también hicieron –el liberal-demócrata, Nick Clegg y el euroescéptico, Nigel Farage--; los socialistas españoles intuyeron que: --Sánchez estaría muy seguro de su victoria en las Generales porque, en caso contrario, imitaría a Ed Miliban, y presentaría su dimisión al día siguiente de su, hipotética, derrota--.
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La Historia política recogerá que: --Pedro Sánchez, obtuvo los peores (¡los peores!) resultados del PSOE en toda la Democracia, y además de no dimitir (como había dejado entrever) intentaría formar gobierno con el apoyo de partidos contrarios al sistema social y democrático, que el propio PSOE había construido desde 1977. Poniendo de manifiesto que, a Pedro, en realidad, no solo no le importaba España y los españoles; sino que tampoco, le importaba el partido del que es secretario general, y a cuyo cargo se aferra al negarse a dimitir tras su clara e histórica derrota electoral;  apareciendo el “Sanch-ismo” en su más fosca realidad. El “Sanch-ismo” de Pedro, se intuyó con la confección de la lista electoral del PSOE de Madrid, donde no se contó con la participación de la Federación Socialista Madrileña (FSM) en la propuesta de nombres con opción de ser elegidos diputados, tan es así que, como número dos por Madrid, designó a una política catalana, con querencia hacia la autodeterminación de Cataluña; la situación es tan kafkiana que –salvo Pedro, y Rafael Simancas, ningún otro socialista madrileño salió elegido en esa circunscripción--
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A diferencia de lo acontecido con Felipe González, en el XXVIII Congreso del PSOE, (mayo de 1979) donde defendió que: --“Hay que ser socialista antes que marxista”— Pedro, está defendiendo,  por activa y por pasiva,  que: --“Hay que ser Sanch-ista antes que socialista”—Si el lema de Felipe, en 1979,  suponía mirar adelante, en lugar de al pasado; el de Pedro, actualmente, supone el “yo, mi, me, conmigo mismo”.
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En esa “hoguera de las vanidades” donde se está cociendo, Pedro Sánchez, a fuego lento, quien está moviendo los hilos y las ascuas, es Pablo Iglesias, que en su “Plan de Acción” tiene diseñado los diferentes capítulos que tienen que teatralizarse, para conseguir el fin perseguido: --“Obtener el poder para no soltarlo”--. Y si para ello, Iglesias, tiene que renunciar a algunos de sus –irrenunciables— postulados, renunciará, con tal de que Sánchez, se convierta en el Primer Ministro de un Gobierno Provisional y débil, tal y como, mutatis mutandis,  ocurrió en 1917 en Rusia. El plan es el mismo, los instrumentos similares, la incultura política, y falta de ilustración,  de Sánchez para no verlo venir, es infinita.
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Ahora,  como entonces, es necesario disponer de un “Gobierno Provisional” con Sánchez como débil  “Primer Ministro” (como le ocurrió a Kerensky)  –con la suma de todo el espectro político del Congreso, en un tótum revolútum, salvo el PP y Ciudadanos,  con la excusa de: --Echar a la derecha burguesa del gobierno para darle todo el poder al pueblo (entonces a los Soviets)--, se promoverá en la calle,  un permanente estado de agitación social y propaganda,  utilizando Atresmedia, Mediaset y la mentira generalizada, como instrumentos revolucionarios;  donde el “Sanch-ismo” no tendrá ni la capacidad de liderazgo, ni la determinación política para frenar las agresiones, fomentadas por el “podemismo” a la legislación vigente--. Incluso, los apoyos prestados por el “podemismo” al PSOE en Castilla-La Mancha, Extremadura, Aragón, Baleares y Comunidad Valenciana; además de en varias diputaciones provinciales y ayuntamientos, se difuminarán, haciendo ingobernable la mayoría del territorio español, propiciando el ascenso al poder del descontento revolucionario.
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En ese momento, se habrá cumplido el guión (las Tesis de Abril) de Iglesias y, se provocará el golpe de estado revolucionario podemita y, Pablo sustituirá a Pedro en el gobierno, prometiendo crear una sociedad distinta a la burguesa. Para ello se suprimirá el régimen parlamentario actual; se nacionalizarán servicios estratégicos, entre ellos, los medios de comunicación privados; se pondrá en entredicho la propiedad privada (Art. 33 de la CE), permitiéndose la ocupación de viviendas y fábricas; y la Monarquía parlamentaria (Art. 1.3 de la CE), será sustituida de facto por la república podemita. Y, Pedro Sánchez sin enterarse; --porque Pedro no necesita “lecciones de nadie”--, mientras tanto va de “pelonería política en parvedad social”. Sánchez, nunca podrá llegar más alto, y el histórico PSOE, nunca podrá caer tan bajo.
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Con los resultados electorales presentes, lo más razonable sería estudiar un gobierno de gran coalición, similar a la formada en Alemania,  donde la Unión Cristianodemócrata (CDU), la Unión Socialcristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) gobiernan con un programa conjunto. Esa hipótesis en España, contaría con 253 diputados y, salvo mejor opinión, se podría planificar los pasos a seguir para construir la España del año 2050;  sin arriesgarse a los peligros de una demagoga revolución podemita y a que, como en Venezuela, llegue a escasear, entre otros bienes de consumo, el papel higiénico y, por supuesto, la Libertad. Porque lo que defiende Podemos, mediante promesas de “emergencia social” no ha funcionado nunca en ningún lugar, en ninguna época histórica y, con ningún dirigente marxisto-estalinista.
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Para que pueda ser posible en España, lo que ha sido posible en Alemania, es imprescindible que el PSOE sustituya el “Sanch-ismo” de Pedro, por la democracia política del sentido común mayoritario del Comité Federal de un partido con una gran historia que, como en 1979, debe mirar más al futuro, que a los intereses propios de Pedro y de María Begoña Gómez, su, fotogénica, mujer. El Socialismo del Siglo XXI no tiene que ser confundido con el paupérrimo “Sanch-ismo” de solo 90 diputados.
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…He dicho!
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En la próxima ocasión, hablaremos del partido Ciudadanos, que quiso debutar en primera división, con los defectos, la falta de banquillo y las carencias de la división segunda.
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

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