viernes, 2 de mayo de 2014

Bueno ¿ …y ahora qué?

*Por Ángel Rico
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Dice el refranero español que: --“La experiencia es la madre de la ciencia” y “más sabe el diablo por viejo que por diablo”--. Haciendo uso de esa experiencia he manifestado en numerosas ocasiones que: --para conseguir cambiar la penosa realidad en el sector del Transporte de mercancías por carretera, hace falta algo más que tener razón--. Porque el hecho de tener razón, no ha servido para que los autónomos de este importante sector para la economía nacional, --15 por ciento del PIB-- estén como están. Esa penosa situación se ha ido creando, por una sucesión de deslealtades mantenidas en el tiempo por parte de los representantes ante el Gobierno de España. Representantes que se han ido perpetuando en el tiempo por la actitud indiferente de los propios perjudicados.
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La actitud mayoritaria de los autónomos del Transporte está permitiendo que los representantes del sector y los distintos gobiernos legislen contra los propios profesionales. Y como ejemplo tenemos que: --El Ministerio de Fomento indica en el Observatorio de Costes del propio Ministerio que “el valor medio por kilómetro en el Transporte en España deberá estar por encima de 1,306 euros”—Sin embargo, el Gobierno de España, no hace nada para hacer posible que los costes recomendados puedan cobrarse por parte de los profesionales. Donde si la insultante actitud no fuese suficientemente ofensiva, por parte de la Ministra de Fomento, vemos como hace lobby en los países petroleros a favor de las grandes empresas del IBEX35, mientras mantiene en el olvido y el abandono la red nacional de carreteras y a los profesionales del sector.
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Es indiscutible que –salvo quejarse y quejarse— (y en algunas ocasiones, las quejas se realizan con tres faltas de ortografía, de cuatro palabras pronunciadas en la queja) no se ha hecho, hasta ahora, nada realmente efectivo. Esa fue la realidad que motivó el nacimiento de Transportistas por su Futuro “Transfuturo” con dos objetivos prioritarios: a) Defender principalmente a los autónomos del Transporte de mercancías por carretera, y b) Utilizar para esa defensa, una Ley General del Transporte, construida por los propios profesionales mediante la Iniciativa Legislativa Popular (ILP).  Y como eso había que hacerlo, un nutrido grupo de profesionales nos pusimos a trabajar en ese objetivo desde el principio. Para ello, se vienen manteniendo reuniones semanales en distintos lugares de España, que está sirviendo para que el borrador de la ILP de la Ley General del Transporte vaya tomando cuerpo, con las distintas aportaciones y sugerencias de cientos de profesionales.
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En este asunto, como en tantos otros, están participando libremente aquellas personas que consideran que su aportación en las reuniones semanales, o aportando ideas por correo, puede ser positiva para el futuro del Transporte. Y aquellas otras que, en cambio, han considerado que sus aportaciones a la solución del sector es quejarse, esperando que, entre queja y queja, en algún momento se aparezca San Cristóbal, patrono de los profesionales del Transporte, para arreglar de un suspiro la enorme problemática que afecta al sector y a sus familias, lo están haciendo. Unos y otros hacen lo que consideran que deben hacer para arreglar el problema.
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Nosotros consideramos que para los intereses del Transporte será más efectivo aquello de: --A San Cristóbal rogando, pero con el mazo dando--, y reunión a reunión seguimos en la elaboración del anteproyecto de Ley General del Transporte. Respetando en todo momento que otros profesionales, y familiares del Transporte crean más conveniente otros caminos.
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En el anterior artículo, de forma muy respetuosa y sin dar nombres de personas ni de colectivos del sector, comenté que a mi juicio, era más interesante la elaboración de una “tabla reivindicativa profesional” de las necesidades del sector, para hacerla llegar al Ministerio de Fomento, y a las Comisiones de Fomento del Congreso y del Senado, que la simple manifestación, el día 1 de Mayo, mezclados entre otras muchas reivindicaciones. Este comentario, de un servidor, tuvo críticas más o menos educadas por parte de quienes pensaban lo contrario: --que lo que había que hacer era manifestarse con camisetas fucsias y negras--.
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Pues bien, la realidad ahí está. Que cada cual saque su propia conclusión. Las cosas y los profesionales, son como son. Pero imaginemos que, en lugar de cuatro (4) hubiesen participado cuarenta, o cuatrocientos, o cuatro mil, o incluso,  cuarenta mil, la mitad con camisetas fucsias y la otra mitad con camisetas negras ¿En qué habría cambiado hoy la realidad? La ministra de Fomento, seguiría ninguneando al sector y sus representantes, en el Comité Nacional del Transporte, seguirían fumándose un enorme puro habano.
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Respetando todas las opiniones, --y, sin insultar a quienes opinan de forman contraria— en el equipo de Transfuturo seguimos creyendo que, las cosas no se solucionarán, por el mero hecho de que sea necesario que se solucionen. La “dignidad, la seguridad y la rentabilidad del Transporte”, no se obtendrá de un día para otro, de forma mágica o ¡porque sí!   El Gobierno que no hizo nada en el pasado, no tiene argumentos nuevos para hacer algo ahora. Salvo que se le obligue con la “fuerza de la razón” de la futura, Ley General del Transporte, que unos cientos estamos elaborando, respetando a aquellos otros profesionales que opinen que son mejores otros caminos.
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En todo caso, no pretendemos representar nada más que a aquellos profesionales que han decidido que Transfuturo les represente. Y tampoco tenemos nada que ver con otros colectivos, si no han manifestado por escrito que quieren que les representemos. Solo pretendemos manifestar nuestra opinión, con respeto a opiniones contrarias, dejando claro que: --De los escarmentados nacen los avisados— Y tras comprobar como actúan los teóricos afectados, surge la pregunta: Bueno ¿Y ahora qué?
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…He dicho!
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* Es Secretario General de Transfuturo

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