martes, 27 de diciembre de 2016

La fábula de “la rana y Obama”

*Por Ángel Rico
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Le confesaré a usted, respetado lector, que estoy confuso con las reacciones provocadas, en amigos pro israelíes,  por la actitud de Estados Unidos, y otros países (entre ellos España) respecto a la “resolución tendenciosa de la ONU (del 23 de diciembre) relacionada con  Oriente Medio, en general y, contra Israel, en particular”; no pretendo, en esta ocasión, entrar en el fondo de la “resolución” sino en: --por qué las cosas ocurren como ocurren--. Muchos defensores externos de Israel, se limitan a –proferir improperios cuando la ONU y la UE aprueban resoluciones contrarias a la lógica, a la seguridad, a la paz y a la Historia. Limitándose a insultar a quienes tomaron este o aquél acuerdo, quedándose –de forma pasiva-- sin hacer nada  hasta pronunciar el siguiente insulto.
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Y, salvo mejor opinión, es ahí (en la pasividad insultante de los ciudadanos buenos) donde radica parte del problema que pende sobre Israel y sus ciudadanos, porque ya sea, en esta ocasión, Barack Hussein Obama, como en otras lo fue Federica Mogherini, Alta representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, y casi siempre François Hollande, Jorge Mario Bergoglio y/o, Mariano Rajoy (entre otros) quienes, en diferentes foros, permiten o apoyan resoluciones que, sin beneficiar a la paz mundial, sí perjudican a los israelíes. A cambio de que, diversas satrapías árabes (donde no existen los Derechos Humanos), les dediquen una sonrisa cómplice e indignante. Su hipocresía insulta nuestra inteligencia.
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Los  amigos de Israel, como ciudadanos independientes con criterios propios, podemos hacer algo más productivo que el insulto, tras cada resolución o acuerdo contra Israel. Podemos actuar como lobby civil, dejando claro a los países protagonistas, y a sus representantes, que: –toda acción producirá una reacción contraria, similar a la que se ha aplicado, con éxito, con el cava catalán –no queréis independencia, pues os bebéis vosotros todo vuestro cava--. En este caso, todas aquellas personas que aceptamos la propuesta de ser algo más que –insultadores pasivos--, hemos iniciado la reacción (posterior a la acción de la resolución) motivando a las amistades e influencias para que –actúen en consecuencia respecto a bienes y productos de, Japón, Nueva Zelanda, Francia, Reino Unido, Rusia, Estados Unidos, China y España (en el resto de satrapías como Angola, Egipto, Malasia, Senegal, Ucrania, Uruguay y Venezuela, también). Usted, respetado lector, estará pensando –que los ciudadanos involucrados podemos hacer poco--; siendo de aplicación aquello de: --grano, no hace granero pero ayuda al compañero--. Y lo importante (lo verdaderamente importante) es que los países y las empresas de esos países sepan: --que las resoluciones sin fundamento, movidas por la falta de documentación, y por el odio visceral tendrán consecuencias--. Porque, si lo hacemos bien (y nosotros sabemos hacerlo bien) conseguiremos el efecto de una rodante bola de nieve, que va agrandándose con cada acción.
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Tan mala es la falta de información, --sobre seguridad y sobre la Historia de Israel— por parte de quienes apoyan resoluciones equivocadas, como de aquellos ciudadanos que insultan a quienes tomaron esta o aquella resolución, pecando de similar falta de información. De esa realidad se benefician quienes dirigen cierto tipo de política internacional, que saben que –solo recibirán un insulto sin efectos directos--.
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¿Por qué tanta sorpresa sobre la abstención de Obama? (Que podría haber vetado la resolución de la ONU) Y, ahí es donde aparece la fábula de la rana y el escorpión, a saber: -- Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo: —Amiga rana, necesito cruzar el río. ¿Podrías llevarme en tu espalda? —No. Si te llevo en mi espalda, me picarás y me matarás. —No seas tonta —le respondió entonces el escorpión— si te picase, me hundiría contigo y me ahogaría. Ante esta respuesta, la rana accedió. El escorpión se colocó sobre la espalda de la rana y empezaron a cruzar el río. Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, el escorpión (Obama) picó a la rana. La rana, al sentir picotazo y darse cuenta que iba a morir, le preguntó al escorpión: — ¿Por qué me has picado, escorpión? ¿No te das cuenta de que tú también vas a morir? A lo que el escorpión respondió: – Rana… mi amiga, no lo pude evitar, porque es mi naturaleza--.
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La abstención de Obama, está en la naturaleza de un personaje que ha ido de equivocación,  en equivocación, en equivocación respecto a la política internacional, desde su conferencia (llena de inexactitudes) “Un nuevo comienzo”, en junio de 2006, en la Universidad de El Cairo. Soy de la opinión que es (Hussein Obama) el responsable directo de las decenas de miles de muertos que ha provocado la estúpida e imposible “primavera árabe”, por aquellos fanáticos que se sintieron protagonistas de las recomendaciones del primer Presidente --negro, musulmán, además de estúpido--, (me permito parafrasear a Forrest Gump “tonto es el que dice tonterías”)  de EE.UU.
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A un servidor, no le encontrarán en el insulto seco, (sin ser razonado con datos objetivos) a aquellos que por sus acciones (u omisiones) perjudiquen a Israel; pero en todos aquellos foros, reuniones con políticos, con empresarios, con estudiantes y con ciudadanos independientes, donde sea posible hacer lobby,  allí nos verán informando, de que la Historia es como es; y que Palestina no es un Estado, porque quienes gobiernan la “Franja de Gaza y Cisjordania” la “Autoridad Nacional Palestina” controlada, de facto, por –Fatah, (organización político, militar, terrorista) y por Hamás (Movimiento de Resistencia Islámico)-- prefieren una realidad como la actual, donde sus propios ciudadanos civiles son meros peones en su sangrienta política, y es conveniente que sirvan de “bajas asumibles” para garantizarse su status quo,  antes que dotarse de poderes “Legislativo, Ejecutivo y Judicial” donde sea de aplicación los Derechos del Hombre (y, sobre todo, de la Mujer),  instrumentos en los que se basa cualquier Estado democrático del mundo.
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Como escribió Tennessee Williams: --La única cosa peor que un mentiroso es un mentiroso que también es hipócrita--. Y, en Barack Hussein Obama, se dan estas dos circunstancias.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

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