jueves, 26 de noviembre de 2009

Motivos Personales

Es razonable que algunos españoles se opongan “por motivos personales” a que España como Estado (suma de Legislativo, Ejecutivo y Judicial) dedique, ni tan siquiera, un ápice de su estructura a “ayudar” a aquellos que reiteradamente insisten en que no son España “por motivos personales”.

Hemos visto estos días, como en Berméo y en algunos otros municipios de las Vascongadas, se solicitaba la intervención, en la cuestión del Alakrana, de España. Y se solicitaba desde la balconada de un ayuntamiento donde no estaba la bandera de España, por lo que surge la pregunta de si ¿hemos de admitir tal contradicción?

Hemos sufrido como unos políticos, nacionalistas vascos, encabezaban una manifestación popular, para desagraviar un lugar donde unos soldados españoles se habían fotografiado junto a la bandera española.

También hemos visto, como una industria flotante del atún, fue “secuestrada” cuando enarbolaba un pabellón de conveniencias, junto a otros pabellón que no es reconocido por la legislación marítima internacional.

Esos ejemplos, junto con otros muchos, han favorecido la aparición de “motivos personales” de una gran parte de la ciudadanía, a la que casi siempre les toca pagar la cuenta de los errores de los nacionalistas.

La chulería ha pasado ahora a denominarse “motivos personales”. Y si tan respetables deben ser los “motivos personales” que esgrimen aquellos que no quieren subir en un avión de las fuerzas armadas españolas, ni para ir a reunirse con su familiar, después de un secuestro. En igual medida deben ser consideradas los “motivos personales” de aquellos que, como yo, defendemos que, nunca mas se dedique ni un céntimo de los impuestos que pagamos el resto de los españoles (porque ellos no aportan nada a los Presupuestos Generales del Estado) para ayudar a aquellos que por “motivos personales” no quieren saber nada de España.

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