*Por Ángel Rico
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Me cuentan los sabios que peinan canas que --la actitud de Alemania en relación a la crisis europea está motivada por un “resentimiento arraigado y tenaz”-- es decir, según el DRAE por “Rencor” por el trato de Europa a Alemania tras las I y II Guerras mundiales, y que ahora está supurando la bilis de ese pueblo, que siempre se creyó superior y que, por tanto, ahora considera tener derecho a financiarse al 0,17% mientras los demás países de la UE nos vemos obligados a conseguir financiación por encima del 5%.
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Cuando en un “club” hay unas reglas de régimen interior que se demuestran que favorecen a unos frente a los otros, es necesario que sean adaptadas a la lógica y el sentido común. Lo que Mariano Rajoy, François Hollande y Mario Monti están tratando de hacer comprender a la canciller alemana, Angela Merkel. Empecinarse en decir que tal o cual propuesta no puede hacerse –porque no está en los tratados—es un ejemplo de que el objetivo es sostenella y no enmendalla. Sencillamente, porque a Alemania así le va bien.
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Durante el proceso de “reunificación de Alemania” hay numerosos ejemplos de que la propia Alemania reunificante se saltó los tratados cuando estratégicamente le convino para conseguir sus objetivos. Como ejemplo, el incumplimiento de los “criterios de convergencia” o de “Maastricht” que en el momento de adopción del euro, España cumplía a la perfección y no así, la hoy exigente, Alemania.
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Con la mirada constructiva en el futuro, se obtiene como resultado –la necesidad de retocar los actuales tratados—para encaminarse sin prisa, pero sin pausa, hacia unos teóricos Estados Unidos de Europa. Y eso obliga a disponer de una Constitución, política monetaria y financiera común y, por tanto, de un Banco Central Europeo que actúe más como la Reserva Federal de Estados Unidos, o el Banco de Inglaterra, que como el usurero de la esquina, que impide que sus vergonzosos préstamos fructifiquen, porque al prestatario, de forma agobiante, no deja de repetirle que debe devolverle el dinero prestado con usura.
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De no construirse una UE que sirva de instrumento de amparo para todos los países del “club”, se corre el más que probable riesgo de que sea tan presionante las exigencias a algún país, que el gobierno de ese, hipotético, país coaccionado decida tirar por la calle de en medio, y acordar el impago de la deuda externa. Donde el mayor perjuicio será para Alemania, que en los momentos de bonanza, decidió invertir su dinero excedentario en los países que ahora están más agobiados. Si no hay crecimiento interno no será posible devolver el dinero. Por tanto, urge limitar las ganancias de los especuladores, dotando de instrumentos de defensa común a los países que, por formar parte de la UE, no tienen capacidad propia para defenderse de los ataques especuladores.
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Un servidor de ustedes se ha caracterizado por la enorme crítica a las entidades financieras (Cajas de ahorro) gestionadas por intereses políticos, y por tanto tengo que recordar que Alemania rescató a varios de sus bancos en el año 2008. Nadie puede tirar la piedra, por no estar libres de pecado en el campo financiero.
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Que el BCE no pueda comprar deuda de los países miembros, --cuando sí lo puede hacer si lo consideran necesario, por ejemplo, el Banco de Inglaterra, la Reserva Federal de Estados Unidos, o el Banco de Japón—es una estupidez que urge subsanar. Una suma de estupideces no garantiza el éxito de las empresas dentro de la UE.
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Dicho lo dicho, soy de la opinión que para el consumo interno, hace falta que quien lidere el Gobierno de España, hable a la opinión pública para que sepamos --qué es lo que quiere hacer el gobierno, y qué se está haciendo para conseguirlo--. Por tanto, no me parece acertada la decisión de que no haya “Debate sobre el Estado de la Nación”. El Pueblo necesita saber, permanentemente, que hay alguien al mando de la nave, que sabe donde nos dirigimos y tiene la fuerza del líder para gobernar la nave dentro de la tormenta. En una situación como la actual, nunca son malas las comparecencias del Presidente del Gobierno. El caso contrario, fomenta la aparición de las opiniones interesadas, que siempre acaban perjudicando a la prima de riesgo, a la bolsa y, por tanto, los intereses de los españoles.
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El Gobierno no cuenta con el apoyo de ningún partido de la oposición, ni de los sindicatos, ni de la prensa interesada. Para contar con la colaboración del Pueblo, para sacar a España del pantanal donde se encuentra, es imperativo que nos hable mirándonos a los ojos, explicándonos el porqué de lo que se hace, o de lo que no se hace. En esta situación es utizable el proverbio chino que dice: --El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él--.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso
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