jueves, 30 de abril de 2015

De profesión, “aparato”

*Por Ángel Rico
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Le contaré a usted, respetado lector, que: --cuando Cospedal inició los trámites para, mediante la correspondiente modificación estatutaria, disminuir el número de diputados en las Cortes de Castilla-La Mancha de 53 a 33 parlamentarios, yo estuve a favor--; aún siendo defensor que las competencias de “Sanidad”, “Educación” y “Justicia” deberían revertirse al gobierno central. El artículo 10 del nuevo estatuto indica que, las Cortes de Castilla-La Mancha estarán constituidas por un mínimo de 25 diputados y un máximo de 35.  Pero cuando, en un gesto populista e inútil, se acordó que los diputados no tuviesen salario por su trabajo, ahí estuve en contra, por los siguientes argumentos:
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Si admitimos, solo como hipótesis de trabajo, que las asambleas autonómicas son convenientes para acercar la legislación al ciudadano, y que habitantes de cada territorio, elegidos por sus paisanos, acceden a la alta responsabilidad de legislar para el bien de los residentes en cada territorio, en general y, en Castilla-La Mancha, en particular; habrá que aceptar que los “legisladores” para no aprobar estupideces (perdón) necesitan del tiempo necesario para, estudiar legislación comparada, analizar datos a favor y en contra de cada propuesta, escuchar las sugerencias de sectores implicados, etc., y todo ese tiempo debe ser remunerado adecuadamente, y no solo los gastos por asistir a votar.  Si toda la labor política no es remunerada, acabará demostrándose de facto, que: --la política en Castilla-La Mancha, es una actividad diseñada solo para “rentistas” y “funcionarios”—
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--¿Usted, respetado lector, se imagina a un fontanero, un dentista o un camarero pudiendo aspirar a representar a sus convecinos sin cobrar por el tiempo dedicado a defender sus intereses? Y, si el artículo 14 de la Constitución Española, habla de que “todos los españoles somos iguales ante la Ley” --¿Por qué a la hora de representar, como diputado regional, a los ciudadanos de una comunidad autónoma, los fontaneros, dentistas o camareros, por ejemplo, no tienen las mismas posibilidades que un funcionario? Y si para ahorrar, en el chocolate del loro, no se paga a los diputados y estos por tanto, no dedican el tiempo necesario a trabajar las leyes, limitándose a asistir a la asamblea regional para votar, lo que les dicte el jefe de la banda, --¿Por qué no se prescinde totalmente de los diputados, --de todos-- y se convoca un concurso público de ideas políticas para cada legislatura? Porque así, habría un ahorro considerable en desplazamientos, asistencias y gastos generales.
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Es un hecho demostrado, como dijo Arnold J. Toynbee, que: --el castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan--. Y si los ciudadanos normales, “fontaneros, dentistas, camareros, etc.,” no pueden dedicarse a la política, lo harán los lobbies, los ricos (no yo) y los que, desde jovencitos, sin ningún otro bagaje profesional, tuvieron de profesión “el aparato” (apparátchik, término coloquial soviético que designaba a un funcionario profesional, a tiempo completo del Partido Comunista, o la administración soviética). Políticos mantenidos, con una mediocre formación, y unas enormes ganas de agradar a quienes les mantienen en unos puestos para los que, evidentemente, no están preparados. Y a la composición de las listas electorales del 24 de mayo, me remito; donde muy pocos candidatos merecen el honor de estar ahí; por tanto deben ponerse a los mejores, y pagarles para que nos representen con inteligencia y buen hacer, y no a candidatos a la región que, al mismo tiempo, son candidatos a esta, o aquella concejalía de ayuntamiento.
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Si como dijo, Edward Kennedy: --En política pasa como en las matemáticas; todo lo que no es totalmente correcto, está mal--; elegir para las Cortes Regionales a políticos que, no dedicarán tiempo (y si dicen lo contrario, mienten) a estudiar anteproyectos legislativos, a compararlos con otros similares en otros territorios e introducir las matizaciones que sean precisas, estará mal porque serán representantes mediocres. No hay nada más caro, que algo barato que no nos hace falta, como los políticos que no sirven para nada, el Senado,  los sindicatos, la patronal y las patronalillas.
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Un servidor, que creo que las competencias señaladas, en el primer párrafo, y otras más, deberían volver al gobierno central; y que instituciones como las diputaciones provinciales, deberían desaparecer, pienso que: --los políticos que se dediquen a la cosa regional, deben tener un salario que permita a los ciudadanos disponer de la suficiente autoridad moral para exigirles a sus representantes, el máximo de interés por todo aquello que les afecta--. Porque le contaré a usted, respetado lector, que meses atrás coincidí en el Ave Madrid-Ciudad Real, con un diputado regional, al que profesionalmente conozco desde los años 80, y le sugerí varias propuestas legislativas para su estudio y tramitación; se me quedó mirando y me dijo: --Como nos conocemos desde hace mucho tiempo, no te voy a engañar, no pienso dedicarle tiempo a tus sugerencias, porque solo me pagan por asistir a los plenos de las Cortes de Castilla-La Mancha--  Obviamente, me cabreé por aquella actitud displicente, pero luego entendí que tenía razón el diputado marioneta; yo no tenía derecho a exigirle que dedicase tiempo a estudiar un anteproyecto de ley, a alguien a quien no le pagaban por ello.
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Por tanto y salvo mejor opinión, solicito que los políticos de Castilla-La Mancha, cobren por su dedicación; para que mi conciencia esté tranquila, cuando les afee esta o aquella majadería, aprobada como representantes de los ciudadanos. Y en caso contrario defiendo, con vehemencia,  la tesis de que –se convoque un concurso de ideas políticas para ejecutarse en la próxima legislatura--, y se envíen a los mediocres candidatos, sean camareros, dentistas, fontaneros, concejales municipales o apparátchik, a su casa. Y a todos aquellos que me criticarán por defender esta tesis, recordarles que: -- En política siempre se corre el riesgo de pertenecer a las mayorías.
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Soy consciente, como dijo Lord Byron, que: --La consecuencia de no pertenecer a ningún partido será que los molestaré a todos— ¡Pues eso!
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

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