domingo, 2 de agosto de 2015

Europa se está quedando sin líderes

*Por Ángel Rico
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Le contaré a usted, respetado lector, que en varias ocasiones tuve el privilegio de participar en reuniones de trabajo con Jacques Delors, socialista francés que desde su puesto de Presidente de la Comisión Europea (1 de enero de 1985 – 1 de enero de 1995) nos inculcó el sueño de construir los “Estados Unidos de Europa”.  Luego, Delors, fue sustituido por el luxemburgués, Jacques Santer, (1 de enero de 1995 – 1 de enero de 1999) y la “Gran Europa” que estábamos construyendo, se fue convirtiendo en un proyecto mercachifle y antipático.
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Desgraciadamente, en la Unión Europea, ha sido de aplicación la “Filosofía de Murphy” –Sonría. Mañana puede ser peor--. Y, desde Delors, vamos de mal en peor. No solo no se están construyendo los cimientos para unos, hipotéticos (aunque deseables) “Estados Unidos de Europa” sino que se funciona, en un reagrupamiento por intereses familiares, que nunca reman en la misma dirección. Así, con ese descontrol los logros son manifiestamente mejorables. Al no haber una misma política fiscal, ni energética, ni bancaria, ni educativa, lo que hay es un “tótum revolútum” donde los contribuyentes de los 28 Estados miembros, aportamos –vía impuestos— unos fondos que gastan los euroburócratas.
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Para tratar de dar imagen de cohesión, los euroburócratas se inventaron la figura del: --Alto (a) representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad—Un cargo que, técnicamente, no sirve para nada, porque no obliga a los países de la Unión Europea, a defender una política exterior común; ya que como se ha podido comprobar, cada país defiende sus propios intereses, aunque estos (los intereses de unos) perjudiquen al país vecino. Y aquí, como en la mayoría de los movimientos de la UE, se ha empeorado, después del nombramiento del alemán, Jürgen Trumpf, se dio paso al español, Javier Solana, (18 de octubre de 1999 – 30 de noviembre de 2009) que con su experiencia como Secretario General de la OTAN, trataba de representar una única voz en la Política Exterior de la UE. Lo que molestó a una gran mayoría de euroburócratas, que como sucesora eligieron a la británica, Catherine Ashton, evidenciándose el corolario de que: --Cuando parece que ya nada puede ir peor, empeora-. Ashton, llevó la Política Exterior, al ridículo internacional, en general y, en el tratamiento con los países musulmanes, en particular.
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Y, desde el 1 de noviembre de 2014, volvió a hacerse patente, la extensión de Gattuso de la Ley de Murphy: --Nada es tan malo nunca como para qué no pueda empeorar—y la renqueante Política Exterior de la UE, empeoró con el nombramiento de la italiana, Federica Mogherini; quien, desde su nombramiento, solo se ha caracterizado por “sonreír y sonreír”. De las crisis “Ucraniano-Rusa”, del “terrorismo de ISSIS”, de las “negociaciones de paz entre Israel y la Autoridad Palestina” o de la “amenaza permanente de Irán sobre Israel”, entre otras, de Mogherini, solo conocemos su sonrisa. Lo que nos recuerda la “Ley de Jones”: --La persona capaz de sonreír cuando las cosas van mal, ya ha pensado a quien le echará la culpa--. Pero lo que ya era impresentable, ha superado su nivel de incompetencia, en la visita que Mogherini ha realizado a Teherán, el pasado martes, para rendirle pleitesía al Presidente Rohani, en relación al “peligrosísimo acuerdo atómico” al que Estados Unidos llegó con Irán, con la complaciente sonrisa de la U.E., y no por lo que dijo, sino por lo que aparentó.
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Su presentación ante el ministro de Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, disfrazada (Mogherini) de “sumisa y perfecta mujer musulmana” fue un insulto para los 507 millones de ciudadanos de la Unión Europea, en general y, para los 255 millones de mujeres europeas y los 40 millones de mujeres iraníes, en particular. Si “una imagen vale mas que mil palabras” la foto de la “sumisa, buena, dócil, devota y penitente” Mogherini, ante el despotismo musulmán,  ha colaborado para que: --millones de mujeres no puedan soñar con la igualdad con el hombre--. Porque si la representante, mujer,  de la Política Exterior Europea, pierde la dignidad, hasta el punto de disfrazarse de lo que no es ¿Qué no ocurrirá con las mujeres de, por ejemplo, Teherán, Mashhad, Tabriz, Isfahán, etc., en Irán?
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Ante tan vergonzosa actitud, de una figura política que, entre otros, me representa a mí, tengo que mostrar mi más absoluta indignación y repulsa, y ya que –la sonriente—Mogherini no se sonrojará, permítaseme que, un servidor, me sonroje por los dos.
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En este punto, echo en falta la crítica y la palabra de las eurodiputadas Españolas: -- Clara Eugenia Aguilera, Marina Albiol, Inés Ayala, Pilar Ayuso, Beatriz Becerra; Izaskun Bilbao, Soledad Cabezón, Pilar del Castillo, Rosa Estarás, Iratxe García, Eider Gardiazabal, Tania González, Esther Herranz, Teresa Jiménez-Becerril, Verónica Lope, Paloma López, Maite Pagazaurtundúa, Inmaculada Rodríguez-Piñero, Lola Sánchez, Lídia Senra, Estefanía Torres, Elena Valenciano, Ángela Vallina. Y Portuguesas: --Elisa Ferreira, Ana Gomes, Marisa Mathias (la mamá pato de Pablo Iglésias), Claudia Monteiro, Sofía Ribeiro, Liliana Rodrigues, María João Rodrigues e Inês Cristina Zuber—Si estás mujeres se mantienen en silencio, ante la docilidad de Mogherini, se podrá concluir que son inútiles, debiendo recordad lo que dijo, Máximo Gorki: --No hay gente inútil, solo hay gente perjudicial--. En este caso, el cómplice silencio perjudicará a los deseos de libertad de millones de mujeres que viven bajo la bota del Islám, mientras Mogherini se disfraza de dócil, obediente y sumisa mujer. No hay volumen suficiente de petróleo en el mundo, que justifique mirar para otro lado, cuando a la pérdida de libertad de millones de mujeres sometidas, se refiere.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

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