viernes, 6 de mayo de 2016

El Debemos, frente a Podemos (II)

*Por Ángel Rico
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Hay que reconocer que: --la ciudadanía independiente está descontenta y motivada, por la situación— poniendo de manifiesto que “la rebelión se hace posible cuando la autoridad va a menos”. Y eso es en lo que, la mayoría, coincide –la autoridad política y moral de los partidos políticos a los que, en el pasado unos y otros, apoyaron está en mínimos--. Resultando sorprendente que, --las conclusiones de votantes que, históricamente, apoyaron propuestas distintas del “bipartidismo” coincidan, ahora, en el distanciamiento de lo que están defendiendo quienes representan a los partidos políticos de su ideología--.
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Si en los partidos políticos hubiese un departamento de control de calidad, (o de atención al cliente-elector) tras las pasadas elecciones, alguien debería haber elaborado unos informes donde se indicase que:
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--Mariano Rajoy y Pedro Sánchez,  tras el 20D, obtuvieron los peores resultados de cada partido en la Historia. Así, por ejemplo, Rajoy debería ser consciente que obtuvo 3.7 millones de votos menos, que ese partido en las generales de 2011, es decir, 1 de cada 3 votantes le dio la espalda en toda España; pero si el análisis se hace en la circunscripción de Madrid, por donde se presentó Rajoy, el resultado fue de 504.735 apoyos menos que en 2011.
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Por parte de Sánchez, debería haber asumido que, también obtuvo, en general, los peores resultados del PSOE desde su fundación (2 de mayo de 1879); 1,5 millones de votos menos  que el PSOE en 2011 y 5,8 millones menos que en 2008. Y si se hace la comparación con los, mediocres, resultados del partido más votado, se concluye que: --Sánchez obtuvo 1,7 millones de votos menos que el PP, a nivel nacional; pero al hacer la comparación en la circunscripción de Madrid, por la que ambos, Sánchez y Rajoy, se presentaron, Sánchez obtuvo 560.670 votos menos que Rajoy, siendo no la segunda, ni la tercera, sino la cuarta fuerza política en Madrid; con 231.886 votos menos que el mismo PSOE en 2011 y 758.627 menos que en 2008. ¿Qué calificativos merecen unos resultados que son peores que los, de por sí, mediocres del partido ganador?
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Pero si la curiosidad en el análisis, nos lleva a realizar una comparación similar con los resultados obtenidos por los dirigentes, segundos, del bipartidismo, --María Dolores Cospedal, Secretaria General del PP; y Cesar Luena, Secretario de Organización del PSOE--, se concluye que, ambos, deberían haber dimitido, por los resultados obtenidos en sus circunscripciones, que son los siguientes:
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--Cospedal, por la provincia de Toledo, el 20D obtuvo 71.037 votos menos, que el PP en 2011, y 51.892 menos que en 2008. Y, los datos en Castilla-La Mancha donde, además, es Presidenta del PP, obtuvo 208.300 y 151.312 votos menos, que en 2011 y 2008, respectivamente.
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--César Luena, por la autonomía, uniprovincial, de La Rioja, el 20D logró 12.191, y 40.156 votos menos que el PSOE en 2011 y 2008, respectivamente.
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Con la realidad de los casos señalados, se pone de manifiesto que, Robert Louis Stevenson, tenía razón cuando dijo: --La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación—Y, los partidos mayoritarios, hasta el momento, han demostrado que “dos monólogos no constituyen un diálogo”.
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Con ese bagaje político, no son conscientes de su escasa (insuficiente) autoridad moral, para criticar a los líderes de partidos contrarios. Los máximos dirigentes del bipartidismo deberían entender, por los resultados propios, que:--algo de culpa deberán tener, cada cual, en la desafección del electorado hacia sus propuestas políticas y su liderazgo— Porque son los votantes propios (del PP y del  PSOE) quienes, dejando de apoyarles, están poniendo de manifiesto el alejamiento entre las propuestas políticas  y la aceptación por parte de los electores. Por ello, debería ser un compromiso electoral de todos aquellos que repitan en el encabezamiento de las listas por las distintas circunscripciones el que –si obtienen menos votos que en el 20D, presentarán su dimisión--. Será una formula de renovación de la casta política. Porque como dijo, George Bernard Shaw: --A los políticos y los pañales hay que cambiarlos periódicamente, …..y por las mismas razones--
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Con el análisis de estos datos, los protagonistas (incluso María Begoña Gómez Fernádez habrían llegado a entender que: --lo que procede es un mucho menos de petulante soberbia y un bastante más de sentido común—Porque lo que está en juego es el interés de la mayoría de los españoles, de forma general, y de los intereses de sus propios partidos políticos, en particular.
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Los ciudadanos, de todo el espectro político, que están manifestando, por una parte, su descontento con la situación y, por otra, sus sugerencias, coinciden en que: --la estructura del Estado debe ser sometida a cambios--. Y, al mismo tiempo, ponen de manifiesto un desconocimiento del --como pasar, sin revolución, de la Ley a la Ley--. Por ejemplo, hemos recibido varias propuestas similares referidas a “disminuir al número de diputados del Congreso a la mitad”. Los proponentes desconocen, en este caso, que: --el número de diputados del Congreso está tasado en la Constitución--Artículo 68. 1. El Congreso se compone de un mínimo de 300 y un máximo de 400 diputados, elegidos por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto, en los términos que establezca la ley—Es decir, si se acordase que el número de diputados en el Congreso fuese menos a 300, (en la actualidad son 350) debería reformarse la Constitución, de acuerdo a lo establecido en la propia Constitución, Título X, artículos del 166 al 169. O sea, el número mínimo posible de diputados sin reformar la C.E., tendría que ser 300; siendo necesario, no obstante, la reforma de la Ley Electoral.
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Otra coincidencia es, que la mayoría de la gente corriente que ha aportado ideas, (incluso quienes le votaron) consideran peligroso un, hipotético, gobierno dirigido por el estalinista, Pablo Iglesias. Porque un talante estalinista, no deja de serlo por el hecho de que los votantes (y algunos líderes políticos) desconozcan quienes fueron,  Vladímir  Ilich Uliánov,  alias Lenin,  ni Iósif Vissariónovich Stalin y lo que supuso que, el segundo, aplicase las teorías políticas del primero. Así, -tontunez a tontunez-, el profesor a tiempo parcial, con ínfulas (vanidad pretenciosa) que se dio a conocer como la voz de los cabreados, --proponiendo soluciones fáciles a los difíciles problemas de la sociedad--,  en las televisiones, de la Conferencia Episcopal y de la derecha mediática y, más tarde, en las televisiones del duopolio (LaSexta y Cuatro) donde decía representar a unos “círculos” a los que, por cierto, ha ido eliminando, cada vez que osaban no pensar, exactamente, igual que el totalitario y  autocrático líder, demostrando que es incompatible con la Democracia.
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Si usted, respetado lector, se está preguntado: --¿Si estoy diciendo que, Pablo Iglesias, es un estalinista?—La respuesta es, ¡Sí!
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Las propuestas ciudadanas, para los principios constituyentes del, hipotético, partido “Debemos” no están centradas en filosofías ideológicas –izquierda, derecha— sino, en cuestiones, domésticas que, eviten que el Estado sea consumido, por la propia estupidez del Estado mismo. Las sugerencias coinciden que “Debemos” no deberá ser un partido político que llegase para quedarse; sino que, si tras el próximo 26J, se repitiese el conocido bucle melancólico, incapaz de llegar a acuerdos de programas y gobiernos a la europea, “Debemos” tendría que hacerse presente en el escenario político, para ayudar a que se hiciese en España, lo que urge que sea hecho. Y, después de haberse producido las modificaciones necesarias, dejar que el “bipartidismo racional”, aplicase la “alternancia” en el gobierno. Porque como dijo, Winston Churchill:--La alternancia fecunda el suelo de la Democracia--, algo contrario a los objetivos del “podemismo” que quiere alcanzar el poder para no abandonarlo jamás.
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Es de Justicia, hacer constar que otras voces, se han preguntado: --¿Por qué hace falta otro partido político más?--. Cuando hay nuevas propuestas políticas, que están ahí con ofertas de todo tipo; siendo procedente recordar lo que, al respecto,  decían los clásicos sobre los principios básicos de la cuestión política:--y que consiste en “Tener razón (en las propuestas), saberla pedir (la razón) y que los ciudadanos la den (la razón)”--.  De cumplirse la máxima clásica, los nuevos partidos políticos tienen posibilidades. Debiendo recordar aquello de: --Vox populi, vox Dei— (la voz del pueblo, es la voz de Dios) ergo, si a esos otros movimientos políticos, el “pueblo” sigue sin otorgarles su apoyo, deberá concluirse que el electorado los considera caducados, indignos de ser apoyados. Como dijo, Adenauer: --En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno--.
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Si el malestar, de garrafón (del 15M),  de las plazas españolas se transformó en el partido “Podemos”, --por  la enorme inanidad de un Gobierno que, con la (absolutísima) mayoría absoluta en el Congreso y el Senado, fue incapaz: --de conseguir la independencia de la Justicia; --Que no demostró que frente a la secesión se aplicará el código penal; --Que con el dinero del resto de españoles financió los vicios separatistas; --Que no ha querido indagar sobre los responsables ideológicos del 11M y así, olvidar lo inolvidable; --Que aceptó  que las leyes no sean iguales para todos; --Que, a ese Gobierno, “la autocrítica” se la hace, mañana, tarde y noche, un día y otro día, los podemitas en las televisiones que, ese mismo Gobierno (de una forma, presuntamente, ilegal) ayudó a crear; --Que los españoles no tengan derecho a una similar Educación, Justicia y Sanidad en todo el territorio nacional; --Que, con la complicidad necesaria, los terroristas están en las instituciones públicas; --Que, con medias verdades, se ha acrecentado la estructura del Estado; --Y que, en lugar de con austeridad, se han querido cuadrar las finanzas públicas subiendo los impuestos; --Etc. Hechos que nos presentan un país a la deriva, que necesita de ciudadanos normales, que se atrevan a hacer cosas normales y, como escribió, Antoine de Saint-Exupéry: --No se trata sólo de prever el futuro, sino de hacerlo posible--. Es el momento de aceptar que: --“Debemos” hacerlo posible.
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Con la mirada puesta en el futuro, con la Constitución como principio, y con la filosofía de que –grano no hace granero, pero ayuda al compañero--, es hora de que los ciudadanos independientes, incluso los simpatizantes de los partidos mayoritarios que se encuentran desorientados, sin dogmatismos extremos, aportemos ideas y nombres de personas independientes, para que sea posible hacer lo que “Debemos”  y así evitar que la apatía de unos y la mediocridad de los otros nos lleve al “punto de no retorno” (1) donde a la ciudadanía independiente, solo nos quede, ya, seguir caminando hacia ningún sitio,  en un país gobernado por un sistema donde lo que no sea obligatorio, estará prohibido.
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Continuará.
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso
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(1)  En navegación aérea se conoce como punto de no retorno a aquel punto en un vuelo en el que, debido al consumo de combustible, un avión ya no es capaz de volver a su aeropuerto de origen. Después de pasar el punto de no retorno, el avión no tiene más opción que seguir a algún otro destino. Por ello, en aviación como en política, al alcanzar el punto de no retorno se adquiere un compromiso muy importante.

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