viernes, 19 de agosto de 2016

El Pedro del hortelaNo

*Por Ángel Rico
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En estos últimos tiempos ha sido posible comprobar los distintos especímenes políticos que han ido tomando carta de naturaleza, en la teatralidad de la política diaria. Así nos hemos habituado a que: --políticos que aspiran a romper España, por el procedimiento de incumplir la Constitución, las leyes y las sentencias de los tribunales, recurran al Tribunal Constitucional para seguir recibiendo sus notables ayudas del mismo Estado que quieren romper--. También hemos visto aparecer a políticos que aspiran a gobernar una España, de la que no les gusta: --ni el nombre, ni la bandera, ni el himno, ni la historia, ni los españoles--.
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Y ahora hemos conocido al “Pedro del hortelaNo” que como en el refranero “ni gobierna ni deja gobernar”. No gobierna porque los, hipotéticos, simpatizantes (¡los suyos!) le han dado la espalda, disponiendo del dudoso honor de haber conseguido en dos ocasiones (y esperemos a las terceras elecciones) los peores resultados del PSOE en Democracia. Y, aferrado a un permanente retortijón intestinal –“no, no y no”-- pretende impedir que España empiece a ser gobernada. Sánchez, el hombre a ferrado a dos sílabas “n-o”, ha demostrado desconocer lo que dijo, Napoleón III: --En política hay que sanar los males, jamás vengarlos--.
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Un servidor, no es sospechoso de estar seducido por la política de Rajoy,--a mi opinión al respecto, publicada en numerosos “Off the record” me remito--, pero confieso que frente a mi único voto, el PP ha obtenido 7.906.185 votos (y el PSOE 5.424.709) ergo, esos resultados necesitan ser analizados, tenidos en cuenta y, sobre todo, España necesita un gobierno para resolver las cuestiones que necesitan ser resueltas. --¿Estoy insinuando que hay que favorecer un gobierno del PP a toda costa?—Respuesta -¡no!-.
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Pero imitando lo que, en situaciones similares, se ha llevado a la práctica en otras democracias occidentales, sugiero que, previo pacto de una serie de cuestiones a llevar a cabo, se permita la constitución de un gobierno. Lo razonable sería “un gobierno de amplio espectro” donde se elaborase un programa consensuado con varios partidos políticos. En caso contrario habrá demostrado el “Pedro del hortelaNo” que tenía razón, Groucho Marx, cuando dijo: --La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados--. No es razonable que con esa actitud trivial e infantil, se mantenga como rehenes a toda la ciudadanía española, en general, y a sus votantes y partidarios, en particular.
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Justificar el no apoyo al gobierno de “la corrupción” y del “empleo en precario” provoca, de forma inmediata, pensar en lo de “la paja en el ojo ajeno” y, respecto al empleo precario --empresas de ‘empleo basura’: 400 euros al mes por 8 horas al día— el “Pedro del hortelaNo” debería solicitar información concreta, al respecto, a Begoña Gómez. Porque, en caso contrario, estaría nadando en un mar de, mal oliente, hipocresía.
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Llegados a este punto de la cuestión cabe preguntarse, si el resto de miembros del Comité Federal del PSOE están dispuestos a ser cómplices de que, algunas de sus propuestas programáticas sigan esperando, al no poder aplicarse por la infantil soberbia de su (todavía) Secretario General, aferrado al “yo o el caos”. Porque, como los resultados electorales (en el Congreso y en los parlamentos regionales) demuestran, los potenciales votantes socialistas están optando por el caos, en lugar de por (este) PSOE. –Hay que ser “sanchista” antes que “socialista”-- Y, los datos no se discuten, los datos se contrastan; ahí están.
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Sería un error darle la razón a, Nietzsche: --Un político divide a las personas en dos grupos: en primer lugar, instrumentos; en segundo, enemigos—Por tanto apoyar, con condiciones, un programa de gobierno sería lo que harían los políticos (de Estado) a quienes les importase más el interés general que el propio ego; y para quienes los españoles no fuésemos meros instrumentos para alcanzar lo inalcanzable, o sus enemigos, por no habérselo permitido alcanzar.
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Cada vez que el “Pedro del hortelaNo” abre la boca, manifiesta que está dominado por el “efecto Dunning-Kruger”; a saber: --esa relación entre estupidez y vanidad, del líder (¿líder?) con escaso nivel que tiende, sistemáticamente, a pensar que sabe más de lo que sabe y a considerarse más inteligente de lo que, Sánchez, es— Demostrando, como dijo, Abraham Lincoln: --hay momentos en la vida de todo político, en que lo mejor que puede hacer es no despegar los labios--.
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Aun es tiempo de que, el “Pedro del hortelaNo” tenga algo de protagonismo en el escenario de la política nacional, aportando propuestas a los diferentes problemas que, como una espada de Damocles, penden sobre los españoles; ayudando bien desde un gobierno de concentración, bien desde una oposición estructurada, a dar seguridad al timón de la gobernabilidad del Estado. De no hacerlo, solo ocupará un lugar en el montón de los juguetes rotos, y sus lamentos solo servirán para mantener despierta a Begoña;  y ya es sabido lo que acaba ocurriendo con el montón de las cosas rotas. –Al roto, patadas y porotos— (Anónimo) ¡Pues eso!
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

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