viernes, 21 de julio de 2023

Hay que pensar en España, y olvidarse de mirar el ombligo

 (*) Por Ángel Rico

Una vez que se haya extirpado a Sánchez del Gobierno de España, hay que erradicar el “sanchismo” y planificar todas aquellas cuestiones que tendrían que estar en vigor y por la dinámica “socialpijomunista” se han mantenido en el olvido y que están perjudicando mucho  la socio-economía nacional. Pero se podría dar la paradoja de que el “cáncer institucional” no se pudiese extirpar por cierto tipo de, protagonismo.

Se imagina usted, respetado lector, hipotéticamente, un caso médico donde hubiese que extirpar de forma urgente  un cáncer de un paciente que está en el quirófano, el médico principal necesita ayuda de un adjunto y este (el adjunto) se niega a intervenir porque le han dado un uniforme de color verde y el quiere tener uno de color blanco. Y cuando se trata de hacerle ver, al médico adjunto, que la operación debe hacerse con carácter de urgencia, porque hay que extirpar  la enfermedad por la que algunas células del cuerpo se multiplican sin control y se diseminan a otras partes del cuerpo, con una gravedad indiscutible, este alega que “no hará nada, porque lo del color del uniforme es innegociable, y si hay que repetir el trámite pues que se repita, sin importar las consecuencia”. Pues lo mismo, respecto al futuro gobierno de España. Urge extirpar al “sanchismo” de forma urgente y, no mirarse el ombligo bajo la amenaza de o tengo lo que quiero o que se repitan las elecciones. Porque con esa actitud se estaría poniendo de manifiesto que Un líder que siempre necesita figurar está guiado por su ego, no por la causa y solo en el momento en que se supere el ego se puede iniciar un proceso de desarrollo integral.

Una vez extirpado el “socialpijomunismo” habría que planificar qué España queremos para los próximos 25 años. Y ahí, ley a ley, es donde el médico principal y el médico adjunto (de la hipótesis comentada) deberán negociar el “qué, el cómo, el cuanto, el cuándo y el por qué” de cada nueva ley del conjunto de la legislatura.

Así es como se construyen los países con futuro, porque anteponer el ego a la causa general, es un mal principio, y tendría un enorme parecido entre las diatribas del populismo del “podemismo-Iglesias-tico”, de entonces, y el de la “bigorneta” de ahora, con el previsible parecido del fin de ambas propuestas políticas.

Países de la Unión Europea, están manifestando ahora los perjuicios que ha tenido para su ciudadanía permitir anomalías en el sistema, por no tener la valentía política de afrontar la realidad, y por tanto no pudieron admitir que había un problema y no pusieron remedio a tales asuntos. Y el refranero es maestro en los consejos “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”. Por tanto en España, con la Constitución siempre presente procede hacer dos cosas al mismo tiempo; derogar las leyes negativas para los españoles, fruto del “socialismopijomunismo” y legislar otras nuevas pensando en el interés de la mayoría de nuestros ciudadanos antes que en los, interesados, consejos del puñado de sectarios de los poderosos del mundo, se apelliden como se apelliden, “Gates, Buffett, Soros, Yunus o Schwap”.  U otros casos de profundas indocumentadas (que la falta documentación y formación para poder opinar lo que opinan) como es el caso de Greta Tintin Eleonora Ernman Thunberg, que con un seguimiento sectario y sin más preguntas, la sociedad aplica con las sugerencias   extravagantes, impredecibles y perjudiciales para la propia  sociedad.

Si invirtiésemos en el desarrollo de nuestras capacidades naturales una mínima parte de lo que invertimos en las artificiales, estas carecerían de sentido, De ahí que hay que controlar las distintas encrucijadas: la social, política, económica, tecnológica y geopolítica, para que no siempre nos toque ser los más perjudicados.

De cara al próximo gobierno, los protagonistas deben tener presente que,  la esencia del poder es influir en el comportamiento del adversario, porque el drama de los países occidentales es que las democracias liberales carecen de una estrategia constante y confunden estrategia con táctica.

--.•. ¡…He dicho!

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Y la próxima semana…  hablaremos del gobierno, del nuevo

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(*) Es Presidente del Instituto Hispano Luso


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