domingo, 18 de noviembre de 2012

Además de lamentos ¿qué?


*Por Ángel Rico
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En la comparecencia ante la prensa tras la XXII Cumbre Iberoamericana celebrada en Cádiz, Mariano Rajoy, calificó de “inaceptable” la última propuesta sobre el Presupuesto de la Unión Europea, realizada por el Presidente del Consejo Europeo Herman van Rompuy. La propuesta de presupuesto que está en estudio, pretenden una reducción para España de 20.000 millones de euros en ayudas regionales y agrícolas. Si la propuesta se aprueba  regiones como Andalucía, Castilla-La Mancha y Galicia, recibirán un 60% los fondos, entre 2014 y 2020, en relación a las ayudas actuales.
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Esa posibilidad será negativa para los intereses españoles, pero también es cierto, que el actual estatus quo no puede mantenerse eternamente. Un servidor, que durante diez años tuve, entre otras actividades, las de negociar mejoras para el sector agropecuario español, llegué al convencimiento de que esa postura no se podría mantener de forma eterna. En Europa no entienden que: --de los presupuestos generales del Estado se financien las organizaciones sindicales y la patronal del régimen. Tampoco entienden los contribuyentes europeos que, en España, sea más rentable mantener 3,5 millones de hectáreas de improductivo, pero subvencionado, barbecho, que dedicadas, por ejemplo, a cultivos agroenergéticos. Y lo que pone a los europeos al borde de un ataque de nervios es que, además, se haya ayudado –con 1000 millones de euros de fondos públicos— a la construcción de 46 fábricas de biodiésel, para que 42 se mantengan cerradas y sin actividad. Muchas de ellas, tras recibir una importante ayuda (Linares, recibió  29 millones de euros y no ha llegado a funcionar ni un solo día)
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Esto ocurre mientras España vive sedienta de energía, debiendo pagar muy cara la que tenemos. Basta con que usted, respetado lector, compruebe su última factura de la luz, o recuerde lo que le costó llenar el depósito de combustible de su automóvil. Mientras la situación económica se gangrena, el Gobierno de España, sigue las exigencias de las organizaciones profesionales agrarias, que con uñas y dientes, se aferran al siglo XX, en lugar de aceptar el reto de adaptarse a las necesidades del segundo cuarto del siglo XXI.
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El Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, del que opino: --que es de los mejores del actual gabinete—dijo, “Este año vamos a tener una superación de emisiones espectacular por la influencia del carbón nacional” (sic) Lo que supondrá que el Estado, tendrá que pagar 7 euros por cada tonelada de derechos de CO2 que haya que adquirir en el exterior. Una enorme cantidad que podría disminuirse si se cultivasen los 3,5 millones de hectáreas de barbecho de secano, de cultivos energéticos. ¿Por qué el interés en mantener una situación que no se puede financiar? ¿Por qué los españoles tenemos que seguir pagando 30 céntimos cada día, para mantener un sector que no quiere reciclarse?
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La mayoría de los ciudadanos están sufriendo las consecuencias de la crisis, la deuda y el déficit, luego no es justo que mientras todos sufrimos recortes, el sector agrario, siga recibiendo ayudas por no producir, o por los excedentes de cultivos que no tienen mercados. Por ejemplo, el vitivinícola.
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Rajoy mantendrá su oposición a la propuesta de presupuestos de la UE en estudio; esperemos que tenga éxito, pero ¿qué ocurrirá si no consigue frenar la realidad de los hechos? ¿Quién será el encargado de decirle al sector agrario, anclado en el pasado, que el futuro ya ha llegado? Porque aunque las competencias agrarias están transferidas a las comunidades autónomas, el máximo responsable del bien general es el Gobierno de España.
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Cuando los nuevos conocimientos permiten métodos alternativos de cultivos, distintos de los utilizados desde la época romana; cuando las tasas de desempleo son las más altas de la Unión Europea; cuando se necesitan alternativas creativas y generadoras de crecimiento y de empleo ¿Dónde está el político que liderará las nuevas alternativas? Nos tiene que preocupar el quedarnos sentados hasta ver como pasa el crecimiento a nuestro lado. Y eso es lo que está ocurriendo en la actualidad. Es sabido que –el sentido común en política es como el cemento, cuando se endurece, ya no puede hacerse nada con ellos--.
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Los contribuyentes civiles, debemos exigir que los políticos burócratas, que ocupan puestos de quiénes dependen, aplicar o no, otras alternativas productivas y de generación de renta, distinta de la de empecinarse en seguir recibiendo ayudas, en detrimento de otras personas y sectores. En caso contrario, nos encontraremos con la publicación en el diario oficial de la Unión Europea, de unos presupuestos que muestren negro sobre blanco, que “se acabó lo que se daba”. La alternativa, entonces, de tirarse por la ventana, no parece la más sensata, ni la más inteligente. Por tanto, debemos mentalizarnos ahora que: --hay otras alternativas mas viables para el sector agrario que la de “chupar del frasco Carrasco”—
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Lo venimos repitiendo nosotros, ahora además, lo dice Herman van Rompuy y siempre lo indicó el sentido común. Ahora solo hace falta que el Gobierno de España se de por aludido y además de lamentarse por lo que pueda pasar, haga algo para fomentar la producción posible.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Grupo de Empresas Agrarias (GEA&GEA)

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