domingo, 23 de febrero de 2014

Apuntes de teoría política, ante las elecciones al Parlamento Europeo (III)

*Por Ángel Rico
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Nos encontramos a tres meses de las próximas elecciones a un parlamento con nuevas atribuciones tras la aplicación del “Tratado de Lisboa”, el Parlamento Europeo tendrá poderes legislativos para decidir sobre la mayoría de la legislación de la Unión y especialmente:  --en agricultura, las políticas energéticas, la inmigración y los fondos de la UE. Además, el Parlamento tiene la última palabra en el presupuesto de la Unión--. Más poder significa más responsabilidad, por tanto será importante el papel de los diputados que los ciudadanos envíen a Europa, teniendo claro que no todos los candidatos tienen capacidad para esta histórica responsabilidad.
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Si usted, respetado lector, es un ciudadano indagador podrá pasearse por la web del Parlamento Europeo, y conocer la actividad política de los, todavía, europarlamentarios. Podrá leer las intervenciones: --Informes como ponente; opiniones como ponente; propuestas de resolución; declaraciones por escrito y preguntas parlamentarias--, le garantizo que si usted es medianamente crítico, quedará envuelto en melancolía y el subconsciente le dictará quienes, a su juicio, no deberán ser enviados nuevamente a Bruselas y Estrasburgo. Un servidor dedicó tiempo a estudiar las intervenciones de todos los diputados españoles y portugueses en el Parlamento Europeo a lo largo de la legislatura, y me costó recuperarme al comprobar tanta mediocridad política.
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Al hablar del Parlamento Europeo, la ciudadanía tiene la sensación de que se trata de algo lejano, que no va con ellos. Un error que debería resolverse lo antes posible, porque las actuaciones u omisiones, de los europarlamentarios, siempre tienen repercusiones para el ciudadano.
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Hasta ahora conocemos quién encabezará la candidatura del PSOE, Elena Valenciano, quien en el acto de presentación dijo: --"Se trata de sacar un buen resultado para cambiar el rumbo de la política europea, que España se recupere de la crisis antes y mejor y que el PSOE recupere el pulso que le lleve a ganar las elecciones autonómicas y nacionales". En estas elecciones, al Parlamento Europeo, el PSOE se juega mucho, …y España, … y Europa-- (Valenciano dixit)
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Ante esta frase lapidaria con una repercusión de amenaza global, contactaron con el Instituto Hispano Luso, varios colegas europeos para interesarse por las “obras completas” de la señora Valenciano, cuando fueron conocedores que lo más destacado y profundo, hasta el momento, fue aquella frase: --“Me desnudaría para pedir el voto si fuera imprescindible”--; dando a entender que para esta candidata del PSOE, el programa político está más en los cueros, que en la filosofía programática. El interés político de los eurocolegas se relajó, desconociendo por mi parte si en un hipotético “mitin estriptís” de Valenciano, los eurocolegas estarían en primera fila, tomando notas.
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Y ¿de la candidatura del PP qué sabemos? --En realidad, poca cosa. Salvo que son muchos quienes se postulan a ocupar un puesto en la lista de elegidos por Rajoy para seguir medrando en Bruselas.
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Las encuestas publicadas hasta la fecha, --y a la espera de conocer los programas políticos de los partidos--, coinciden en que habrá un empate técnico entre  PP y PSOE; de los 54 europarlamentarios que corresponden a España, el 75 por ciento se lo repartirán los grandes partidos, --ambos partidos perderán 4 ó 5 diputados en relación al 2009. No es probable que el PP vuelva a obtener los 6,7 millones de votos, ni el PSOE los 6,2 millones de 2009-- y los 14 puestos restantes quedarán para el resto de aspirantes. Donde lo más interesante será saber si tiene más apoyo popular “Ciudadanos” o “Vox”. Salvo el prurito de obtener más votos que el contrario, en realidad, los intereses de la ciudadanía se verán igualmente afectados, gane uno u otro. Lo importante es el protagonismo del conjunto de los europarlamentarios españoles, entre el total de 766 miembros del Parlamento Europeo que representan  los intereses de los 28 Estados de la Unión Europea.
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Y ¡esa es la cuestión! porque los –4 ó 5— parlamentarios que obtendrán los partidos separatistas, lo previsible es que en Europa trabajarán exclusivamente a favor de la secesión de una parte de España, importándoles muy poco lo que acabe afectando a este o aquel ciudadano de cualquier otra parte del territorio nacional.
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Lo interesante sería, --y en este objetivo habrá que trabajar seriamente— que España y Portugal sumen sus fuerzas y su voz en Europa –76 diputados— lo que convertiría los intereses Ibéricos en la segunda potencia política comunitaria, tras Alemania. Los dos países debieran otorgarse la condición de socios estratégicos y, retomando el espíritu que les animó a reunirse para integrarse en Europa en 1986, aspirar a actuar juntos en la actual Unión Europea de los mercaderes.
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Como estamos observando estos días, el papel de la Unión Europea en el conflicto de Ucrania es, sencillamente, insignificante; --como antes lo fue en los conflictos sirio y egipcio--, donde el desconcierto, la impotencia y la desunión es lo que ha caracterizado, la actuación de los representantes de la Unión; la notable falta de credibilidad en la UE propició el rechazo de Ucrania al tratado de asociación con la Unión Europea. Por una parte, debido al sentimiento nacionalista ucraniano que, en el pasado, fue alentado por Alemania  para debilitar al imperio ruso, creando una nación artificial y dividida. Y por otra, debido a la falta de coherencia en la política exterior de la UE, caracterizada por edificar fantasías sin afrontar los problemas reales que existen, en este caso, junto a la frontera sureste de la Unión.
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En fin, sólo en la burocracia europea se mantiene la ilusión de una política exterior, de seguridad y defensa comunes. La crisis ucraniana ha vuelto a mostrar que los Estados continúan satisfaciendo sólo unilateralmente sus intereses y necesidades.  Alemania ha cobrado un protagonismo histórico, y ya no disimula su interés en el Este de Europa, ni su apoyo a una de las partes del conflicto; Polonia, país escaldado de la cercanía rusa, busca mantener al Kremlin tan lejos de sus fronteras como pueda; y Francia sigue buscando intensificar su liderazgo europeo perdido en los últimos años. El acuerdo de última hora podría meter a Europa de nuevo en la cuestión ucraniana, donde los tres países europeos no hablan en nombre de la UE, sino en el suyo propio, aunque sea –a costa de los intereses del resto de países de la Unión--.
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Lo único positivo al día de hoy es conocer quien encabezará la lista de coalición electoral en Portugal (PSD, CDS-PP) Paulo Rangel, que permitirá que las cosas puedan mejorar, y que la política en Europa deje de ser lo que parece, por tanto y recordando las palabras de Adolfo Suárez: --Las elecciones no resuelven por sí mismas los problemas, aunque son el paso previo y necesario para su solución”—  De usted dependerá parte de la solución.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

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